Estrella Correa - Bilogía Las estrellas
Здесь есть возможность читать онлайн «Estrella Correa - Bilogía Las estrellas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Bilogía Las estrellas
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Bilogía Las estrellas: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Bilogía Las estrellas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Bilogía Las estrellas — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Bilogía Las estrellas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Sale del baño y me deja sola. Más sola de lo que me siento en estos momentos. Si es posible. Y eso que llevo así mucho tiempo, de esto me doy cuenta después. Sebastian y yo hace siglos que casi ni hablamos. Nos acostumbramos a estar acompañados, pero en soledad, nos refugiamos o nos excusamos con la cantidad excesiva de trabajo que ambos tenemos y dejó de parecernos raro que camináramos por la casa como si el otro no estuviera allí. Él empezó a viajar cada vez más y dejó de pasar muchas noches en casa.
Me siento en el inodoro y comienzo a llorar de nuevo. Tapo mi cara con las manos y me llamo, una y otra vez: «tonta de remate». A veces no veo las cosas venir ni aunque las tenga delante con un cartel de luces de neón anunciando su llegada. Me pasa de vez en cuando. «Nerea, despierta. Vives en las estrellas», me ha dicho siempre mi madre. Y lleva razón. No me explico la media de sobresaliente de mi expediente académico. Todos dijeron que me comería el mundo y no me ha ido del todo mal, tengo una de las mejores empresas de preparación de eventos de toda la ciudad, pero nunca he creído que me pasaría esto a mí. Es como esas cosas que escuchas que le ocurre a la gente, a una prima de una amiga de una amiga. No obstante, yo me casé para toda la vida. Veo a mis padres y quiero ser como ellos. Envejecer al lado de la persona que amas tiene que ser maravilloso y yo he amado locamente a Sebastian, (o amo, no lo sé). No puedo dejar de quererlo de la noche a la mañana. Ayer nos acostamos juntos, me abracé al hombre de mi vida y me dije que la mala racha pasaría, como muchas otras. Todas las parejas pasan por esto alguna vez, no nos hace especiales atravesar un mal momento en nuestra relación. Llevamos juntos diez años, no parece raro que, en un transcurso de tiempo tan largo, nos encontremos con problemas. Ya los hemos tenido antes y siempre los hemos superado.
Carol vuelve al cuarto de baño, en el que me ahogo, unos minutos después. Yo sigo sin vestir, pero ella no hace alusión a mi desgana, solo se agacha, me agarra de las manos y me levanta. Me pone las mallas negras y la sudadera que ha dejado doblada sobre el lavabo antes de marcharse y salimos al salón. Como siempre, repleto de juguetes. Tropiezo con un Capitán América y un Hulk de quince centímetros antes de llegar al sofá y conseguir sentarme. Espero a que traiga un par de tazas de café y admiro la inmensidad de la estancia. Un enorme salón de un gran piso situado en el barrio de Los Jerónimos, un lugar tranquilo, cerca del Retiro, rodeado de parques y zonas verdes para los niños, comprado después de reflexionar sobre el futuro. Su marido, Andrés, abogado de profesión, pronto la embelesó para tener dos niños, Raúl y Manel, de cuatro y dos años de edad. Carol, como experta pediatra, siempre ha sabido los problemas que dos bebés les acarrearían, pero desde el principio tuvo claro que los quería tener y pronto se pusieron a ello.
Yo vivo en Sol, en un piso céntrico totalmente reformado. Enorme, demasiado grande para nosotros dos, pero de eso tampoco me he dado cuenta hasta ahora. No hemos tenido hijos, en alguna ocasión hablamos de ello, pero a Sebastian le entra urticaria y a mí los siete males (todos a la vez), así que siempre lo hemos aplazado justo hasta disponer de suficiente tiempo para la tarea de criar un bebé (tiempo y ganas, no nos vamos a engañar).
Así que aquí estoy yo, llorando como una magdalena, sobre el sofá del sofisticado pero desordenado salón de una de mis mejores amigas a mis treinta y cuatro años sin saber qué hacer, por dónde tirar ni lo que va a ser de mi vida a partir de hoy.
—Ro llegará enseguida —me da el café humeante y agarro la taza temblando. Doy un sorbo y el líquido caldea mi cuerpo por dentro.
Rocío es mi otra mejor amiga, una andaluza un poco brusca que conocimos hace ya siete años en un curso de cocina. Carol y yo decidimos que sería buena idea aprender a cocinar y lo fue, a la par que divertido y práctico. Hasta ese momento lo único que sabíamos hacer era utilizar la freidora. La de fiambreras que descongelamos mientras estudiábamos en la universidad. Nos costó mucho trabajo sacar tiempo para asistir a esas clases, mi empresa empezaba a despegar y Carol ya pasaba más de doce horas diarias en el hospital, sin embargo, merecieron la pena. Rocío, actriz de profesión, nos cayó bien desde el primer día. Acababa de llegar a Madrid para estudiar un Máster de Teatro y Artes Escénicas y congeniamos enseguida. Nos hicimos inseparables. Dos años después conoció a Carlo, un chef italiano dueño del restaurante más famoso de toda la ciudad, Temaka, y, desde entontes, están juntos. Nunca se han casado «porque no se van a dejar llevar por lo que dicta una sociedad idiotizada y emborregada», pero se tratan como marido y mujer y eso es lo importante. Tienen sus propias normas y tiempos muertos, sin embargo, son una pareja feliz y se complementan a la perfección.
—¿Estás mejor?
Me encojo de hombros y cierro los ojos. No soy capaz de sumar dos más dos. No, no estoy mejor y no sé si algún día lo estaré. Decir que el futuro lo veo negro es un eufemismo en toda regla. No lo veo. Todo lo he imaginado a su lado. Con él. De dos en dos. Sebastian y yo. Así ha sido siempre y así tendría que ser.
Suena el timbre y Carol va a abrir. La escucho hablar desde donde me encuentro.
—¿Cómo está? —pregunta Rocío.
—No muy bien —contesta ella.
Tras una breve conversación de la que no he podido descifrar la mayor parte porque solo susurran, las veo aparecer en el salón y Ro viene a darme un abrazo que dura más de un minuto. Carol desaparece tras la puerta de la cocina y vuelve con una taza de té para nuestra amiga. Se la ofrece cuando me suelta y ella la coge con brío.
—Ni siquiera os he contado lo que ha pasado —suspiro.
—Te conocemos muy bien —dice Carol con condescendencia.
—Y lo llevamos esperando mucho tiempo —ataja Rocío. Ella siempre sincera y directa.
Agacho la cabeza y me toco la frente en un gesto inconsciente para taparme la cara. Me siento avergonzada y muy enfadada conmigo misma ¿Cómo es posible que todo el mundo haya visto que mi matrimonio murió hace mucho y yo no? No nos ha ido tan mal, ha habido días en los que he visto gestos en Sebastian que me hacen creer que todavía me ama. Me abraza alguna vez, me dice «te quiero» cuando me besa, me hace regalos de vez en cuando.
—Soy imbécil —musito para mí, pero mis amigas me oyen.
—No lo eres, solo estabas enamorada. El amor te ha estado cegando y no te ha dejado ver nada —contesta Carol.
—¿Tan evidente era? —levanto la cara y lo miro a los ojos.
Carol se sienta a mi lado, me coge la mano y la aprieta.
—Tu matrimonio no funciona desde hace mucho. Casi hacéis vidas separadas. Solo era cuestión de tiempo.
—Yo… lo quiero —una lágrima rueda por mi mejilla.
—Tú no lo quieres. Solo estás acostumbrada a él. Es cómodo tener a alguien a tu lado los domingos por la tarde.
—Sebastian ya ni pasaba los fines de semana en casa.
—Mejor me lo pones —suena el teléfono fijo y Carol se levanta—. Tengo que cogerlo, pueden ser Andrés y los niños —descuelga y se pierde hablando por el pasillo que va a las habitaciones.
¿A eso ha quedado reducido mi matrimonio? ¿En eso se ha basado más tiempo que menos? ¿En comodidad? Me estremezco.
No. Yo lo quiero.
Miro a Ro y me asusto. No sé si deseo escucharla hablar porque no mide el daño que pueden causar sus palabras y yo en estos momentos no estoy segura de poder soportar su cruel sinceridad.
—No has dicho gran cosa —me atrevo.
—Sebastian nunca me ha caído muy bien. Ya lo sabes. Tú te mereces mucho más. Un hombre que pelee cada día por ti, que bese el suelo que pisas y que te folle como si fuera a terminar el mundo mañana. El picha floja ese se puede ir al carajo y ojalá lo funda la lava de un volcán. Lo siento, pero me alegro de que esto haya ocurrido. Crees que es lo mejor que has tenido porque es lo único —enfatiza esto último— que has tenido. Cuando conozcas lo que te estás perdiendo, cambiarás de opinión. Hay todo un mundo ahí fuera, experiencias y hombres maravillosos que matarían por ti, pero que aún no lo saben. A mí tampoco me engañas, tú hace mucho que dejaste de quererlo, lo que tienes es pánico a estar sola. Y, en mi opinión, es lo que necesitas. Me alegro que hayas dejado a ese cabrón.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Bilogía Las estrellas»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Bilogía Las estrellas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Bilogía Las estrellas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.