Mijail Shólojov - Lucharon Por La Patria
Здесь есть возможность читать онлайн «Mijail Shólojov - Lucharon Por La Patria» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Lucharon Por La Patria
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Lucharon Por La Patria: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lucharon Por La Patria»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Lucharon Por La Patria — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lucharon Por La Patria», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
»Me siento a la mesa, fumo y observo. Mi agradable mujercita se encamina hacia el baúl y hace un hatillo con sus cosas. Luego se va con él hasta la puerta y me dice: "Me voy de tu casa. A partir de ahora viviré con mi hermana." No intento contradecirle, pues me doy cuenta de que tiene en su cuerpo al mismísimo Satanás, así que le doy la razón: "Sí, ve -le digo -, allí estarás mejor." "¡ Ah, de modo que esas tenemos! -grita -. ¿Tanto me quieres que ni siquiera haces nada por retenerme? Bueno, pues ahora no me marcho. Me ahorcaré y la conciencia te remorderá toda tu vida, ¡hijo de perra!"
Sviaguintsev, animado por aquellos recuerdos, sacó la petaca, sonrió ladeando la cabeza y se dispuso a liar un cigarrillo. Nikolai, que tenía los calcetines calientes y húmedos por el sudor de las manos, también sonreía aunque se sentía soñoliento y débil. Tenía que ir a lavar los calcetines hasta el pozo pero se sentía atraído por la charla de Sviaguintsev y no quería interrumpirle; además le faltaban fuerzas para levantarse y caminar a pleno sol. Una vez hubo encendido el cigarrillo, Sviaguintsev continuó su relato:
– Lo pensé un momento y le dije: «Muy bien, Natacha Filipovna, ahórcate; encontrarás una cuerda detrás del baúl.» Dejó el hatillo, cogió rápidamente la cuerda y se dirigió a la habitación de arriba. Movió un poco la mesa y luego sujetó un cabo de la soga al gancho que en otros tiempos había servido para atar la cuna; en el otro cabo hizo un nudo corredizo que se pasó alrededor del cuello. Pero en vez de saltar de la mesa, dobla las rodillas apoyando la barbilla en el lazo y empieza a soltar estertores como si realmente se estuviera ahorcando. Yo mientras tanto seguía sentado en la mesa desde donde podía ver todo lo que ella estaba haciendo en aquella habitación a través de la puerta abierta. Transcurridos unos momentos, comenté en voz alta: «¡Vaya, afortunadamente parece que se ha ahorcado! Acabó mi sufrimiento.» ¡Tenías que haber visto cómo saltó de la mesa y corrió hacia mí con los puños cerrados! «¿De modo que estarías satisfecho si me hubiera ahorcado? – gritó -. ¡Qué amoroso es mi marido!» Tuve que apaciguarla por la fuerza bruta. A pesar de que había tragado casi un litro de vodka, se me pasó la borrachera como si me hubieran dado un puñetazo. Después de esta escena me pongo a pensar: «Mucha gente se ha ido a ver la representación a la Casa del Pueblo y yo tengo función gratis en mi propia casa.» Me dio la risa y hasta me puse contento.
»Ya ves de qué cosas son capaces las mujeres. ¡Son de lo que no hay! Y más vale que los niños no estaban aquella noche en casa; se los había llevado una de mis parientes. De no ser así les habríamos dado un buen susto.»
Sviaguintsev permaneció en silencio durante un buen rato, pero luego reanudó la conversación aunque sin el mismo entusiasmo de antes:
– No creas, Nikolai, que siempre ha sido así. Ella empezó a estropearse hace dos años. Y para decirlo claramente, la estropeó la literatura.
«Durante ocho años nuestra vida transcurrió con normalidad. Ella trabajaba como tractorista: ni se mareaba ni inventaba ninguna clase de truco. Luego empezó a leer libros y las cosas cambiaron. Tiene una manera de hablar tan culta que nunca utiliza palabras corrientes, sólo utiliza las más complicadas. Muchas noches las pasa enteras leyendo, de modo que durante el día anda como una cabra de un lado a otro y cayéndosele todo de las manos. En una ocasión se me acercó dulzona y me dijo: "Vania, alguna vez deberías dirigirte a mí con palabras un poco más elevadas. Jamás he oído de tus labios palabras tiernas como las que se emplean en los libros." Me entró como una especie de odio. "Ya basta de lecturas", me digo a mí mismo; y a ella: "Natacha, te estás volviendo idiota. Llevamos diez años viviendo juntos, hemos criado a tres hijos y ¿a santo de qué tengo que declararme ahora? ¡Ya no tengo la lengua para esas cosas! Desde que era joven nunca he utilizado palabras tiernas, he tenido que utilizar mis manos y ahora no voy a cambiar. ¡No vayas a pensar que estoy tan loco! Y a ti, más te valdría ocuparte de los niños y no de leer tanto libro." Porque es cierto que los niños no están atendidos, corretean por doquier como golfillos y en la casa no hay orden ni concierto.
«Imagínate, Nikolai, ¿acaso se puede consentir eso? Por supuesto, no estoy en contra de los libros que pueden instruirle a uno, como los que tratan de motores, de cosas técnicas. Yo también tenía varios libros y muy interesantes. Sobre el cuidado del tractor, uno acerca del motor de combustión interna, otro sobre la instalación de un motor Diesel y no digamos sobre máquinas complejas, las que realizan el trabajo de un montón. Le he dicho cantidad de veces: "Natacha, deberías leer ese libro sobre el tractor; es muy curioso, tiene dibujos y esquemas. Trabajas de tractorista, así que debes conocerlo." ¿Te parece que lo ha leído? ¡Qué va! Huía de mis libros como de la peste; para ella sólo cuenta la literatura de esa que trata sobre el amor y nada más. Reñí con ella, intenté convencerla de que no obraba correctamente, pero fue todo inútil. Pegarle no, porque en mi vida le he pegado. Fui herrero durante seis años, antes de trabajar en las máquinas, y me quedó una mano muy dura.
»Así transcurría nuestra vida familiar antes de que me llamaran a filas, amigo. Y si crees que ahora que estamos separados estamos mejor, te diré que es más bien todo lo contrario. Te hablaré con franqueza y en secreto: no logro de ninguna manera poner orden en mi correspondencia con Natacha Filipovna; no lo logro por más que llore. Ya sabes, Nikolai, aquí en el frente todos recibimos con alegría las cartas de nuestras casas, incluso nos las leemos unos a otros en voz alta; tú mismo me has leído alguna carta de tu hijito. Sin embargo, a mí me da vergüenza leer las cartas de mi mujer. Cuando todavía no nos habíamos alejado de Jarkov, recibí tres cartas suyas una detrás de otra, y cada una empezaba así: "¡Mi pollito adorado!" Cuando leo tal cosa se me ponen los pelos de punta. Me pregunto de dónele ha podido sacar semejante calificativo gallináceo y la respuesta no puede ser otra que de los libros. ¿ No estaría mejor que escribiera "querido Vania" o algo por el estilo? ¡Pero "pollito"…! Cuando estaba en casa me llamaba cada vez más frecuentemente "demonio colorado" y ahora que me he marchado, me he convertido en "pollito". En todas las cartas me contaba las cosas como si nada: que los niños se encontraban bien y que el parque de máquinas y tractores seguía como siempre… y luego, en el resto de páginas, empieza a hablar de amor pero con unas palabras tan extrañas, tan literarias, que se me escapan las ideas y la vista empieza a fallarme…
»Dos veces leí estas cartas insoportables y me sentí como borracho. Slyusarev, de la segunda sección, se me acerca y me pregunta: "¡Qué, muchacho! ¿Alguna novedad en casa?" Escondo rápidamente la carta en el bolsillo y me limito a hacerle un gesto con la mano, como dándole a entender:
'Lárgate, simpático, déjame en paz.' Me vuelve a preguntar: '¿Todo va bien por allá? Por la cara que pones parece que ha habido una desgracia.' Y yo, ¿qué puedo decirle? Lo pienso un instante y respondo: 'La abuelita, mira, se me ha muerto la abuelita.' Así ya no me molesta y se va.
«Cuando cae la noche, me pongo a escribir a mi mujer. Le mando recuerdos para los niños, para los demás familiares y luego paso a explicarle detenidamente todo lo relacionado con el servicio. Más adelante le escribo: "No me llames de cualquier modo pues tengo mi nombre de pila; acaso hace treinta y cinco años se me podía considerar un 'pollito' pero ahora soy un gallo hecho y derecho, y lo de 'pollito' no corresponde a mis ochenta y dos kilos. Y lo que es más, te ruego que dejes de hablarme de amor y de marearme. Quiero saber cómo van las cosas en el parque de máquinas, cuáles son los amigos que permanecen en casa y qué tal funciona el nuevo director…"
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Lucharon Por La Patria»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lucharon Por La Patria» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Lucharon Por La Patria» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.