Almudena Grandes - EL CORAZÓN HELADO

Здесь есть возможность читать онлайн «Almudena Grandes - EL CORAZÓN HELADO» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

EL CORAZÓN HELADO: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «EL CORAZÓN HELADO»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

EL CORAZÓN HELADO — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «EL CORAZÓN HELADO», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Y por qué me lo cuentas ahora, mamá?

—Porque es lo único que no sabes, ¿no? —cruzó los brazos, se volvió hacia mí, y nos miramos de nuevo con tanta atención como si ella no fuera mi madre y yo no fuera su hijo—. Y porque es lo único que te voy a contar.

En el silencio que sucedió a su advertencia, me di cuenta de que nada había cambiado, nada había temblado ni se había endurecido dentro de ella, por debajo de su soltura, de la placidez con la que se recostó en el sofá para apoyar la cabeza en una mano, de su mirada azul, limpia y acuática. Se quedó un instante inmóvil, como si estuviera posando para un pintor, y entonces el hijo mayor de Clara, que jugaba al fútbol con su hermano, se acercó a la ventana, golpeó con los nudillos en el cristal, y gritó ¡hola, abuela!, para que ella y yo pudiéramos leerlo al mismo tiempo en sus labios. Mi madre cambió de posición, se volvió hacia fuera, le saludó con la mano, frunció la boca varias veces para enviarle otros tantos besos, y ya no dudé, no pude dudar más, dejar de comprender. Ella seguía haciendo tonterías, llamando la atención de Fran, luego de Íñigo, que llegó corriendo para golpear la ventana él también, y yo pensé en Clara, pensé en Rafa, en Angélica, en Julio y en mí, pensé en mi hijo, en mis sobrinos, en todos los niños que faltaban por nacer, pensé en mi padre, en su dinero, en aquella casa, pensé en mi propia madre mientras la miraba, y sentí que me faltaba el aire, que no podía respirar, que no debía seguir allí ni un minuto más. Pero los niños salieron corriendo tan deprisa como habían llegado, y su abuela recuperó la compostura, volvió a acomodarse en el sofá, estiró con cuidado los pliegues de su falda y me miró.

Yo necesitaba hablar, sabía que tenía que hablar, pero no podía, no me atrevía a pedirle que sufriera, y sin embargo eso era lo único que mi madre habría podido hacer por mí, lo único que me habría consolado, que me habría reconciliado con mi nombre y con mis apellidos, con mi pasado, con el suyo, con aquel amor que no podía arrancar de mi memoria.

Tendría que haber hablado pero no me atreví, no pude pedirle eso, sólo pensarlo, sufre, mamá, suplicárselo en silencio, sufre, por favor, repetirlo una vez, y otra, y otra más, sufre de una vez, para escuchar mi propia voz a solas, sufre aunque sea un poco, sufre por Clara, que es la pequeña y está ahí afuera, mientras el mundo, ratita, ratita ¿te quieres casar conmigo?, se le viene encima y le hace daño, sufre por [912] Rafa, sufre por él, mamá, porque tiene la cara como un mapa y una prótesis en la nariz, por mi culpa y por la tuya, por haberte defendido, por haber creído en ti, en tu marido, sufre un poco, mamá, aunque sea por Julio, el que dice que no sabe sufrir, el que ni siquiera sabe tomarse la vida en serio, sufre por él, que es tu favorito, y el mío, sufre de una vez, mamá, sufre, por favor, sufre por Angélica, que ahora mismo estará partida en dos, entre lo que cree que tiene que pensar y lo que no puede evitar sentir, sufre por ella, mamá, y sufre por

mí, también por mí, aunque sea el más ingrato, el más cruel de tus hijos, sufre por este sufrimiento de no verte sufrir, por la soledad atroz a la que me condenas, sufre por mí, mamá, porque yo estoy solo, solo contigo, solo del todo, y estoy sufriendo.

—¿Por qué me miras así, Álvaro? —sufre, mamá, sufre, por favor, repetí por última vez, y me sonrió—. Yo ya sabía que esto iba a pasar. Tu padre y yo estábamos seguros de que pasaría antes o después. Ningún secreto se puede guardar eternamente y el nuestro siempre fue demasiado complicado. Había demasiada gente, demasiados rencores por medio. Lo que nunca habríamos podido imaginar es la manera en la que te has enterado de todo, pero… Bueno, la vida es así de rara. Está llena de sorpresas, desde luego, y…

—Explícamelo, mamá —no tenía previsto hablar, pero las palabras brotaron de mis labios sin pedir permiso—. No me cuentes los detalles porque no hace falta, lo sé todo, ya lo sabes, pero explícame cómo pudo ser, cómo pudo pasar todo esto, porque no lo entiendo, por más vueltas que le doy, no lo entiendo, no puedo entender… Tanta crueldad, tanta mezquindad, tanto cinismo…

Ella se reclinó en el sofá, se arregló la falda, cerró los ojos un momento, los abrió y volvió a mirarme.

—Tú me enseñaste lo que era bueno y lo que era malo, mamá, me enseñaste que no debía ser egoísta, ni avaricioso, que no debía envidiar a mis hermanos, ni pegarme con ellos, que todos debíamos compartir lo que teníamos, y perdonar. Tú me enseñaste el Padrenuestro, ¿te acuerdas?, perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Ya sé que ahora han cambiado el texto, el nuevo no me lo sé, pero el antiguo todavía lo puedo decir de memoria, porque lo aprendí de ti, tú me enseñaste a ser lo que soy, a distinguir el bien y el mal, a los inocentes y a los pecadores… Y ahora no puedo, no puedo con esto, mamá, no puedo aceptar que os envilecierais tanto, tanto, hasta ese punto, y tengo que hacerlo, tengo que encontrar una manera de entenderlo, porque tú eres mi madre, y papá era mi padre, y yo le quería, te quiero a ti, y nunca podré dejar de quereros, nunca [913] seré hijo de ningún otro hombre, de ninguna otra mujer, nunca tendré otra familia, pero no lo entiendo, no logro entender…

Sus ojos eran tan fríos, tan limpios, que no pude medirlos con los míos. Entonces, Clara empezó a pasear por el jardín, a pasar cerca de la ventana, y me encontré con que tampoco podía devolverle la mirada. Y ya no pude volver a levantar la cabeza mientras hablaba.

—Estoy muy solo, mamá —necesitaba mirarla, pero no me atrevía a hacerlo—. Estoy muy solo y esto es muy duro para mí, es durísimo, por eso necesito que me lo expliques, para poder creérmelo, ¿sabes?, porque no me lo creo, todavía no me lo creo, no puedo. Necesito que me digas por qué papá engañó a todo el mundo, por qué traicionó a la gente que confiaba en él, por qué nunca creyó en nada, por qué nunca quiso a nadie, por qué mintió, por qué robó, y por qué luego te quiso a ti, por qué nos quiso a nosotros, por qué le quisiste tú, mamá, explícamelo, cuéntame algo mejor que lo que sé, sálvale, sálvate, sálvanos a todos… Explícame por qué tu marido enterró en vida a su madre, por qué la negó, por qué me la robó, y salva a tu madre, de

paso, devuélveme a mi otra abuela, si puedes. Cuéntame también eso, cómo se puede entregar a un hombre desarmado que sólo tiene hambre, que sólo está cansado, que sólo quiere dormir una noche en una cama, explícamelo, por favor, explícame por qué fue tu madre a denunciar al marido de su prima, si sabía que no había hecho nada malo, y sabía que lo iban a matar… Explícame eso o dime al menos que nunca pudo volver a dormir tranquila. Tú me enseñaste el Padrenuestro, mamá, dime que su conciencia la torturó hasta en el momento de su muerte, que habría hecho cualquier cosa por volver atrás, por regresar a aquella noche y devolverle la vida… No fue así, ¿verdad?

Escuché carreras, pasos, risas, y luego la voz de Lisette, atronando más allá de la puerta cerrada, ¡Íñigo!, indicios indudables de que la realidad seguía existiendo al otro lado de la puerta, aunque su eco sonara en mis oídos como el ruido de una pesadilla, ¡venga usted acá inmediatamente!

—Yo sé que no fue así, mamá, pero necesito que me lo digas, aunque me mientas… Dime eso, mamá, dímelo, porque esa verdad tampoco la entiendo. No entiendo a mi padre, no entiendo a mi abuela y no te entiendo a ti, que eres mi madre, no sé cómo pudiste casarte con el hombre que os había echado a la calle, el que os lo había quitado todo, el que tu madre odiaba más que a nadie en el mundo. Papá era su peor enemigo, tú su única hija, pero no se te ocurrió elegir a otro. Te casaste con él, te enamoraste de él sabiendo lo que sabías, y fuisteis felices comiendo perdices, como en los cuentos y aún más, porque [914] vuestra felicidad no se acabó con la boda. Habéis criado hijos felices y todos hemos sido buenos chicos, buenos estudiantes, responsables, sensatos, todos nos hemos convertido en gente de provecho, buenos profesionales, buenos ciudadanos, buenos padres para vuestros nietos… ¡Es increíble, mamá! ¿No te parece increíble? Es tan brutal, tan salvaje, tan… inconcebible…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «EL CORAZÓN HELADO»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «EL CORAZÓN HELADO» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «EL CORAZÓN HELADO»

Обсуждение, отзывы о книге «EL CORAZÓN HELADO» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x