Alex estaba junto a una ventana, mirando las luces de la ciudad, cuando volvió Margot.
– Una mujer simpática -decidió ella- y leal.
– Sí -dijo él, y pensó: fueran cuales fueran los cambios que se hicieran mañana y los días siguientes, se iba a encargar de que mistress Callaghan fuera tratada con consideración. También había otra gente en quien debía pensar. Alex iba a promover inmediatamente a Tom Straughan al puesto previo del mismo Alex, como vicepresidente ejecutivo. Orville Young podía muy bien ponerse los zapatos de Heyward. Edwina D'Orsey pasaría al cargo de vicepresidente y estaría encargada del departamento de depósitos; era un cargo que Alex había pensado desde hacía tiempo para Edwina, y pronto esperaba hacerla ascender más. Entretanto debía ser nombrada, inmediatamente, miembro de la Dirección.
De pronto se dio cuenta: daba por sentado que iba a aceptar la presidencia del banco. Bueno, Margot se lo acababa de decir. Evidentemente ella tenía razón.
Se apartó de la ventana y de la oscuridad exterior. Margot estaba de pie junto a la mesita para el café, mirando las fotos. Bruscamente se rió, y entonces él hizo lo que tenía ganas de hacer y rió junto con ella.
– ¡Por Dios! -dijo Margot-. ¡Es grotescamente triste!
Cuando dejaron de reír él se inclinó, recogió las fotos y las metió en el sobre. Tuvo tentación de tirar el sobre al fuego, pero comprendió que no debía hacerlo. Era destruir una prueba que podía ser necesaria. Pero iba a hacer todo lo posible para impedir que las fotos fueran vistas por otros ojos… en memoria de Roscoe.
– Grotescamente triste -repitió Margot-. ¿Es eso todo?
– Sí -asintió él y, en aquel momento, comprendió que la necesitaba, que siempre iba a necesitarla.
Le tomó las manos, recordando lo que habían estado hablando cuando llegó mistress Callaghan.
– No importan los abismos entre nosotros -dijo Alex, con premura-, también contamos con una buena cantidad de puentes. Tú y yo nos hacemos bien mutuamente. Vivamos juntos permanentemente, Bracken, a partir de ahora.
Ella objetó.
– Probablemente no dará resultado o no durará. Las posibilidades están en contra.
– Entonces procuraremos demostrar que se equivocan.
– Naturalmente hay una cosa a nuestro favor -los ojos de Margot chispearon con travesura-. La mayoría de las parejas que se comprometen «a amarse y respetarse hasta que la muerte los separe» terminan ante los tribunales de divorcio antes de un año. Tal vez si empezamos sin creer o esperar mucho, nos irá mejor que a los demás.
En el momento de estrecharla entre sus brazos, le dijo:
– A veces los banqueros y los abogados hablan de más.
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*«Deacon»: diácono.
* Help: en inglés, socorro. M y n.
* Wizard: brujo, hechicero.