Maruja Torres - Mientras Vivimos

Здесь есть возможность читать онлайн «Maruja Torres - Mientras Vivimos» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Mientras Vivimos: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Mientras Vivimos»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Premio Planeta 2000
Es una novela sobre mujeres de varias generaciones, sobre sus pasiones y sus dudas, sobre su forma de vivir y su lugar en el mundo. Premio Planeta 2000.
Es una gran historia de admiración y celos, de mentira y verdad, de odio y amor, de pérdidas y encuentros. Judit tiene veinte años y quiere ser como Regina Dalmau, novelista consagrada y próxima a la cincuentena, por la que siente una obsesión casi enfermiza. El día de Todos los Santos se dirige a su encuentro, convencida de que la escritora sabrá ver su talento para la literatura y la ayudará a abandonar el barrio proletario en el que ha crecido y del que reniega. Judit ignora que Regina, sumida en una grave crisis creativa, y víctima de un profundo desasosiego moral, no puede ni siquiera ayudarse a sí misma. La irrupción de la joven en la casa de la famosa novelista hará que ésta se enfrente a las verdaderas raíces de su doble crisis, y a su relación con Teresa, la mujer nunca olvidada que iluminó su pasado. La última lección de Teresa se prolongará más allá de su muerte, porque esta gran novela trata de la herencia que se transmiten las mujeres cuando se eligen unas a otras para tejer entre sí un vínculo más fuerte que la sangre.

Mientras Vivimos — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Mientras Vivimos», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Renuncio a la ducha. Es mejor empezar la limpieza por dentro. Por donde se pudre -dictaminó, después de tenderse de nuevo en la cama-. ¿Me pones un whisky? Sin hielo, por favor.

Judit se arrodilló ante el minibar. Vaciló.

– ¿te conviene? has bebido demasiado.

– Y dale. ¿Te refieres a que me puede caer mal, a mi edad?

Se sentó como un rayo, apartándose la melena de los ojos de un manotazo.

– Observa mi agilidad, mis reflejos. Te sorprendería la de cosas que aún pueden hacerse a los cincuenta. El imbécil, por ejemplo, que eso es lo que he hecho contigo. Te sorprendería, sobre todo, saber cómo puede uno destrozar su propia vida criando es joven, sin enterarse. Así que menos humos con la edad, princesa. Trae para acá.

Agarró el vaso en el que Judit había vertido un botellín de Chivas.

– Puedes servirte otro, nena. En realidad, puedes hacer lo que se te antoje. Estás aquí para eso, ¿no es cierto? No seas tan escrupulosa. Si vas a contar mi vida, puedes beberte tranquilamente mi whisky. ¿o es que tienes miedo a perder el control? Ni con toda la cosecha de Escocia dentro te desviarías un milímetro de tu objetivo. ¡Madre mía! He conocido a gente fría, calculadora y rastrera, he visto a auténticas sabandijas arrastrándose por las editoriales y los periódicos con un puñal entre los dientes, listas para clavártelo en la espalda al menor descuido. Me he cruzado con individuos que se relamían como sanguijuelas ante la perspectiva de saltarme a la carótida. jamás, jamás creí que caería en la trampa que me tendería una mosquita muerta, y eso que es el truco más antiguo del mundo, desde que Abel convenció a su hermano de que, si le daba con una quijada de burro en la cabeza, a Caín le irían mucho mejor sus asuntos. Y ya ves, el pobre, maldito e itinerante para la eternidad. Ese mérito sí te lo reconozco. El de haber tenido los santos ovarios de embaucarme.

La muchacha empalideció. Sin decir nada, regresó al mueble bar, sacó otro botellín, lo abrió y se echó su contenido al coleto. Luego se sentó en la otra cama, de cara a Regina, con las manos sobre la falda y los ojos bajos.

– Menudo saque, hija -comentó la mujer-. Lo malo de vosotros es que lo queréis todo pero no lo saboreáis. Os lo bebéis de un trago.

– No hagas filosofía barata conmigo. -Judit la miraba, frunciendo el ceño-. Lo has leído, ¿no? Blanca te lo ha enseñado.

– Claro, tontita. Pero ¿qué creías? ¿Que mi propia agente iba a escondérmelo? «Una famosa escritora, que ha perdido la inspiración y las ganas de vivir, y que vegeta, encerrada en su confortable mansión y ajena a cuanto ocurre a su alrededor, se venga del mundo destrozando la carrera de una joven y prometedora discípula.» No recuerdo cómo sigue. «Confortable mansión», qué cursilería.

– Por Dios, Regina, no me interpretes mal. No me atrevía a mostrártelo. Tenía miedo de que te burlaras de mí, de mis deseos de escribir. Sé que no soy lo bastante buena, estoy empezando. Temo tu opinión tanto como te respeto. Además, ya lo estás viendo, me has llamado cursi, y lo soy.

Regina soltó una carcajada herrumbrosa.

– ¡Deja de hacerte la modosa! Miedo, ¡tú! Si te metieran en una cesta podrías ganarte la vida matando a Cleopatra.

– ¿Qué quieres decir?

– Que eres una serpiente. Y, de paso, que deberías leer a Shakespeare. Dios mío, tanta ambición y la niña ni siquiera ha leído a William, hip, Shakespeare.

Judit se levantó, presurosa:

– ¿te encuentras mal?

– ¡Ni se te ocurra ponerme las manos encima! -la escritora casi gritó, apartándola-. No te importa romperme el corazón, destrozar la confianza que puse en ti. ¡Te alarma mi acidez de estómago! Eres una perfecta mema si crees que tu libro me preocupa. No me cabe duda de que lo escribirás, ése y muchos otros, y que te harás rica y famosa. ¿Es a eso a lo que aspiras? No lo lamentarás, hay un buen mercado esperando a la gente como tú, a los que vienen a tomar el relevo de quienes, aunque no valemos gran cosa, todavía os damos varias vueltas. Amat te puede asesorar y la propia Blanca se morirá por representarte. Pero serás tan desgraciada como yo. Y si no, al tiempo. Me engañaste, y eso no te lo perdono. No me dijiste que querías ser escritora. Si lo hubieras hecho, te habría ayudado, de eso no te quepa duda. No, señor, callaste como una rata y esperaste el momento oportuno para hacerte con mi pellejo y rellenarlo con tus cuatro ideitas pomposas.

– Vamos, Regina, sé sincera. -Judit se levantó y caminó arriba y abajo por el espacio que quedaba entre las dos camas-. No te quisiste enterar. Reescribí lo que estaba mal en tu libro, y te pareció de perlas. ¿No te resultó extraño? No, porque te convenía. ¿Qué pensabas? ¿Que iba a pasarme la vida llevándote el cojín para que reposaras tus lindos pies malcriados? Tú no sabes lo que es necesitar, desear, ambicionar y no poseer nada, ni siquiera la esperanza.

Regina saltó de la cama, agarrando a Judit por el borde del escote de su vestido.

– ¡Déjame! Lo vas a romper -la joven la empujó-. ¡Un vestido tan caro!

– Si lo sabré yo, que lo he pagado. Cuéntame, ¿qué le cotorreaste a Blanca durante las numerosas conversaciones que sostuvisteis a mis espaldas? La pobre, la querida Regina, dirías. Me parece estar oyéndote. Se nos está volviendo lela. ¿o loca? ¿Qué elegiste? ¿Incapacitarme por estupidez o por demencia?

De repente, Judit se echó a reír.

– ¡Si te vieras! Pareces una bruja. Ignoraba que podías serlo.

La joven se dirigió al minibar, lo abrió y sacó otros dos botellines.

– Toma -dijo-. Uno para ti y otro para mí. Son los últimos. Luego tendremos que empezar con el vodka.

– Me contemplabas como a una hada madrina -también Regina prescindió del vaso y bebió a morro-. Te fundías cuando me mirabas.

– Llegué a ti en busca de la maestra, de la dueña de todos los secretos. Creí que sabrías ver lo que de bueno había en mí, que me ayudarías a ser como tú. Era a lo que aspiraba. A adorarte. Me tomarías de la mano y me enseñarías qué debía hacer para triunfar en la vida -ahora hablaba como para sí misma, en voz queda-. Yo he carecido de tus oportunidades, tengo derecho a algo mejor.

– ¡No dirás que te traté mal! -protestó Regina, iracunda.

– Dinero y vestidos. Como a una criada.

– Eso sí que no. Como a una secretaria. Y carita, ¿eh? Una chica por horas me habría dado mejor resultado.

– No seas injusta. Blanca sabe lo que hice por ti. Cuando nos conocimos estabas hecha un desastre. Mucha fachada, y nada más. La gran Regina Dalmau no es más que eso, apariencia. ¡Si hasta Alex, que es un crío, tiene compasión de ti!

– ¡No metas a Alex en esto!

– Más bien diría que es Alex quien se ha metido aquí. -Judit hizo un gesto arrabalero que, pensó, habría avergonzado a su propia madre: se dio una palmada en la entrepierna.

– ¿Quieres decir que le has seducido?

– Nos sedujimos mutuamente. Vivir contigo no ha sido una experiencia tan divertida como para hacernos prescindir del sexo.

– ¡Es lo último que me faltaba por oír! Un niño, prácticamente una criatura… ¡Lo has seducido, violado!

– Los niños crecen. Yo escribo. Y tú no te enteras de nada. Vives encerrada en tu mundo de mierda, sola, completamente sola, Regina, porque no sabes mirar a los demás. Yo te he mentido a ti, pero tú mientes a todo el mundo. No eres como pareces cuando se leen tus libros.

– En eso, tengo que darte la razón. Pero es al revés. Son mis libros los que no muestran cómo soy.

Se puso en jarras.

– Por si te interesa, Judit, esa puñetera mierda de libro que piensas escribir sobre mí tampoco tiene ni así, pero que ni así -juntó índice y pulgar, señalando un mínimo espacio de aire- de lo que tú eres en realidad. Esa es una asignatura que te queda por aprender, pero ahora no tengo ganas de enseñártela.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Mientras Vivimos»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Mientras Vivimos» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Donna Leon - Mientras dormían
Donna Leon
Maruja Torres - Esperadme en el cielo
Maruja Torres
Maruja Torres - Fácil De Matar
Maruja Torres
Carlos Jiménez Cuesta - Mientras me carcome
Carlos Jiménez Cuesta
María Del Valle Castillo - La vida que no vivimos
María Del Valle Castillo
Juan Tallón - Mientras haya bares
Juan Tallón
Anthony Trollope - El mundo en que vivimos
Anthony Trollope
Отзывы о книге «Mientras Vivimos»

Обсуждение, отзывы о книге «Mientras Vivimos» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x