Estrella Correa - Bilogía Las estrellas

Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bilogía Las estrellas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Bilogía Las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bilogía Las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¡Ya tenéis disponible al bilogía al completo!Nerea tiene una empresa de éxito, un marido que la quiere y una vida perfecta. Nerea quiere volver a ser feliz, y cree que, si tiene paciencia y lucha, todo volverá a ser como antes; pero no espera que su alrededor cambie tan rápido. Nada es como ella pensaba y sus sentimientos se transforman en algo que desconocía. Nerea tiene miedo, sin embargo, elige vivir.¿Y tú? ¿Serías capaz de saltar al vacío sin paracaídas y sin red?

Bilogía Las estrellas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bilogía Las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Pareces otra —dice mientras toma un trago de café y trastea con el móvil— y hueles a persona distinguida.

—Siento haberme comportado así —voy hasta la cafetera y me sirvo una taza.

—¿Como una guarra? —Le tiro un trapo y ella lo esquiva—. En serio. Tienes que moverte, ir a trabajar, buscar una casa, hacer la mudanza…

—¿Me estás echando? —pregunto sorprendida.

—Claro que no, pero no puedes seguir revolcándote entre tanta desidia. Sebastian te ha dejado ¿Y qué? Ya no estabais juntos, solo compartíais gastos. Y deberías hablar con mamá y papá. No sé ya qué inventarme cuando me preguntan por ti. Les he dicho que tienes mucho trabajo y estás muy ocupada.

Cris lleva razón, debo centrarme y empezar a ordenar mi vida. Así que, en un arrebato, me levanto demasiado deprisa, me mareo y vuelvo a caer de bruces sobre el sofá. Mi hermana me mira y sonríe.

—Tal vez sea mejor que te lo tomes con calma. Ayúdame a preparar la comida.

El menú del domingo consiste en pollo a la plancha y patatas fritas. La cocina es pequeña y a Cristina no se le da muy bien cocinar. Ella lo que hace verdaderamente bien es la fotografía, tanto que lo ha convertido en su profesión, pero no de bbc (bodas, bautizos y comuniones). No. Ella trabaja para las mejores revistas de moda y tendencias del país. Estoy muy orgullosa de mi hermanita. Realmente es una artista con mucho talento y un futuro prometedor. Siempre he sabido que llegará muy lejos, todo lo lejos que se proponga.

Para mi asombro, me como un plato que carga hasta arriba. Las patatas siempre me han gustado de cualquier manera, no obstante, las prefiero así, fritas y aceitosas. Qué le voy a hacer, todos tenemos alguna manía que nos perjudica la salud, yo no bebo ni fumo (de manera habitual); me harto de patatas como una gorrina. Fregamos la vajilla, recogemos el mini piso en cero coma dos segundos y nos tumbamos sobre el sofá a ver una peli de las que televisan la sobremesa de los fines de semana. Aún queda un mes y medio para Navidad, sin embargo, ya huele a epifanía, y el film trata de una pareja de desconocidos que coinciden el día de Nochebuena en un centro comercial, se quedan prendados el uno del otro con tan sólo cruzar una sola frase y no vuelven a verse hasta justo dos años más tarde. Amor, qué gran mentira.

Me despierto una hora después, el timbre suena en el salón y retumba en mis tímpanos. Tendría que hablar con mi hermana para bajarle el volumen al altavoz. Miro a ambos lados y no encuentro a Cristina. La llamo, pero nadie contesta. Me levanto, camino hasta la puerta (dos pasos y medio tengo que dar) y miro por la mirilla. Veo a un guayabo de impresión que no reconozco. Vaya, menudo cuerpo y ojazos tiene el desconocido.

—Pétalo, abre, te estoy escuchando. Date prisa que me meo. —Otro fino.

Debe ser verdad porque se mueve de una forma muy graciosa, de un lado a otro, dando saltitos, mientras se recoloca el paquete. Sonrío y pienso si abrirle o no. Allí no vive ninguna Pétalo.

—Cris, no aguanto más.

No lo conozco de nada, pero está claro que él sí conoce a mi hermana. Ha dicho su nombre.

Vuelve a tocar el timbre y lo acompaña de dos golpes fuertes en la puerta.

—Te juro que como no abras, le riego la maceta a tu vecina. —El muchacho lo está pasando fatal, lo veo en la mueca de su cara, sin embargo, no hago nada. Porque yo, en cambio, me lo estoy pasando pipa.

Unos segundos después abro los ojos de par en par. Madre mía, no lo ha dicho de broma, se está desabrochando el botón del pantalón y girándose hacia el pobre helecho. Abro la puerta a toda prisa.

—No ¡no! ¡No lo hagas! —grito.

El joven que tengo frente a mí casi se ha sacado la chorra allí en medio del descansillo. Gira su cuerpo y sonríe. Posee la sonrisa más sensual que he visto nunca. Los dientes perfectamente alineados y de un blanco nuclear rodeado de unos jugosos labios sin llegar a ser voluminosos (más bien todo lo contrario). Una barba de cuatro días los rodea. Debe medir al menos un metro noventa y el flequillo peinado hacia atrás levantado unos centímetros. Un moreno de ojos azules de los de toma pan y moja . Debo de llevar un rato sin decir nada, porque da un paso y se pone frente mí.

—Entonces… ¿Puedo…?

Me hago a un lado dejándole paso y su aroma se introduce por mis fosas nasales despertando una parte de mí que creía dormida desde hacía mucho tiempo. Lleva unos vaqueros desgastados, una camiseta Diesel verde militar, una chaqueta de cuero negra y unas botas de cordones del mismo color. Reconozco que le miro el culo durante los dos segundos que tarda en cruzar el saloncito y desaparecer tras la puerta del baño. Un trasero de impresión, sí señor.

Me giro a cerrar la puerta y me choco con Cristina que entra en ese momento con una bolsa en la mano.

—Ha llegado tu invitado.

—¿Dónde está? —pregunta mientras deja las cosas sobre la encimera.

—En el baño. Casi mea en la maceta de tu vecina.

—Me extraña que ese helecho no haya muerto ya —mira detrás de mí, encontrando a quien busca—. ¡Tú! —lo señala con el dedo—, eres un indeseable, deja de experimentar con esa maceta.

Me vuelvo y me encuentro de nuevo con esa sonrisa que ilumina toda la sala y a la que acompaña unos ojos enormes adornados de una inmensas pestañas.

Parpadeo varias veces y, haciendo alarde de mi educación (y viendo que Cristina no tiene intención de presentarnos), lo hago yo.

—Hola, soy Nerea.

—Ya os conocéis, es Pablo.

3

VIDA NUEVA, SOFÁ NUEVO

El tío enorme, guapo y atractivo hasta casi rabiar que me mira sonriente es Pablito. El niño que rondaba por mi casa corriendo junto a Cris. Su mejor amigo desde los cuatro años, hijo de nuestros vecinos y un incordio para mí. Siempre me perseguían a todos lados, yo los echaba de muy malas maneras y, al cabo de un rato, me los volvía a encontrar. Lo miro de arriba abajo, durante demasiado tiempo y muy descarada, tanto que, cuando llego a su cara, sus ojos me esperan clavados en los míos. Aparto la mirada, avergonzada, y trato de disimular lo mucho que me ha impresionado. Pablo ha crecido. Y mucho.

Me quedo muda, prácticamente sin nada que decir. Pablo se acerca a mí, me agarra de la cintura y se agacha hasta juntar nuestras mejillas y darme dos besos que recordaré mientras viva. Sus labios, cálidos, rozan mi piel erizando todos los vellos de mi cuerpo. Yo diría que se entretiene demasiado y que alarga el contacto más de lo necesario, pero no me quejo. Me da tiempo a sentirlo en muchas partes de mi cuerpo, noto su fuerte mano apretar sobre la parte alta de mi cadera, la otra me acaricia el cuello aprovechando que me aparta un mechón de pelo de la mejilla, sus calientes labios demasiado cerca de los míos y su pecho rozando mi hombro izquierdo… uff qué calor me entra, casi ardo ante su cercanía. ¿Qué me pasa? Parezco una quinceañera con las hormonas revolucionadas. Nunca me he sentido así antes, ni siquiera cuando conocí a Sebastian, que me gustó desde el primer momento.

Cuando se retira, me mira, divertido.

—No nos vemos desde hace mucho —dice sin soltarme de la cintura.

Lo sé, creo que la última vez él lleva ortodoncia y yo el pelo por la cintura.

—¿Te ha comido la lengua el gato? —pregunta divertido.

Doy un paso atrás y me separo interponiendo distancia entre los dos.

—Salgo a dar una vuelta. Querréis hablar de vuestras… cosas.

—Vamos a beber cerveza y escuchar música —Cristina saca una del frigorífico y se la ofrece a su amigo.

—No quiero molestar. Mejor me voy.

—Vamos, quédate —me pide Pablo—, si te vas ahora, me sentiré fatal —la abre y le da un trago—, parece que lo haces por mí —sonríe y… ¡Madre mía qué sonrisa! Preocupado porque me vaya no lo veo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Bilogía Las estrellas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bilogía Las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Bilogía Las estrellas»

Обсуждение, отзывы о книге «Bilogía Las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x