Chris Bohjalian - Doble vínculo

Здесь есть возможность читать онлайн «Chris Bohjalian - Doble vínculo» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Doble vínculo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Doble vínculo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Mientras Laurel Estabrook practica ciclismo en una carretera solitaria, sufre el ataque de unos hombres que tratan de violarla, pero, por suerte, consigue aferrarse a su bicicleta y salvarse de milagro. Sin embargo, el choque emocional es muy fuerte y a Laurel le cuesta recuperarse, por lo que empieza entonces a trabajar en la entidad gubernamental BEDS, dedicada a buscar alojamiento a los sin techo. Cuando parece que su trabajo puede ayudarle a encauzar su vida, se produce la muerte de uno de los indigentes, Bobbie Croker.
Al limpiar las dependencias de Bobbie, aparece una caja llena de fotografías y negativos. Laurel es la encargada de restaurar las fotografías para organizar un homenaje al fallecido y Bobbie Croker resulta ser un fotógrafo lleno de talento por cuyo trabajo ella se apasiona. Pero la joven hace un descubrimiento que le hiela la sangre: entre las fotografías aparece la de una chica montada en bicicleta y que bien podría ser ella el día en que fue atacada.
Empieza entonces a investigar el pasado de Bobbie y a recrear su historia para olvidar su propia experiencia.

Doble vínculo — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Doble vínculo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sin embargo, Pamela estaba segura de que su madre se desvivió por ellos en los años que siguieron a su verano con Gatz. No recordaba cómo lo había pasado Daisy mientras estuvo embarazada de Robert, pero, de niña, había oído suficientes historias como para saber que Daisy había disfrutado de cada instante en que tuvo al pequeño en su vientre, y que su relación con Tom nunca había sido mejor. Ni volvería a serlo. ¿La mayor tragedia en la vida de su madre? No fue el asesinato de James Gatz, aunque Pamela sabía cuánto había querido su madre a aquel hombre. Tampoco fue su implicación en la muerte de la amante de su marido, Myrtle Wilson. Fue el modo en el que perdió a su hijo.

Ésa fue la mayor tragedia en la vida de Daisy Buchanan.

«Y ahora -pensó Pamela-, de una vez para siempre, yo también lo he perdido.»

Contempló por un momento el anuncio que había leído en el periódico del viernes. Aquel mismo día, por la tarde, había llamado a su abogado y, justo al día siguiente, el sábado, esa trabajadora social de West Egg la había telefoneado. Se preguntó si la joven tendría conocimiento del anuncio, si sabría lo que su albergue estaba haciendo. Era de suponer que sí, pero…

Recordó el rostro desolado de Laurel esa mañana cuando le volcó la taza de té. La joven parecía especialmente interesada en las fotos. Las quería para sí. Pero Pamela era consciente de que ella también las necesitaba, precisamente porque no sabía lo que podría ocultarse en esos negativos que Robert había sacado más adelante en su vida. Sólo tenía un presentimiento.

Por eso decidió que debía recuperar las fotos, hasta la última imagen. Era lo mínimo que podía hacer por su madre.

Capítulo 10

La tarde del martes, Talia Rice se encontraba en una cafetería de tenue iluminación tomándose, a sorbitos, un chocolate caliente prácticamente sumergido bajo una enorme nube de nata montada y charlando con cuatro jóvenes, miembros de su grupo de catequesis. El local había sido anteriormente una lujosa galería de artesanía con estantes llenos de objetos de cerámica moldeada con torno, copas de vidrio soplado y joyería de plata hecha a mano. Los expositores habían desaparecido, pero las paredes todavía conservaban los oscuros paneles que los nuevos propietarios habían cubierto con exuberantes plantas y enrevesadas parras que trepaban hasta el techo. Talia se imaginaba que se estaba tomando café en medio de la jungla colombiana, de no ser por el azulado resplandor de las pantallas de los ordenadores portátiles en los que la joven clientela navegaba sin descanso por Internet desde las rústicas mesitas, y por los variados tonos y zumbidos de sus teléfonos móviles. A los chicos de su grupo, todavía estudiantes de bachillerato, les gustaba reunirse en esta cafetería porque estaba llena de universitarios. La propia Talia se había sentado en esa misma mesa un montón de veces cuando iba al instituto.

De cuando en cuando, Talia echaba un vistazo a su chocolate y le venía a la mente una pregunta que, últimamente, se planteaba más a menudo de lo que le parecía saludable: ¿cuánto tiempo le quedaría de poder alimentarse de ese modo? Allá, en el Upper East Side de Manhattan, su madre, adicta al Botox, al gimnasio y a las zanahorias, ya no podía comer como antes si quería conservar la anoréxica talla 34 de la que tanto presumía ante sus amigas -aunque Talia sabía que, cada vez más, el armario de su madre se iba pasando a la 36-. Suponía que le quedaría por lo menos otra media década, pero dependía mucho de cuándo empezara a traer niños al mundo. Y Talia quería traerlos, con locura.

Evidentemente, eso implicaba encontrar un marido, y Talia no había tenido una relación seria desde los tiempos de la universidad. En aquellos años, llevó una agitada vida sexual. En esta ciudad, si eres mujer, joven y respiras, dispones de todas las papeletas para tener un montón de sexo. Sin embargo, en su mayoría eran rollos con amigos que había conocido en una fiesta: un chico guapo; una noche de diversión; historias sin futuro.

Últimamente habían disminuido hasta los polvos ocasionales para saciar su apetito hormonal. Era como si el tiempo que pasaba en la iglesia, la mera cercanía de algo que podía representar una brújula moral, fuera suficiente para minimizar esos días de entre semana en los que se sentía en celo. No es que Talia considerase sus necesidades físicas como algo inmoral, pero cuanto más tiempo pasaba con adolescentes -algunos de apenas doce años-, más veces se encontraba, al regresar a casa, preguntándose en qué demonios habría estado ella pensando cuando a los quince o dieciséis años se acostaba con sus amigos en Manhattan.

– Vale, entonces, ¿cuántas colectas vamos a necesitar? -le preguntó Matthew.

El chaval llevaba una gorra de los Boston Red Sox dada la vuelta, con la visera tan echada hacia atrás que flirteaba con el cuello de su cazadora de camuflaje. Los cuatro adolescentes a los que estaba invitando a chocolate y aperitivos aquella tarde constituían el comité de actividades del grupo de catequesis. A Talia le decepcionó un poco que Matthew llevara de nuevo la conversación al tema de las colectas, pero no le sorprendió. Unos minutos antes, a instancias de Vanessa, una cautivadora erudita de segundo de bachillerato, la discusión del grupo había girado, por un breve lapso de tiempo, en torno al libre albedrío y al significado de las palabras de San Pablo cuando afirmaba que el camino hacia la libertad se encontraba en la obediencia. Sin embargo, había pocas cosas que enervaran tanto a Matthew y a casi todos los adolescentes como la exégesis bíblica. Por norma general, Talia tenía que recordarles que, a pesar de que hace dos o tres mil años la gente era más primitiva que sus abuelos, se podía sacar alguna lección de provecho de sus violentas, irreverentes y ofensivas historias.

– Creo que necesitaremos una por mes -contesto Talia-, pero depende del éxito de las colectas y de lo ambiciosos que queramos ser con nuestra misión.

«Misión» era el término que empleaban para referirse al dinero que planeaban recaudar ese año y entregar a BEDS en junio, al final del curso académico. Laurel les había dado a los adolescentes una charla sobre los indigentes en Burlington, y el grupo había aceptado al instante implicarse con su causa.

Por supuesto, Talia era consciente de que también necesitaban dinero para lo que denominaban «actividades», porque las excursiones a conciertos de rock -incluso los de rock cristiano-, a parques de atracciones, a ver películas y, por supuesto, a jugar al paintball, no eran gratis.

Como si le hubiera leído la mente, Randy, la otra chica del comité de actividades, le preguntó:

– ¿Cuánto nos va a costar esta historia del paintball?

La muchacha no se preocupaba por ocultar su disgusto en relación con la actividad que habían programado para el próximo sábado.

El pasado verano, Randy se había dejado el pelo muy cortito y se lo había teñido de negro alquitrán, y la mayoría de los días lo untaba de gel fijador y se hacía filas de puntiagudos pinchos. Esta semana lucía una cresta de mohicano de color azul. La muchacha, seguramente, esperaba ofrecer un aspecto un poco agresivo, pero tenía los ojos demasiado grandes, incluso con todo el rímel que se ponía, y el rostro demasiado angelical. Hasta tenía hoyuelos en las mejillas. En resumidas cuentas, Randy no dejaba de ser una chiquilla jugando a disfrazarse de mala.

– No demasiado -contestó Talia-. Laurel y yo pagaremos nuestra entrada, y la gente del parque de paintball os dejará las vuestras a mitad de precio porque sois un grupo juvenil. Un miembro de la congregación se ha ofrecido para pagaros toda la munición.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Doble vínculo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Doble vínculo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Arturo Fontaine - La Vida Doble
Arturo Fontaine
Chris Bohjalian - Midwives
Chris Bohjalian
libcat.ru: книга без обложки
Chris Bohjalian
Chris Bohjalian - Skeletons at the Feast
Chris Bohjalian
Chris Bohjalian - The Night Strangers
Chris Bohjalian
Chris Bohjalian - Secrets of Eden
Chris Bohjalian
Robert Heinlein - Estrella doble
Robert Heinlein
Christopher Bohjalian - The Double Bind
Christopher Bohjalian
Michael G. Brown - Vínculo sagrado
Michael G. Brown
Hugo Egido Pérez - El vínculo que nos une
Hugo Egido Pérez
Отзывы о книге «Doble vínculo»

Обсуждение, отзывы о книге «Doble vínculo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x