Su definición de vergüenza es por demás interesante, se refiere a:
Un acto reflexivo que degenera en un estado de perturbación y fracasa porque el ser humano, frente a una instancia de la que se aparta, en ese acto se experimenta a sí mismo como algo que él no es, pero que sin embargo es de manera inevitable.
Tanto De Martino como Anders plantean que el apocalipsis cultural se ha profundizado de manera definitiva. Anders, por su parte, habla de la imperfección del hombre desde el nacimiento; un ser que está mal hecho y donde el imperativo categórico de la época lo estaría alejando de su esencia. Este imperativo logra tocar al cuerpo y transformar al ser humano en una cosa obsoleta. Es una idea muy similar a la de De Martino, cuando advierte que desde la cultura se puede volver al estadio anterior, es decir, al estadio biológico. Ambos autores plantean el problema del ser humano, ya sea cuando hablan de lo imperfecto o cuando se refieren a una posible regresión del ser. En última instancia, De Martino intenta una solución por la vía de un imperativo que logre controlar la indomeñable pulsión de muerte —tal cual Freud demuestra en El malestar en la cultura— 40.
Mi intervención está destinada a señalar que el planteo de filosófico-antropológico, tanto de Ernesto De Martino como de Günther Anders, expone un problema real , en tanto escapa a la moral, a las buenas intenciones y a los imperativos de cualquier época.
4 El malestar en la cultura, remasterizado
Clase del 14 de mayo de 2020 a cargo de Gustavo Dessal
El triunfo del capitalismo es el del significante vacío, la etiqueta o el puro semblante. Al tomar una Coca-Cola, ¿qué estamos tomando exactamente? Inicialmente concebida como un extracto o jarabe de la hoja de coca, con porcentajes increíbles de aminas que luego fue desprovisto de su base tóxica. Su sabor inconfundible se acompañaba de una elevada cantidad de azúcar. Primero light, luego descafeinada y finalmente desprovista de todo tipo de azúcares. Evidentemente lo que estamos tomando es el significante desprovisto de cualquier significado bajo la forma del discurso que ya no es la publicidad del «metamensaje» sino del vacío de mensaje. El producto ya no es el mismo, y no solo eso, sino que ha sido vaciado de sus propiedades. ¿Qué queda de la Coca-Cola sino su nombre?
Lo que queda de la Coca-Cola
Emilio Vaschetto
En esta ocasión contamos con la presencia de Gustavo Dessal, a quien le agradecemos su participación y el hecho de que podamos intercambiar en este ámbito con un conjunto de colegas, muchos conocidos en nuestro ámbito y con quienes venimos trabajando hace ya algunos años.
Voy a lo que hemos tratado hasta ahora en el seminario. Habíamos iniciado con la idea de «Segundas Marcas» antes de la pandemia, tal como se sugiere en el afiche que presentamos y su iconografía. Allí se introduce una relación con el juego del mercado y los bienes de consumo. La segunda marca como algo que sería parecida a una primera marca. Hay quienes dicen que tiene la misma calidad, pero otro nombre, otra etiqueta. Pero aún con la misma etiqueta podemos también pensar lo mismo. En una de las notas previas habíamos hablado de la Coca-Cola . Cómo incluso, dentro de la misma marca, puede aparecer una segunda noción de marca: la Coca-Cola descafeinada y sin azúcar; vale decir, sin su propiedad esencial, una Coca-Cola sin Coca-Cola . Es decir, el predominio de la etiqueta. Acá estaríamos en el ámbito de lo que se llama el homo economicus y de lo que Marx llamaba el fetichismo de la mercancía.
También aludimos a un nuevo tiempo, donde el plural, marcas, es también el intento de remedar una primera marca. ¿Pero qué tipo de marca sería esa? ¿De qué primera marca hablaríamos? ¿Una primera marca imaginaria, simbólica, real? En nuestro argumento nos preguntábamos sobre la marca de lo sexual, ¿qué quedaría de eso hoy en día?, ¿A que quedaría reducida hoy en día?
Habíamos aludido a la marca desde una idea provista por Lacan en la revista Scilicet en su primer número, del año 1968, en donde aparecía la idea de Marca (con mayúscula). La «Marca del caso», como la marca más particular del sujeto. Esa Marca del caso nos parecía que estaba totalmente borrada por efecto de lo que llamamos la «coronalengua». ¿Qué sería la coronalengua? La tontería del sujeto, la tontería del momento. Pensar que todos sufrimos el aislamiento o lo padecemos de la misma forma. De ahí que en el último encuentro decidimos tomar la depresión como una entidad que hoy en día vuelve a adquirir una nueva forma bajo la idea de la depresión por aislamiento. Esa forma de la depresión tiende a borrar, un aspecto que liga al sujeto con un acontecimiento, un aspecto que liga al sujeto con el nodo singular de su existencia, el cual es ni más ni menos que la angustia.
Ahora bien, en honor a nuestro invitado vamos a citar el título propuesto por Gustavo como motivo de su charla «El malestar en la cultura, remasterizado», que es muy sugerente. Y se me ocurre que habla no solo de El malestar en la cultura (Freud), cosa que hemos abordado en casi todos nuestros seminarios —e incluso en uno en particular que se llamó «El mal start en Occidente»—, sino también pensar que en ese «remasterizado», en ese «master»: habría un nuevo amo. Leer su libro Inconsciente 3.0 1 nos da una perspectiva de la emergencia de un nuevo sujeto. Ahora lo que podríamos pensar también es si hay un nuevo amo, un nuevo master.
Gustavo Dessal es psicoanalista, Escritor con mayúsculas. Sus libros publicados son muy valiosos para nuestra comunidad, entre ellos Las ciencias inhumanas 2, Psicoanálisis y discurso jurídico 3, Jacques Lacan y su aporte a la cultura contemporánea 4. Uno de sus libros que generó un impacto en nuestro medio —fruto de una conversación con el filósofo Zygmunt Bauman— titulado El retorno del péndulo 5, contiene reflexiones acerca de la época que son muy pertinentes para los tiempos que corren. Cabe agregar que, dentro de sus publicaciones, hay preciosas obras literarias tales como Operación Afrodita , Más líbranos del bien , Principio de incertidumbre , Clandestinidad (libro que tuve la dicha de poder presentar aquí en Buenos Aires en el Centro Descartes), Demasiado rojo y El caso Anne su última novela. Sin más, agradecerle nuevamente a Gustavo, a quien considero un amigo. Le paso la palabra.
Actualidad de El malestar en la cultura
Gustavo Dessal
Buenas tardes Emilio Vaschetto y Jorge Faraoni. En primer lugar, mi agradecimiento por esta oportunidad y, por supuesto, a todas las personas que están conectadas y han tenido la gentileza de concederme un poco de su tiempo para escucharme.
Efectivamente Emilio y yo compartimos amistad con una talentosa colega, Florencia Fernández Coria, también conocida como Florencia Shanahan, una analista argentina que vive en Dublín. La menciono porque ella me ha invitado a participar de una iniciativa realizada por el grupo de Dublín, una lectura de El malestar en la cultura . Como estoy releyendo ese ensayo, compruebo que es imperecedero, que forma parte del patrimonio de la cultura universal. Cada relectura de esa obra es siempre una prueba de su contemporaneidad. La capacidad de Freud para tratar todas y cada una de las vicisitudes fundamentales de la vida humana, hacen de ese texto una obra que ilumina y enriquece nuestro entendimiento del mundo en cualquier época y en cualquier circunstancia.
Se ha insistido tanto por parte de autores psicoanalistas, como por la de muchos intelectuales, que El malestar en la cultura lleva la marca de su tiempo, es decir, la marca de un hombre que ya en su ensayo de 1908 «La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna», había afirmado de una manera rotunda que la represión ejercida por la cultura es una de las fuentes principales de la infelicidad. Es decir, una infelicidad que se traduce, como sabemos, en los síntomas neuróticos. De allí que la neurosis fuese para Freud el paradigma del sujeto moderno.
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