Kazuo Ishiguro - Los inconsolables

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Los inconsolables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los inconsolables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los inconsolables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. "Los inconsolables" es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar "El hombre sin atributos" de Musil.

Los inconsolables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los inconsolables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Señorita Collins, me gustaría tratar este asunto con usted más detenidamente. Pero me temo que ahora, en este preciso instante, tengo que marcharme.

Y, en efecto, acababa de decir esto cuando vi que Sophie y Boris cruzaban la sala en dirección a mí. Me zafé de la señorita Collins y volví a estudiar las puertas, retrocediendo unos pasos para poder ver las ocultas tras la curva. Tras examinarlas una a una, todas me parecieron vagamente familiares, pero ninguna de ellas me ofrecía excesiva confianza. Se me ocurrió que podía preguntar a alguien, pero decidí no hacerlo por miedo a atraer la atención sobre nuestra prematura partida.

Sin resolver el dilema, conduje a Sophie y a Boris hacia las puertas. Entonces empezaron a venirme a la cabeza esas secuencias cinematográficas en las que determinado personaje, deseoso de abandonar una habitación de forma contundente, abre una puerta equivocada y se da de bruces con un armario. Aunque por diferentes razones -yo deseaba abandonar la sala de forma tan inadvertida que más tarde, cuando la gente lo comentara, nadie supiera precisar cuándo nos habíamos marchado-, resultaba igualmente crucial el evitar tal situación calamitosa.

Al final me decidí por la puerta más central de la hilera, sencillamente porque era la más impresionante. Tenía incrustaciones de color perla en las acusadas concavidades de sus paneles, y sendas columnas de piedra a ambos costados. Ante cada columna había un camarero uniformado y tan rígido como un centinela. Una puerta de tal categoría, razoné, si bien podía no conducirnos directamente al hotel, nos conduciría por fuerza a algún lugar de fuste desde donde podríamos encontrar una vía de escape, lejos de la curiosidad pública.

Haciéndoles una seña a Sophie y a Boris para que me siguieran, me acerqué a la puerta y, dirigiendo al camarero uniformado un movimiento seco de cabeza, como diciendo «no se inquiete, sé lo que estoy haciendo», la abrí. Y, para mi espanto, lo que más había temido se hizo realidad: había abierto el armario de las escobas, y lo que aún era peor: un armario de escobas lleno hasta más allá de su capacidad, desbordante de ellas. Cayeron hacia nosotros varias fregonas caseras, que fueron a dar con estrépito contra el suelo de mármol, desparramando en todas direcciones una sustancia oscura y vellosa. En el interior del armario pude ver un desordenado montón de cubos, trapos grasientos y aerosoles de limpieza.

– Disculpe -dije en un susurro al hombre uniformado más cercano, que se había apresurado a recoger las fregonas y lanzaba acusadoras miradas en nuestra dirección, y corrí hacia la puerta vecina.

Resuelto a no cometer de nuevo el mismo error, procedí a abrir la segunda puerta con suma precaución. Lo hice muy lentamente, pese a sentir multitud de ojos fijos en mi espalda, pese a apreciar una elevación de tono en el rumor de voces de la sala…, y entonces, desde muy cerca, me llegó una voz:

– Santo Dios, usted es el señor Ryder, ¿no es cierto?

Resistí la tentación de sucumbir al pánico, seguí tirando de la puerta poco a poco, sin dejar de escrutar a través de la abertura para asegurarme de que no había nada a punto de caerme encima. Y cuando, con gran alivio, vi que la puerta daba a un pasillo, crucé rápidamente el umbral e hice una urgente seña a Sophie y a Boris para que me siguieran.

20

Cerré la puerta a su espalda y los tres miramos a nuestro alrededor. Con cierta sensación de triunfo vi que, al segundo intento, había dado con la puerta justa y estábamos en el largo y oscuro pasillo del hotel que conducía primero al salón y luego al vestíbulo. Al principio nos quedamos inmóviles, un tanto aturdidos por el brusco contraste entre el bullicio de la galería y el silencio del pasillo. Entonces Boris bostezó y dijo:

– Qué aburrimiento de fiesta.

– Horrible -dije yo, de nuevo furioso contra todos y cada uno de los invitados de la recepción-. Qué grupo más patético. No tienen ni la menor noción de lo que es una conducta civilizada. -Luego añadí-: Mamá era, con mucho, la mujer más bella de la fiesta. ¿No es cierto, Boris?

Sophie soltó una risita en la oscuridad.

– Claro que sí -dije-. La más bella con diferencia.

Boris parecía a punto de decir algo, pero en ese preciso instante oímos un ruido, como si algo se arrastrara en alguna parte del pasillo. Luego, cuando mis ojos fueron acostumbrándose a la oscuridad, alcancé a distinguir a cierta distancia la silueta de una gran bestia que se acercaba hacia nosotros despacio, emitiendo el mismo ruido a cada movimiento. Sophie y Boris se habían percatado de su presencia al mismo tiempo, y durante un momento los tres nos quedamos paralizados. Entonces Boris exclamó en un susurro:

– ¡Es el abuelo!

Vi que, en efecto, la gran «bestia» era Gustav, que caminaba encorvado con una maleta bajo el brazo y otra en una mano, y arrastrando a su espalda otra tercera (la causante de aquel ruido extraño). Durante unos instantes pareció que no avanzaba en absoluto, que se limitaba a bambolearse sobre el terreno a un ritmo lento.

Boris corrió hacia él con impaciencia, y Sophie y yo lo seguimos con cierta indecisión. A medida que nos acercábamos, Gustav, percatándose al fin de nuestra presencia, se detuvo y se enderezó casi por entero. No pude ver su expresión en la oscuridad, pero su voz tenía un timbre alegre cuando dijo:

– Boris. Qué agradable sorpresa.

– ¡Es el abuelo! -volvió a exclamar Boris. Y luego añadió-: ¿Estás ocupado?

– Sí, tengo muchísimo trabajo.

– Debes de estar muy atareado -dijo Boris. En su voz había una extraña tensión-. Muy, muy atareado.

– Sí -dijo Gustav, recuperando el aliento-. Hay muchísimo trabajo.

Me acerqué a Gustav y le dije:

– Lamentamos importunarle en mitad de sus tareas. Acabamos de asistir a una recepción, pero nos marchamos ahora mismo para casa. Vamos a darnos una gran cena.

– Ah -dijo el anciano mozo, mirándonos-. Ah, sí. Me parece estupendo. Me alegra mucho ver que estáis los tres juntos. -Luego le dijo a Boris-: ¿Cómo estás, Boris? ¿Y cómo está tu madre?

– Mamá está un poco cansada -dijo Boris-. Tenemos muchas ganas de irnos a cenar. Y luego vamos a jugar al Señor de la Guerra.

– Eso suena de maravilla. Estoy seguro de que os divertiréis de lo lindo. Bien… -Gustav hizo una pausa, y luego dijo-: Será mejor que siga con mis cosas. Tenemos muchísimo trabajo.

– Sí -dijo Boris en tono quedo.

Gustav acarició y revolvió el pelo de su nieto. Luego volvió a encorvarse y cargó de nuevo con las maletas. Tendí una mano hacia Boris para indicarle que se apartara del camino de su abuelo. Fuera porque le estuviéramos mirando, fuera porque la breve pausa le hubiera permitido recuperar algo las fuerzas, el viejo mozo parecía ahora avanzar más regularmente al pasar por nuestro lado y alejarse por el pasillo oscuro. Eché a andar en dirección al vestíbulo, pero Boris se mostraba reacio a seguirme, y se quedó mirando hacia donde la figura encorvada de su abuelo empezaba a perderse al fondo del pasillo.

– Vamos, hay que darse prisa -dije, pasándole un brazo alrededor del hombro-. Estamos todos hambrientos.

Había echado de nuevo a andar cuando oí que Sophie decía a mi espalda:

– No, es por ahí.

Me volví y vi que se agachaba junto a una pequeña puerta en la que yo no había reparado hasta entonces. De hecho, si la hubiera visto antes la habría tomado por la puerta de un armario, ya que apenas me llegaba al hombro. Sophie, sin embargo, la abrió y nos hizo una seña para que entráramos, y Boris, con aire de haberlo hecho multitud de veces antes, pasó a través de ella. Sophie siguió manteniéndola abierta y, después de una breve vacilación, me agaché yo también y pasé a través de ella a continuación de Boris.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los inconsolables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los inconsolables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los inconsolables»

Обсуждение, отзывы о книге «Los inconsolables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x