Jean-Christophe Grangé - Esclavos de la oscuridad

Здесь есть возможность читать онлайн «Jean-Christophe Grangé - Esclavos de la oscuridad» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Esclavos de la oscuridad: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Esclavos de la oscuridad»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una novela deslumbrante que explora el filo entre la vida y la muerte, lo divino y lo satánico.
Tras el intento de suicidio de su mejor amigo, un policía decide investigar las razones que lo llevaron a tomar esa decisión. En el camino a la verdad descubrirá prácticas satánicas, drogas africanas y una serie de asesinatos horrendos sin explicación. Las víctimas comparten solo una cosa en común: experimentaron la muerte. ¿Cómo puede revivir alguien clínicamente muerto? ¿Qué ocurre si en vez de ver la luz, vio las tinieblas?
Una novela diabólica con todos los ingredientes para convertirse en un éxito y una referencia del género, por el maestro del thriller e indiscutible que nos acerca a una de las realidades más sorprendentes e intranquilizantes de la medicina moderna: las experiencias de muerte inminente.

Esclavos de la oscuridad — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Esclavos de la oscuridad», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La verdad era evidente.

Antes de hundirse en el infierno, Luc se había protegido contra el diablo.

8

Diciembre de 1991

Hacía dos años que no veía a Luc. Dos años en los que yo seguía mi propio camino, enfrascado en los autores paleocristianos, viviendo con el Apologeticum de Tertuliano y el Octavius de Minucio Félix. Desde el mes de septiembre me había integrado en el Seminario Pontificio francés de Roma.

El período más feliz de mi vida. El edificio rosa del número 42 de la via Santa Chiara. El gran patio rodeado por una galería ocre pálido. Mi pequeña habitación con las paredes amarillas, que yo percibía como un refugio para mi corazón y para mi conciencia. La sala de estudio donde ya ensayábamos los gestos litúrgicos. «Benedictos es, Domine, deus uniuersi …» Y la azotea del edificio, abierta ciento ochenta grados sobre las cúpulas de San Pedro, el Panteón, la iglesia de Gesú…

Para Navidad, mis padres habían insistido en que fuera a París; era importante, «vital», decía mi madre, que celebráramos el fin de año en familia. Cuando aterricé en Roissy, la situación había cambiado: mis progenitores habían acabado haciendo un crucero a las Bahamas a bordo del velero de un socio inversor de mi padre.

Era la noche del 24 de diciembre y yo me sentía más bien aliviado. Dejé mi bolsa en la residencia de mis padres en la avenida Victor Hugo y salí a caminar por París. Así de sencillo. Mis pasos me guiaron hasta Notre-Dame. Llegué justo a tiempo para oír la misa del gallo.

A duras penas logré penetrar en la catedral abarrotada de fieles. Me escabullí por la derecha. Un espectáculo increíble: miles de cabezas erguidas, rostros en sentido recogimiento, un gran silencio envuelto de incienso y resonancias. Anónimo entre los anónimos, saboreaba ese fervor de una noche, que me permitía olvidar, solo por un momento, la decadencia de la fe católica, la pérdida de vocaciones, la deserción de las iglesias.

– ¡Mathieu!

Volví la cabeza sin reconocer el rostro en medio de la multitud.

– ¡Mathieu!

Alcé la vista. Sentado en la base de una columna, Luc dominaba la masa de los fieles. Su rostro pálido, salpicado de manchas cobrizas, brillaba como un cirio solitario. Se sumergió en la multitud. Un segundo después, me tiraba del brazo.

– Ven. Nos largamos.

– La misa acaba de empezar…

En el fondo del coro el sacerdote declamaba:

¡En ti, Señor, mi esperanza!

Sin tu ayuda, estoy perdido…

Luc siguió:

– «Pero fortalecido por tu poder, no estaré nunca desencantado…» Esa ya la conocemos, ¿no?

El tono burlón se había vuelto todavía más agresivo. A nuestro alrededor oímos algunas protestas. Para evitar el escándalo, acepté seguirlo. Cuando nos acercamos al muro, lo cogí por el hombro.

– ¿Has regresado a Francia?

Luc me guiñó un ojo.

– Disfruto del espectáculo.

Detrás de los cristales de sus gafas, su mirada era todavía más encendida que antaño. Sus facciones, muy acentuadas, dibujaban sombras en sus mejillas. De no conocerlo tan bien habría creído que se drogaba.

Luc se abrió paso entre las apretadas filas y se detuvo cerca del confesionario, al lado del cristal protector. Abrió la puerta transparente y me empujó al interior.

– Entra.

– ¿Estás loco?

– ¡Entra, te digo!

Me encontré en el confesionario. Luc pasó por la otra puerta, del lado del sacerdote, y corrió las dos cortinas. En un segundo, nos habíamos aislado de la multitud, de los cantos, de la misa. La voz de Luc se filtró por las rejillas de madera.

– Lo he visto, Mat. Lo he visto con mis propios ojos.

– ¿A quién?

– Al diablo. En vivo.

Me incliné tratando de distinguir su rostro a través del enrejado. Casi fosforescente. Sus facciones se estremecían. No cesaba de morderse el labio inferior.

– ¿Quieres decir en Sudán?

Luc se hundió en la oscuridad, sin responder. Era imposible saber si iba a llorar o a estallar en carcajadas. Esos dos últimos años solo habíamos intercambiado algunas cartas. Yo le escribí que me habían aceptado en el seminario de Roma. Él me había contestado que continuaba con su «trabajo», bajando siempre hacia el sur, donde los rebeldes cristianos luchaban contra las tropas regulares. Sus cartas eran extrañas, frías, neutras; resultaba imposible adivinar su estado de ánimo.

– En Sudán -dijo riendo sarcásticamente-, solo he visto la huella del diablo. El hambre. La enfermedad. La muerte. En Vukobar, en Yugoslavia, he visto a la bestia en acción.

Sabía por los periódicos que la ciudad croata acababa de caer en manos de los serbios, después de tres meses de asedio.

– Bebés decapitados por las bombas. Críos con los ojos arrancados. Mujeres embarazadas con el vientre destripado antes de ser quemadas vivas. Los heridos asesinados a quemarropa dentro mismo del hospital. Quinceañeros obligados a violar a sus madres… Todo eso, lo he visto yo. El mal en estado puro. Una fuerza liberada en el interior de los hombres.

Como contraste, pensé en mí, en el interior de mi celda amarilla. Cada mañana, escuchaba las noticias de Radio Vaticana. A salvo y arropado.

– ¿Cómo… cómo saliste de allí? -pregunté.

– Un milagro.

– ¿Para qué asociación trabajabas?

– Para ninguna.

Rió otra vez con sarcasmo, acercándose al tabique que nos separaba.

– Me alisté, Mat.

– ¿Qué?

– Voluntario. La única solución para sobrevivir allí.

De repente, pensé que Luc se confesaba, pero estaba equivocado. Luc no se arrepentía de nada. Al contrario, estaba orgulloso de haber pasado a la acción. Afloró mi agresividad.

– ¿Cómo pudiste?

Luc se acurrucó nuevamente en la oscuridad. En la catedral se apagaron los cánticos. Entonces escuché un ruido mucho más cercano: los sollozos de Luc. Lloraba con el rostro hundido entre las manos. Inmediatamente cambié de tono.

– Debes olvidar todo aquello. Lo que hicieron, lo que tú hiciste… No puedes juzgar a la humanidad en esas condiciones: estabas en la peor de las situaciones: aquella en la que el hombre se convierte en un monstruo. Tú…

Luc levantó la cabeza y se acercó otra vez. Las lágrimas brillaban sobre sus pómulos pero sonreía. Una sonrisa a medias que le deformaba el rostro.

– ¿Y tú, todavía en el seminario?

– Desde hace tres meses.

– ¿No has traído la sotana? ¿Estás de incógnito?

– No me tomes el pelo.

Rió, sorbiéndose los mocos.

– ¿Todavía en tu hospital de sanos?

– ¿A qué estás jugando? ¿Has esperado hasta los veinticuatro años para descubrir la violencia? ¿Te hacía falta ver Vukovar para medir la crueldad humana? Y ahora, ¿qué harás? ¿Ir a otro frente? La luz está en nosotros, Luc. Recuerda el Evangelio de San Juan: «El hijo de Dios ha aparecido precisamente para destruir las obras del diablo».

– Ha llegado demasiado tarde.

– Si crees eso, es que has perdido la fe. Nuestro cometido no es que nos fascine el mal, sino llamar al bien, guiarlo…

– Eres un enchufado, Mat. Buen tío, pero un enchufado. Un pequeñoburgués de la fe.

Me agarré al enrejado. Bajo la nave los cantos se reanudaron.

– ¿Qué buscas? ¿Qué es lo que quieres?

– Seguir en la acción.

– ¿Vuelves a Yugoslavia?

– Estoy matriculado en Cannes-Écluse.

– ¿Dónde?

– En la academia de policía. Convocatoria de enero. Seré madero. Dentro de dos años estaré en la calle. No hay otra solución. Quiero enfrentarme con el diablo en su terreno. Quiero ensuciarme las manos. ¿Lo pillas?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Esclavos de la oscuridad»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Esclavos de la oscuridad» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jean-Christophe Grangé - La Terre des morts
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Kaïken
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Miserere
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Le Passager
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Le Сoncile de pierre
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - La Forêt des Mânes
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - L'Empire des loups
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Les Rivières pourpres
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Congo Requiem
Jean-Christophe Grangé
libcat.ru: книга без обложки
Jean-Christophe Grangé
Jean-Christophe Grangé - Le concile de pierre
Jean-Christophe Grangé
Отзывы о книге «Esclavos de la oscuridad»

Обсуждение, отзывы о книге «Esclavos de la oscuridad» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x