En resumen, las transformaciones permiten dar cuenta de la ilusión referencial , la cual surge de la relación entre significante y “referente”, dicho ahora con mayor propiedad y rigor, entre el significante visual y el significante del referente, así como también de la equivalencia entre dos o más significantes: como la que se genera entre una fotografía y un dibujo, o entre una fotografía en color y otra en blanco y negro.
En este eje se establece una relación de estabilización y otra de integración. Los elementos pertinentes extraídos del contacto perceptivo con el “referente” se reúnen en paradigmas , que a su vez dan origen al tipo . En la dirección [ tipo ∏ referente ] se produce la operación que consiste en una prueba de conformidad . La conformidad se establece entre los rasgos pertinentes que han sido seleccionados en el “referente”, es decir, en el significante del referente, y los rasgos paradigmáticos que integran el tipo. Los rasgos pertinentes retenidos del “referente” constituyen precisamente las “figuras” en el sentido de A.J. Greimas, que pueden descomponerse en semas figurativos (Greimas y Courtés, 1979, [ sema ]).
Aunque el tipo , en el signo icónico, y el significado , en el signo lingüístico, ocupan distinto lugar en la estructura sígnica, existe de todos modos una cierta equivalencia entre ambos: forman parte, al menos, del significado lingüístico los semas figurativos , que son aquéllos que tienen una correspondencia con los significantes del “mundo natural”, los cuales intervienen activamente en la construcción del tipo . En este sentido, y ateniéndonos a la coherencia del modelo semiótico greimasiano, no se puede desalojar totalmente el “referente” del signo lingüístico, ya que algunos de sus rasgos (= semas figurativos ) son incorporados al significado . Hay que insistir, sin embargo, en el hecho de que tal referente no es más que un elemento (= significante ) de la semiótica del “mundo natural”, y de lo que se trata, entonces, es de un problema de intersemioticidad (Greimas y Courtés, 1979, [ referente ]). Es esa relación entre significado y tipo la que permite verbalizar , aunque no en todos los casos, el signo icónico.
2.3 Eje tipo-significante
El tipo es un conjunto de paradigmas . En consecuencia, los estímulos visuales pueden ser sometidos, igualmente, a una prueba de conformidad , la cual permitirá o no hipostasiar los rasgos sensoriales, seleccionados por el programa cultural , con el tipo . La prueba de conformidad consiste en confrontar un objeto singular con un modelo general, es decir, los rasgos pertinentes del significante-objeto con los rasgos estabilizados del tipo . Como el modelo está estructurado sobre la base de paradigmas , diversos objetos pueden corresponder a un tipo único, sea por la vía del significante, sea por la vía del “referente”. En la dirección [ significante ∏ tipo ], se produce una operación de reconocimiento del tipo. Los criterios de reconocimiento son de naturaleza cuantitativa y cualitativa: tanto el número como la naturaleza de los rasgos que autorizan el reconocimiento, son importantes. Por ejemplo, el tipo “árbol” será fácilmente reconocido si los rasgos que corresponden a los tipos /”tronco”/, /”ramas”/ y /”hojas”/ están presentes, aunque no todos sean necesarios al mismo tiempo. No existe un producto necesario de rasgos de identificación; sólo es necesario un conjunto mínimo de tales rasgos, o sea, un conjunto de rasgos necesarios y suficientes , el cual se consigue por medio de la asociación libre de elementos, cuyos tipos son limitados en número. El reconocimiento del tipo a partir del significante es necesariamente conjetural, en virtud del estatuto lógico de los conceptos, de las relaciones y de los procesos implicados en el funcionamiento del signo icónico.
La producción-emisión de signos icónicos puede definirse como la producción de simulacros del “referente”, gracias a una serie de transformaciones, aplicadas de tal manera que su resultado esté conforme con el modelo propuesto por el tipo correspondiente al “referente” (=relación de cotipia ). La recepción de los signos icónicos identifica un conjunto de estímulos visuales (= significante ) como si procedieran de un “referente” que les corresponde, por medio de transformaciones adecuadas. Significante y “referente” pueden considerarse correspondientes , ya que ambos se configuran de acuerdo con un tipo (=cotipia), el cual da cuenta de la organización particular de sus características espaciales.
A.J. Greimas, en su texto fundador Sémiotique figurative et sémiotique plastique (1984), estableció la clara diferencia entre el nivel icónico y el nivel plástico del signo visual. Si en el nivel icónico se establece, como hemos visto, una necesaria relación ternaria entre /significante/ /tipo/ y /referente/, en el nivel plástico la relación se reduce de nuevo a una relación binaria : significante/significado. Ningún tipo interviene entre ambos funtivos para asegurar la identificación de algún posible “referente”. Sin embargo, esta relación no es ni clara ni precisa. Postular la existencia de un sistema semiótico plástico , como señala acertadamente A.J. Greimas (1984: 13), no impide reconocer al mismo tiempo que dicho sistema nos es prácticamente desconocido. Desconocido en su constitución, no en existencia. Un sistema semejante sólo puede ser captado y explicitado a partir del examen de los procesos semióticos plásticos —es decir, a partir de los textos plásticos —, en los que dicho sistema se encuentra realizado.
El código plástico moviliza valores excesivamente variables. Al pretender analizarlos al margen de sus actualizaciones —aparte de su presencia en los textos plásticos—, se corre el riesgo de hablar de generalidades.
Un enunciado plástico puede ser analizado desde el punto de vista de las formas (en el sentido de la Gestalt), de los colores o de las texturas , así como desde el punto de vista del conjunto formado por esos elementos. En realidad, nos enfrentamos siempre a sintagmas de formas , a sintagmas de colores y a sintagmas de texturas , y los significados reposan más en sus relaciones que en las formas o en los colores en sí. El significado plástico es relacional y topológico, y sus unidades son estructuradas por el sistema textual más que por el código . De todas maneras, cualquier análisis plástico que pretendamos hacer, nos obliga a utilizar determinadas oposiciones estructurales que permiten dar cuenta de las formas , de los colores y de las texturas : /alto vs. bajo/, /abierto vs. cerrado/, /simple vs. compuesto/, /claro vs. oscuro/, /liso vs. rugoso/...; tales oposiciones, que se encuentran en diversos enunciados plásticos , aparecen como la actualización en sintagmas de estructuras que existen en un paradigma general, potencializado en la competencia de los usuarios. Los objetos plásticos son verdaderos objetos semióticos y, por tanto, podemos indagar la relación que en ellos se establece entre una expresión y un contenido .
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