Joanne Harris - Cinco cuartos de naranja

Здесь есть возможность читать онлайн «Joanne Harris - Cinco cuartos de naranja» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cinco cuartos de naranja: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cinco cuartos de naranja»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando tras décadas de ausencia Framboise Simon regresa a su pequeño pueblo en la campiña francesa, los habitantes no la reconocen como la hija de la mal afamada Mirabelle Dartigan,la mujer que aún consideran responsable de la tragedia sucedida en los años de la ocupación nazi. A la búsqueda de un nuevo comienzo en su vida, Framboise descubre rápidamente que el presente y el pasado se encuentran inextricablemente unidos, mientras recorre las páginas del cuaderno de recetas de cocina heredado de su madre.
Con la ayuda de esas recetas, Framboise recrea los platos de su madre, que sirve en un coqueto restaurante. Y a medida que analiza el cuaderno -a la búsqueda de pistas que le permitan comprender la contradicción entre el amor de su madre por la cocina y su conducta opresiva-, descubre poco a poco un significado oculto detrás de las crípticas anotaciones de Mirabelle. Entre las páginas del cuaderno, Framboise encontrará la clave para comprender lo que realmente sucedió aquel fatídico verano en el que tenía tan solo nueve años.
Exquisito y lleno de matices, Cinco cuartos de naranja es un libro sobre madres e hijas del pasado y del presente, sobre la resistencia y la derrota y, sin lugar a dudas, una extraordinaria muestra del talento de la autora de Chocolat.

Cinco cuartos de naranja — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cinco cuartos de naranja», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Y qué hay de esos hombres viejos -de ochenta y noventa años- encerrados por crímenes de guerra? Hombres viejos y ciegos, hombres viejos y enfermos endulzados por la demencia, sus rostros laxos y sin comprender. Resulta imposible creer que alguna vez fueran jóvenes. Imposible imaginar sueños sangrientos dentro de esos cráneos frágiles y olvidadizos. Destruye el receptáculo y la esencia se escapa. El crimen toma una vida -justificación- propia.

Por una extraña coincidencia, la propietaria de Crêpe Framboise, la señora Françoise Simon, resulta estar emparentada con la propietaria de Aux Délices Dessanges…

Se me cortó la respiración. Sentí como si una chispa de fuego me hubiese obturado la tráquea y de pronto me encontraba bajo el agua, el río pardusco tirando de mí hacia abajo, dedos de fuego aferrándose a mi cuello, a mis pulmones…

…nuestra mismísima Laure Dessanges. Resulta extraño que no haya conseguido averiguar muchos de los secretos de su tía. Yo por mi parte, en esta ocasión, preferí el encanto modesto de Crêpe Framboise a cualquiera de las elegantes (pero demasiado exiguas) propuestas de Laure.

Volví a respirar. Nada del sobrino, sino de la sobrina. No me habían descubierto.

Me prometí a mí misma que no habría más estupideces. No más charlas con amables escritores gastronómicos. Un fotógrafo de otra revista de París vino a entrevistarme una semana después, pero me negué a recibirlo. Peticiones de entrevistas llegaban por correo, pero no contestaba a ninguna. Un editor me propuso escribir un libro de recetas. Por primera vez, Crêpe Framboise estaba inundada de gente de Angers, turistas, gente elegante con coches deslumbrantes. Los rechacé a montones. Tenía mis clientes habituales, mis diez o quince mesas. No podía acomodar a tanta gente.

Intenté comportarme con la máxima normalidad posible. Me negué a hacer reservas por adelantado. La gente hacía cola en la acera. Tuve que contratar a otra camarera, pero por lo demás desdeñé como pude tanta atención no buscada. Ni siquiera me digné a escuchar al pequeño escritor gastronómico cuando regresó para discutir -razonar- conmigo. No, no le permitiría que usara mis recetas en su columna. No, no habría ningún libro. Nada de fotografías. Crêpe Framboise seguiría siendo lo que era, una crêperie de provincia.

Sabía que si me cerraba en banda durante el tiempo suficiente acabarían por dejarme en paz. Pero para entonces el daño ya estaba hecho. Ahora Laure y Yannick sabían dónde encontrarme.

Cassis debió de decírselo. Se había trasladado a un piso cerca del centro de la ciudad y, aunque nunca fue buen corresponsal, me escribía de tanto en tanto. Sus cartas eran informes sobre su célebre nuera y su refinado hijo. Bien, después del artículo y el revuelo que causó, se propusieron encontrarme. Trajeron a Cassis consigo, como si se tratase de un regalo. Supongo que pensaron que nos sentiríamos conmovidos al volver a vernos después de tantos años, pero aunque los ojos de él se humedecieron de una forma reumática y sentimental, los míos permanecieron resolutamente secos. Apenas había rastro del hermano mayor con el que había compartido tantas cosas; ahora estaba gordo, sus rasgos perdidos en aquella masa informe, la nariz enrojecida, las mejillas surcadas por capilares rotos, la sonrisa vacilante. De lo que una vez sintiera por él -la devoción por el hermano mayor que en mi mente era capaz de cualquier cosa: escalar el árbol más alto, desafiar a las abejas para robarles la miel, cruzar a nado el Loira en su tramo más ancho- no quedaba nada salvo una tenue nostalgia teñida de desprecio. Después de todo, aquello pasó hacía mucho. El hombre gordo del umbral era un desconocido.

Al principio fueron astutos. No pidieron nada. Les preocupaba el hecho de que viviera sola, me hicieron regalos -un procesador de comida, alarmados por el hecho de que aún no tuviera uno, un abrigo, una radio- se ofrecieron a sacarme… Incluso me invitaron a su restaurante en una ocasión, un lugar enorme con mesas de mármol de imitación, con manteles a cuadros y luces de neón y con estrellas de mar y cangrejos de plástico de colores llamativos enredados en las redes de pescador que colgaban de las paredes. Me referí a la decoración con cierta reserva.

– Bueno Mamie , es lo que se llama kitsch -me explicó Laure amablemente, dándome palmaditas en la mano-. No creo que te interesen estas cosas pero, créeme, en París esto está muy de moda. -Me mostró los dientes. Tiene los dientes muy blancos y grandes y el pelo es del color del pimiento fresco. Ella y Yannick se tocan y se besan a menudo en público. Debo admitir que me resultó todo bastante embarazoso. La comida fue moderna, supongo. No soy quién para juzgar estas cosas. Una especie de ensalada con un aderezo suave, varios tipos de verduras cortadas en forma de flores. Quizá había alguna endibia, pero la mayor parte eran simples hojas de lechuga, rábanos y zanahorias con formas caprichosas. Luego un trozo de merluza -un buen trozo, debo admitir, pero demasiado pequeño- con una salsa hecha con vino blanco y cebolletas y una hoja de menta encima, no me preguntéis por qué. Después, una raja de tartaleta de pera, prolijamente adornada con salsa de chocolate, azúcar de lustre y espirales de chocolate. Al mirar furtivamente al menú descubrí mucha palabrería autocongratulatoria del estilo de: «Nougatine de surtido de caramelos con una base de pasta finísima para hacer la boca agua, aderezada con chocolate espeso y oscuro y servida con coulis picante de albaricoques…». A mí no me pareció más que un simple florentino y cuando lo vi no era más grande que una moneda de cinco francos. Uno pensaría que Moisés lo había bajado de la montaña al leer cómo lo describían. ¡Y el precio! Cinco veces el precio de mi menú más caro y eso sin contar el vino. Naturalmente yo no tuve que pagar. Pero, en cualquier caso, empezaba a sospechar que habría algún precio oculto en toda aquella atención repentina.

Lo había.

Dos meses más tarde vinieron con su primera propuesta. Me ofrecían mil francos si les daba mi receta de la paëlle antillaise y les permitía incluirlo en su menú. La paëlle antillaise de Mamie Framboise tal y como aparecía mencionado en el Hôte & Cuisine (julio de 1991) por Jules Lemarchand. Al principio pensé que se trataba de una broma. «Una delicada mezcla de marisco fresco aderezado sutilmente con plátanos verdes, piña, moscatel y arroz azafranado…» Me eché a reír. ¿Acaso no tenían suficientes recetas propias?

– ¡No te rías, Mamie! -Yannick fue casi brusco, sus ojos negros y brillantes muy cerca de los míos-. Quiero decir que Laure y yo nos sentiríamos tan agradecidos… -Me dedicó una sonrisa amplia y abierta.

– No seas tan modesta Mamie. -Ojalá no me llamaran así. Laure me rodeó con su brazo desnudo y frío-. Me aseguraré de que todo el mundo sepa que es tu receta.

Cedí. En realidad no me importaba darles mis recetas; después de todo ya había dado bastantes a la gente de Les Laveuses. Les daría la paëlle antillaise gratis y todo aquello de lo que se encapricharan pero con una condición: que dejaran a Mamie Framboise fuera del menú. Ya me había escapado por los pelos. No quería atraer más atención.

Accedieron con tanta rapidez a mis condiciones como con pocas protestas. Y tres semanas después, la receta de La paëlle antillaise de Mamie Framboise apareció en Hôte & Cuisine al lado de un efusivo artículo de Laure Dessanges. «Espero poder proporcionaros más recetas campestres de Mamie Framboise muy pronto -prometió-. Hasta entonces, podéis probarlas en Aux Délices Dessanges, Rue des Romarins, Angers.»

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cinco cuartos de naranja»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cinco cuartos de naranja» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joanne Harris - Blackberry Wine
Joanne Harris
Joanne Harris - W Tańcu
Joanne Harris
Joanne Harris - Runas
Joanne Harris
Joanne Harris - Zapatos de caramelo
Joanne Harris
Joanne Harris - Chocolat
Joanne Harris
Joanne Harris - Jeżynowe Wino
Joanne Harris
Joanne Harris - Czekolada
Joanne Harris
Joanne Harris - Runemarks
Joanne Harris
Joanne Harris - Holy Fools
Joanne Harris
Joanne Harris - Sleep, Pale Sister
Joanne Harris
Joanne Sefton - Joanne Sefton Book 2
Joanne Sefton
Отзывы о книге «Cinco cuartos de naranja»

Обсуждение, отзывы о книге «Cinco cuartos de naranja» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x