Marta Rivera de laCruz - En tiempo de prodigios

Здесь есть возможность читать онлайн «Marta Rivera de laCruz - En tiempo de prodigios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En tiempo de prodigios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En tiempo de prodigios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La novela finalista del Premio Planeta 2006 Cecilia es la única persona que visita a Silvio, el abuelo de su amiga del alma, un hombre que guarda celosamente el misterio de una vida de leyenda que nunca ha querido compartir con nadie. A través de una caja con fotografías, Silvio va dando a conocer a Cecilia su fascinante historia junto a Zachary West, un extravagante norteamericano cuya llegada a Ribanova cambió el destino de quienes le trataron. Con West descubrirá todo el horror desencadenado por el ascenso del nazismo en Alemania y aprenderá el valor de sacrificar la propia vida por unos ideales. Cecilia, sumida en una profunda crisis personal tras perder a su madre y romper con su pareja, encontrará en Silvio un amigo y un aliado para reconstruir su vida.

En tiempo de prodigios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En tiempo de prodigios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

No pienses que estoy buscando una justificación para lo que hice. Nunca, jamás, he dejado de reprocharme el haber dejado escapar la ocasión más fabulosa que me ha brindado la suerte. Pude contribuir a salvar la vida de algunas personas, y no quise hacerlo. He vivido sesenta años con el peso de esa culpa, y, lo creas o no, se vendrá a la tumba conmigo. Muchas veces, antes de dormir, intento imaginar los rostros de aquellos desconocidos a los que dejé morir. Veo a jóvenes, a mujeres, a niños, a ancianos, a hombres condenados al infierno que quizá hubieran podido cambiar su destino sólo con que yo me hubiese arriesgado a robar para ellos un miserable pedazo de papel. Nunca sabré los nombres de los que empujé al abismo, pero han vivido conmigo, Cecilia. Están en mis sueños y en mis pesadillas, y me señalan con el dedo. Quizá el mundo pueda perdonarse el haber mirado hacia otra parte mientras funcionaban los crematorios de Auschwitz, de Treblinka, de Dachau, de Bergen-Belsen. Los organismos internacionales intentaron reparar su error ayudando a los judíos a recomponerse como pueblo, y así, de alguna forma, creyeron que sus culpas quedaban expiadas. Pero uno no puede purgar una culpa como la mía, igual que no se puede pedir perdón a un fantasma.

Las primeras noticias sobre los campos de concentración llegaron a España poco después de finalizada la guerra, y nunca de forma oficial. Los relatos de las atrocidades nazis circulaban de forma esporádica y difusa, transmitidos de boca en boca, y yo prefería pensar que aquellas historias terribles habían pasado por tantas manos que habían ido creciendo en intensidad y crudeza hasta perder todo viso de realismo. Como muchos otros, no quería creer que el horror hubiese estado a tan pocos kilómetros de distancia, y que todos -empezando por mí mismo- hubiésemos consentido su existencia.

Más de una vez sentí el impulso de ponerme en contacto con Zachary West para contrastar con él las informaciones que iba recibiendo y, sobre todo, para obtener noticias de Hannah, de Ithzak y de Amos Sezsmann. Me contaron que tras la ocupación los alemanes habían confinado a todos los judíos de Varsovia en un solo barrio de la ciudad, y que los que no murieron allí víctimas del hambre y del frío lo habían hecho en los campos de trabajo. ¿Es posible que mis amigos hubiesen acabado así? Quería pensar que no, que Zachary West habría utilizado sus contactos para hacerles salir de Polonia. Sí, a buen seguro los Sezsmann se encontraban ahora en algún lugar pacífico de la Suiza neutral. Ithzak y Hannah se habrían casado, y él sería ya director de una orquesta filarmónica cuya actividad se multiplicaría con la llegada de la paz. Amos estaría muy recuperado de sus dolencias. Quizá mis amigos le habrían hecho abuelo, un abuelo capaz de tocar el violín incluso privado de la visión. En cuanto a Elijah, ¿que habría pasado con él? Posiblemente sería arquitecto. Estaría en América, levantando edificios altísimos de acero y cristal. Eso me repetía para poner a salvo mi mala conciencia. En el fondo, me aterraba la posibilidad de que mis amigos polacos hubiesen sido asesinados por los nazis, de que Elijah se hubiera alistado y hallado la muerte en algún campo de batalla en Europa, y de que yo hubiera seguido viviendo ignorante de la desaparición de todos ellos. Sólo la vergüenza y el profundo desprecio que empezaba a sentir por mí mismo me impedían buscar la tarjeta entregada por Zachary West para demandarle, de rodillas si era preciso, noticias sobre Ithzak, sobre Hannah, sobre Elijah, sobre Amos. Sobre aquellos que, en definitiva, habían sido en otro tiempo los pilares básicos de mi vida.

El destino fue generoso conmigo, y me dio una segunda oportunidad que no estaba seguro de merecer. Una tarde, a finales de julio, mientras Madrid se derretía a cuarenta grados, el correo me trajo una carta de mis padres. La abrí enseguida. Llevaba dos o tres meses intentando recomponer mi relación con ellos, y les escribía de vez en cuando interesándome por sus vidas y por la de Efraín, que a sus veinte años había empezado a trabajar como fotógrafo para una agencia internacional de noticias. En su carta, mis padres me decían que un hombre había estado en Ribanova preguntando por mí. Le habían facilitado mis datos y la dirección de mi oficina del ministerio, aunque ahora no estaban seguros de haber hecho bien proporcionando tanta información a un desconocido. «Ni siquiera nos dio su nombre. Creemos que era catalán, pero no te lo podemos asegurar. Nos dijo que iría a verte, que tenía cosas importantes de las que hablar contigo. ¿No te parece que es muy raro? No debimos haberle dado tus señas, pero era un hombre muy correcto y parecía enfermo… y nos insistió mucho en que debía encontrarte.»

La carta de mis padres me dejó intrigado. Por fortuna, la visita misteriosa de la que me hablaban no se demoró: un día después, mi asistente en el ministerio me informó de que un hombre había venido a verme.

– No tiene cita, mi teniente… dice que no le importa esperar. Se llama Ignacio Font.

No tuve ninguna duda de que se trataba del hombre que había estado en Ribanova preguntando por mí.

– Ah, sí, viene de parte de unos amigos. -No sé por qué mentí-. Hágale pasar.

Ignacio Font entró en mi despacho. Como me habían advertido, parecía un enfermo. Tenía los ojos hundidos en las cuencas, la piel del color de la parafina, el cabello como los tiñosos y un esqueleto que amenazaba con quebrarse a cada paso. Me miró con la desconfianza con que miran los animales cuyo dueño los ha molido a palos.

– ¿Es usted Silvio Rendón? -Tenía la voz sibilante que cabía esperar por su aspecto.

– Sí… mis padres me dijeron que alguien vendría… siéntese, por favor.

Pero el recién llegado negó con la cabeza.

– Aquí no. Éste no es buen sitio.

No estaba preparado para una respuesta así. Él bajó la voz, que adquirió una consistencia de ultratumba.

– No quiero hablar de esto en un despacho… verá… ¿Recuerda usted a Ithzak Sezsmann?

Noté cómo toda la sangre del cuerpo se me bajaba a los pies. La boca se me secó de golpe.

– Hay un café en la esquina -dije-. Podemos hablar allí.

Hicimos el camino en silencio, Ignacio Font con la mirada perdida en alguna parte, yo aterrado y seguro de que las noticias que traía no eran buenas. Ahora no sé cómo fui capaz de resistir la inquietud durante aquellos dos minutos que me separaban de la verdad, cómo no agarré a aquel despojo de hombre por las solapas para exigirle que me contase de inmediato todo lo que sabía acerca de mi amigo. Ahora creo que sólo estaba dilatando mi enfrentamiento con una historia que suponía terrible. Quería saber, pero me daba miedo lo que Font iba a contarme.

A las cinco de la tarde el café estaba lleno de gente, pero la mayor parte de la parroquia pasaba las horas sin pedir más que un vaso de gaseosa, a veces ni eso. Muchos fumaban cigarros de manzanilla, aunque todos sabíamos que el limpiabotas vendía tabaco americano de contrabando, además de entradas para los toros y medias de cristal, que costaban una pequeña fortuna. Antes de sentarnos compré una cajetilla de Marlboro. Ignacio Font encendió uno y aspiró el humo como si pretendiera hacerlo llegar al último rincón de los pulmones.

– Dígame lo que sabe.

– Mire… es que es muy complicado. Me voy a liar. Son muchas cosas las que tengo que contarle. Lo mismo empiezo por el final, o me pierdo a la mitad… y además, llevo tanto tiempo sin hablar español…

Aquella introducción me puso nervioso y la corté por lo sano.

– ¿Dónde está Ithzak Sezsmann?

Me contestó inmediatamente, como si en el fondo quisiera librase de un peso insoportable.

– Lo siento, señor. Su amigo murió en abril del 44 en el campo de concentración de Mauthausen.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En tiempo de prodigios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En tiempo de prodigios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «En tiempo de prodigios»

Обсуждение, отзывы о книге «En tiempo de prodigios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x