P. James - Muerte en la clínica privada

Здесь есть возможность читать онлайн «P. James - Muerte en la clínica privada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Muerte en la clínica privada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Muerte en la clínica privada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando la prestigiosa periodista de investigación Rhoda Gradwyn ingresa en Cheverell-Powell, en Dorset, para quitar una antiestética y antigua cicatriz que le atraviesa el rostro, confía en ser operada por un cirujano célebre y pasar una tranquila semana de convalecencia en una de las mansiones más bonitas de Dorset. Nada le hace presagiar que no saldrá con vida de Cheverell Manor. El inspector Adam Dalgliesh y su equipo se encargarán del caso. Pronto toparán con un segundo asesinato, y tendrán que afrontar problemas mucho más complejos que la cuestión de la inocencia o la culpabilidad.

Muerte en la clínica privada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Muerte en la clínica privada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Boyton aún estaba bajo los efectos de una fuerte emoción, fuera pena, miedo o una mezcla de ambas, y daba la impresión de no haber dormido. Tenía la piel de un color apagado, la frente perlada de sudor, y los azules ojos cubiertos por un velo de oscuridad. Sin embargo, se había afeitado hacía poco, y Benton detectó una confusión de olores: jabón, loción para después del afeitado y, cuando Boyton hablaba, un rastro de alcohol en el aliento. En el poco tiempo transcurrido desde su llegada había conseguido que su habitación estuviera desordenada y sucia. En el escurridero había un montón de platos con comida incrustada y vasos manchados, en el fregadero se veían un par de cacerolas, mientras que su largo abrigo negro colgaba sobre el respaldo de una silla y un par de zapatillas embarradas estaban tiradas cerca de la cristalera. Diversos periódicos abiertos y desparramados por la mesita completaban el ambiente general de caos, una estancia ocupada temporalmente sin placer alguno.

Mirando a Boyton, Benton pensó que la suya era una cara que recordaría siempre; las firmes ondas de pelo amarillo cayéndole sin artificio sobre la frente, los singulares ojos, la curva marcada y perfecta de los labios. Pero no era una belleza que pudiera resistir el cansancio, la enfermedad o el miedo. Había ya signos de incipiente decadencia en el agotamiento de la vitalidad, las bolsas bajo los ojos, la flojedad en los músculos alrededor de la boca. No obstante, si había bebido para sobrellevar la dura prueba, hablaba sin dificultad. Se volvió, hizo un gesto en dirección a la cocina y dijo:

– ¿Café? ¿Té? No he desayunado. De hecho, no recuerdo la última vez que comí, pero bueno, no debo hacer perder el tiempo a la policía. ¿O se podría considerar que una taza de café es soborno y corrupción?

– ¿Quiere esto decir que no está en condiciones de ser interrogado? -preguntó Benton.

– Estoy en las mejores condiciones en que podría estar, dadas las circunstancias. Espero que se tome el asesinato con calma, sargento…, es sargento, ¿no?

– Sargento detective Benton-Smith y agente de policía Warren.

– Para todos los demás el asesinato es angustioso, sobre todo cuando la víctima es un amigo, pero, claro, ustedes están haciendo su trabajo, hoy en día una excusa para prácticamente cualquier cosa. Supongo que querrán mis datos particulares, lo que suena indecoroso, mi nombre completo y mi dirección, si los Westhall no se los han dado ya. Tenía un piso pero tuve que dejarlo, una pequeña dificultad con el casero acerca del alquiler, así que ahora me alojo con mi socio en su casa de Maida Vale.

Dio la dirección y observó cómo el agente Warren la apuntaba con su enorme mano moviéndose con parsimonia por la libreta.

– ¿Y cuál es su trabajo, señor Boyton? -preguntó Benton.

– Puede poner actor. Tengo el carnet del sindicato, y de vez en cuando, si se presenta la oportunidad, actúo. También soy lo que podríamos llamar un empresario. Se me ocurren ideas. Unas funcionan y otras no. Cuando no estoy actuando ni tengo ideas brillantes, mis amigos me ayudan. Y si esto falla, recurro al benévolo gobierno en busca de lo que irónicamente se conoce como asignación del buscador de empleo.

– ¿Qué está haciendo aquí? -preguntó Benton.

– ¿Qué quiere decir? He alquilado el chalet. He pagado por él. Estoy de vacaciones. Eso estoy haciendo.

– Pero ¿por qué ahora? Diciembre no es el mes más propicio para estar de vacaciones.

Los ojos azules se clavaron en los de Benton.

– Podría preguntarle yo a usted qué está haciendo aquí. Parece que estoy yo más en casa que usted, sargento. Con su voz tan inglesa, el rostro tan, bueno, indio. Aun así, esto debe de haberle ayudado a ser contratado. No ha de ser fácil, el trabajo que usted ha escogido…, para sus colegas, me refiero. Una palabra irrespetuosa y desatenta respecto al color de su piel, y se ven despedidos o conducidos ante uno de estos tribunales sobre relaciones raciales. Usted no pertenece a la cultura de la cantina policial, ¿verdad? No es uno de esos chicos. No ha de ser fácil enfrentarse a eso.

Malcolm Warren alzó la vista y meneó la cabeza de modo casi imperceptible, como lamentando un ejemplo más de la propensión de la gente que está en un agujero a seguir cavando, y luego volvió a su libreta, la mano moviéndose otra vez lentamente por la hoja.

– Haga el favor de contestar a mi pregunta -dijo Benton con calma-. Lo diré de otra forma. ¿Por qué está usted aquí en este momento concreto?

– Porque la señorita Gradwyn me pidió que viniera. Ingresó para que le hicieran una operación que iba a cambiarle la vida, y quería tener cerca a un amigo durante la semana de convalecencia. Vengo a este chalet con cierta frecuencia, seguro que mis primos se lo han contado. Rhoda vino aquí seguramente porque el cirujano ayudante, Marcus, es mi primo y yo le recomendé la Mansión. En todo caso, ella dijo que me necesitaba, así que vine. ¿Responde esto a su pregunta?

– No del todo, señor Boyton. Si ella tenía tantas ganas de que usted estuviera aquí, ¿cómo es que le dejó claro al señor Chandler-Powell que no quería visitas? Esto es lo que él dice. ¿Le está acusando de mentir?

– No ponga en mi boca palabras que no he dicho, sargento. Ella pudo cambiar de opinión, aunque no lo creo probable. Quizá no quería verme hasta que le hubieran quitado las vendas y la cicatriz estuviera curada, o a lo mejor el gran George pensó que sería médicamente desaconsejable que recibiera visitas y las prohibió. ¿Cómo voy a saber lo que pasó? Sólo sé que ella me pidió que viniera, y yo me iba a quedar aquí hasta que se marchara.

– Pero usted le mandó un mensaje de texto, ¿verdad? Lo vimos en su móvil. «Ha pasado algo muy importante. Necesito consultarte. Déjame verte, por favor, déjame entrar.» ¿Qué era eso tan importante?

No hubo respuesta. Boyton se cubrió el rostro con las manos. Benton pensó que el gesto podía ser un intento de ocultar una oleada de emoción, pero también podía ser una manera oportuna de poner sus pensamientos en orden. Al cabo de unos instantes de silencio, Benton dijo:

– ¿La vio usted en algún momento desde su llegada para hablar de ese importante asunto?

Boyton habló a través de las manos.

– ¿Cómo habría podido hacerlo? Ya sabe que no lo hice. No me dejaron entrar ni antes ni después de la operación. Y el sábado por la mañana estaba muerta.

– Debo preguntárselo de nuevo, señor Boyton. ¿Cuál era ese asunto tan importante?

Y ahora Boyton miró a Benton, y respondió con una voz controlada.

– No era realmente importante. Intenté que pareciera eso. Tenía que ver con el dinero. Mi socio y yo necesitamos otra casa para nuestro negocio, y se ha puesto a la venta una muy apropiada. Para Rhoda habría sido una muy buena inversión, y yo esperaba que nos echara un cable. Con la cicatriz fuera y una nueva vida por delante, quizás habría estado interesada.

– Supongo que su socio puede confirmar esto.

– ¿Lo de la casa? Sí, claro, pero no veo por qué deben preguntarle. No le dije nada de que iba a planteárselo a Rhoda. Tampoco es asunto de ustedes.

– Estamos investigando un asesinato, señor Boyton -dijo Benton-. Todo es asunto nuestro, y si usted sentía afecto por la señorita Gradwyn y quiere que el asesino sea detenido, nos ayudará más contestando a nuestras preguntas en detalle y siendo veraz. Sin duda estará deseoso de regresar a Londres y a sus actividades empresariales.

– No, reservé para una semana y me quedaré una semana. Es lo que dije que haría y se lo debo a Rhoda. Quiero averiguar qué está pasando aquí.

La respuesta sorprendió a Benton. La mayoría de los sospechosos, a menos que disfruten activamente de la implicación en una muerte violenta, procuran por todos los medios poner entre ellos y el crimen toda la distancia posible. Era conveniente que Boyton se quedara en el chalet, pero Benton había pensado que su sospechoso protestaría diciendo que no podían retenerle ilegalmente y que necesitaba volver a Londres.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Muerte en la clínica privada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Muerte en la clínica privada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Muerte en la clínica privada»

Обсуждение, отзывы о книге «Muerte en la clínica privada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x