Estrella Correa - Bilogía Las estrellas

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bilogía Las estrellas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bilogía Las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bilogía Las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¡Ya tenéis disponible al bilogía al completo!Nerea tiene una empresa de éxito, un marido que la quiere y una vida perfecta. Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volverá a ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rápido. Nada es como ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocía. Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.¿Y tú? ¿Serías capaz de saltar al vacío sin paracaídas y sin red?

Bilogía Las estrellas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bilogía Las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Gracias, Toni, por el doble cumplido —me agarro a su brazo para no caer al suelo. Aún me siento bastante mareada.

Joel y él se funden en un abrazo y se dan un corto pero amoroso beso que me da hasta un poco de envidia, de la sana, no os creáis. Me alegra ver a la gente tan feliz. Yo no recuerdo la última vez que Sebas me besó así. De una forma breve pero intensa, deseada. Como si esa mañana se hubieran levantado sólo para poder vivir ese momento y entregarse todo en un gesto tan sencillo y cotidiano para una pareja.

El restaurante se encuentra a reventar, como cada día a esta hora. No tenemos un sitio muy íntimo y apartado, desde donde estamos se ve la barra e incluso la puerta de entrada. Joel me habla sobre nuestro trabajo más importante antes de que termine el año, la preparación de una cena de Navidad de una de las empresas más importantes de todo el país que se celebrará dentro de un mes, cuando atisbo su pelo detrás del cristal de uno de los ventanales.

4

LO QUE CREES, Y LO QUE ES

Mierda. Así es como me siento. Como una auténtica y enorme mierda. Una colosal boñiga. Entra en el restaurante sonriendo, hablando con lo que supongo que es uno de esos ejecutivos con millones en la cuenta bancaria con los que se codea y seguido por su tetona y pava secretaria. Está guapísimo, con un traje de dos piezas azul oscuro y una camisa más clara, sobre la que reposa una corbata de un tono intermedio. Recién afeitado. Sebastian no es demasiado alto. No llega al metro ochenta de estatura, pero no le hace falta. Tiene una forma de ser arrolladora y ese aire de lord inglés que te guía en la dirección que al él le convenga. Conmigo lo hizo durante años. Lleva el pelo negro muy corto y a juego con sus ojos oscuros. Un camarero los aguarda junto a la barra y los acompaña hasta una mesa donde los espera otra mujer, ésta un poco mayor que todos ellos.

Parece, o esa es mi impresión, que nada le ha ocurrido hace poco. Como si yo no hubiera existido en su vida y no me hubiese marchado de casa diez días antes. No parece estar preocupado ni que le falten horas de sueño como a mí. No. Nadie habría apostado porque a ese hombre de ahí, que ahora le aparta la silla a su secretaria para que se siente, le ha abandonado su mujer hace menos de dos semanas. Yo a él, él a mí. Yo tampoco lo tengo muy claro. Yo me fui y él no hizo nada por detenerme. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

—Diva ¿te ocurre algo? Parece que hayas visto un fantasma —me pregunta Toni mientras Joel ojea la carta.

—Ehh, acabo de recordar que… ehhh… Tengo algo urgente que hacer —contesto tratando de no tartamudear sin conseguirlo. Joel saca la cabeza por encima de la carta y me mira extrañado.

Amore , pero si todavía no hemos comido nada.

—Pillaré algo de camino —me levanto haciendo demasiado ruido con la silla y miro hacia donde Sebastian se encuentra para cerciorarme de que no se ha percatado de mi presencia—. No os preocupéis. Después nos vemos en la oficina. Toni, siento dejaros plantados, te debo una comida.

—No te preocupes, pero ¿seguro que no pasa nada?

—No, no. Solo creo que… —doy un paso hacia atrás con tan mala suerte de chocar con un camarero que lleva un par de tazas de té, una en cada mano, y las tira al suelo.

Me agacho a ayudar a recogerlo (y a esconderme de todos los pares de ojos que ahora están puestos sobre mí), pero no me sirve de nada. Me incorporo y me encuentro con la cara de Sebas que me mira sorprendido. Cojo el bolso y salgo de allí como alma que lleva el diablo esquivando todo tipo de obstáculos por el camino. Llego a la calle y cojo aire con fuerzas. Nunca he sido una persona que le tenga miedo a todo, pero en ese momento, no estoy segura de quién soy en realidad, así que mi primera reacción es huir. Doy dos pasos sobre los adoquines de la acera hasta que su voz me paraliza.

—Nerea —pronuncia mi nombre con su perfecto español. Parece increíble que sea inglés y que la mayor parte de su vida la haya pasado en Londres. Sebastian es una de las pocas personas, a parte de mis padres, que no acortan mi nombre para referirse a mí.

Me vuelvo y nuestras miradas se encuentran. Está enfadado, pero yo lo estoy mucho más.

—No puedes evitarme eternamente —dice cansado y molesto. ¿No puedo? Pues es lo que pretendo, sinceramente.

—¿Qué quieres?

—Creo que deberíamos hablar.

—Está todo bastante claro. Mi abogado te llamará.

—Llevo toda la semana intentando hablar contigo. Nos merecemos hacer las cosas bien.

—Hace mucho que dejamos de hacer nada juntos. Ni bien ni mal. Lo nuestro terminó hace bastante más de diez días. Hace años que no existo para ti.

—Eso no es verdad, no seas injusta.

—Injusto fue abandonar mi casa y que a mi marido no le importara.

—¿Por eso lo hiciste? ¿Querías que fuera detrás de ti? Crece y sé consecuente con tus actos —me regaña como si fuera una niña pequeña que tiene una de sus tantas pataletas.

Lo atravieso con la mirada. Me giro y trato de escapar, pero me agarra del brazo y me lo impide.

—Nerea, por favor. Nos debemos hacer las cosas bien.

Tal vez lleve razón, pero yo en este momento no veo nada, las lágrimas que intento cazar salen a borbotones de mis ojos y no quiero que me vea llorar, así que me zafo de su agarre y le digo que no quiero verlo más.

Diez años, diez años con una persona a la que desconozco por completo. Me resulta raro tenerlo cerca y no tocarlo, no tratarlo como lo que ha sido durante mucho tiempo, mi amigo, mi confidente, mi compañero. Y, ahora, de la noche a la mañana, ya no es nada. ¿Cómo se digiere eso? Lloro durante dos días. Al tercero me levanto obligada por Ro y Carol que, avisadas por mi hermana, vienen a rescatarme. Tomamos cantidades ingentes de café, té y kilos de dulces que ésta última ha comprado de camino en La Mallorquina.

—Llamó a casa el otro día, quería hablar con Andrés —me mira con cara de circunstancia. Trato de asimilar a lo que se refiere y ella sigue hablando—. Quería que se ocupara del divorcio —tengo que tragar al escuchar aquella palabra. No sé si quiero divorciarme, pero cuesta acostumbrarse a ello—. Por supuesto le dije a mi marido que, si se ponía de su parte en esto, no volvería a vernos ni a mí ni a los niños nunca más. Tendrá que buscarse otro abogado. Por cierto, Andrés te espera el lunes en el despacho para asesorarte.

—Gracias, pero no es necesario…

—Claro que lo es. Entre todos arreglaremos esto lo antes posible para que puedas seguir con tu vida.

—No es que ahora esté muerta —le contesta Ro a la defensiva.

—No me refiero a eso —Carol me mira. Le digo que lo sé con un gesto y que comprendo qué quiere decir—. Un divorcio puede llegar a ser muy traumático, si conseguís llegar a un acuerdo, será lo mejor para los dos.

—Está bien. Dile a Andrés que me pasaré. Que me mande un mensaje y me diga cuándo le viene mejor.

—Eso funcionaría si encendieras el móvil de una vez.

Llevan razón, ya es hora de volver al mundo real de una forma completa y enfrentarme a todos mis temores. Me asusta tanto que Sebastian haya intentado ponerse en contacto conmigo, como que no lo hubiese hecho. Así de trastornada me encuentro.

Voy al dormitorio y vuelvo con el teléfono en la mano. Le meto el pin y empieza a sonar y a vibrar durante más de un minuto. Casi todas las llamadas pertenecen a Sebastian y Joel. Unas cuantas de mis amigas y dos de mis padres. La proporción de los mensajes es exactamente la misma. Voy al principio y solo leo uno de ellos. Es de mi marido, media hora después de abandonar mi casa hace casi dos semanas. No creas que me suplica que no me vaya, sus palabras exactas fueron «Te estás portando como una loca. Vuelve y hagamos esto como dos personas adultas». Vete al carajo, Sebas. Vete lo más lejos que te puedas ir. ¿Plutón sigue siendo un planeta? Me da igual, múdate a vivir allí y no vuelvas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bilogía Las estrellas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bilogía Las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bilogía Las estrellas»

Обсуждение, отзывы о книге «Bilogía Las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x