Yann Martel - Vida de Pi

Здесь есть возможность читать онлайн «Yann Martel - Vida de Pi» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Vida de Pi: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Vida de Pi»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Pi Pattel es un joven que vive en Pondicherry, India, donde su padre es el propietario y encargado del zoológico de la ciudad. A los dieciséis años, su familia decide emigrar a Canadá y procurarse una vida mejor con la venta de los animales. Tras complejos trámites, los Pattel inician una travesía que se verá truncada por la tragedia: una terrible tormenta hace naufragar el barco en el que viajaban.
En el inmenso océano Pacífico, una solitaria barcaza de salvamento continúa flotando a la deriva con cinco tripulantes: Pi, una hiena, un orangután, una cebra herida y un enorme macho de tigre de Bengala. Con inteligencia, atrevimiento y, obviamente, miedo, Pi tendrá que echar mano del ingenio para mantenerse a salvo mientras los animales tratan de ocupar su puesto en la cadena alimentaria y, a la postre, tendrá que defender su liderazgo frente al único que, previsiblemente, quedará vivo. Aprovechando su conocimiento casi enciclopédico de la fauna qua habitaba el zoológico, el joven intentará domar a la fiera, demostrar quién es el macho dominante y sobrevivir con este extraordinario compañero de viaje.
Yann Martel consigue con talento, humor e imaginación un ejercicio narrativo que deleita y sorprende a un lector que, cautivado por una de las historias más prodigiosas de los últimos tiempos, se verá atrapado hasta el asombroso e inesperado final.
«Si este siglo produce algún clásico literario, Martel es, sin duda, uno de los aspirantes.» The Nation
«Vida de Pi es como si Salman Rushdie y Joseph Conrad elucubraran juntos sobre el sentido de El viejo y el mar y Los viajes de Gulliver.» Financial Times
«Para aquellos que creían que el arte de la ficción estaba moribundo, les recomiendo que lean a Martel con asombro, placer y gratitud.» ALBERTO MANGUEL

Vida de Pi — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Vida de Pi», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Una vez vimos relámpagos. El cielo estaba tan negro que el día parecía la noche. Empezó a diluviar y oí truenos a la distancia. Creí que no avanzarían. Pero se levantó el viento, arrojando la lluvia en todas la direcciones. Justo después, un latigazo blanco bajó con un estrépito del cielo y perforó el agua. Cayó a cierta distancia del bote salvavidas, pero el efecto fue perfectamente visible. El agua estaba atravesada de lo que parecían raíces blancas. Durante un instante, un árbol celestial inmenso se elevó en medio del océano. Jamás me hubiera imaginado algo así, un relámpago en medio del mar. El trueno que lo siguió fue tremendo. El destello fue increíblemente intenso. Volví hacia Richard Parker y dije:

– Mira, Richard Parker, un relámpago. En seguida vi su opinión al respecto. Estaba aplastado contra el fondo del bote salvavidas con las patas despatarradas y temblando como una hoja.

Yo experimenté el efecto contrario. Me sirvió para sacarme de mi forma de actuar mortal y limitada y elevarme a un estado de asombro exaltado.

De repente, un relámpago cayó más cerca. Tal vez estuviera destinado a nosotros. Acabábamos de bajar de la cresta de un oleaje cuando el relámpago le dio de lleno. Hubo una explosión de aire y agua caliente. Durante dos, quizá tres segundos, un fragmento de vidrio blanco y cegador de una ventana cósmica rota bailó en el cielo, incorpóreo y poderosamente abrumador. Diez mil trompetas y veinte mil tambores jamás conseguirían causar el estruendo de ese relámpago: fue decididamente ensordecedor. El mar se tornó blanco y desvaneció todo su color. Todo se convirtió en pura luz blanca y pura sombra negra. Más que iluminar, la luz penetró. Con la misma velocidad con que había aparecido, el relámpago desapareció, antes incluso de que el chorro de agua caliente acabara de caer encima de nosotros. El oleaje escarmentado recuperó su color negro y siguió su camino con indiferencia.

Yo me quedé estupefacto, de una pieza, gracias a Dios. Pero no sentí ningún miedo.

– Alabado sea Alá, Señor del Universo, el Compasivo, el Misericordioso, Dueño del Día del Juicio-mascullé.

Y a Richard Parker, grité:

– ¡Deja de temblar! Esto es un milagro. Es un arrebato de divinidad. Es… Es…

No pude describir qué era, aquella cosa tan inmensa y fantástica. Me quedé sin aliento y sin palabras. Me dejé caer hacia atrás encima de la lona con los brazos y las piernas extendidos. La lluvia me heló hasta los huesos. Pero estaba sonriendo. Recuerdo ese roce con la electrocución y las quemaduras de tercer grado como una de las pocas veces durante toda mi odisea en la que sentí auténtica felicidad.

En los momentos de asombro, es fácil evitar los pensamientos nimios y ponderar los pensamientos que abarcan el universo entero, que captan tanto los truenos como los tintineos, lo grueso y lo delgado, lo cercano y lo lejano.

CAPÍTULO 86

– ¡Richard Parker, un buque!

Tuve el placer de gritarlo una vez. Estaba borracho de alegría. Todo el dolor y la frustración se desvaneció y creí que iba a estallar de felicidad.

– ¡Lo hemos conseguido! ¡Estamos salvados! ¿No lo entiendes, Richard Parker? ¡ESTAMOS SALVADOS! ¡Ja, ja, ja, ja!

Intenté controlar la emoción. ¿Y si pasaba demasiado lejos y no nos veía? ¿Debería lanzar una bengala cohete? ¡Tonterías!

– ¡Viene hacia nosotros, Richard Parker! ¡Gracias, Dios Ghanesa! ¡Bendito seas en todas tus manifestaciones, Alá Brahman!

Tenía que vernos. ¿Hay alguna felicidad más grande que la de la salvación? La respuesta, créeme, es «No». Me puse de pie. Hacía mucho tiempo que no hacía semejante esfuerzo.

– ¿Has visto, Richard Parker? Gente, comida, una cama. La vida vuelve a ser nuestra. ¡Qué alegría!

El buque se acercó todavía más. Parecía un petrolero. La forma de la proa se distinguía perfectamente. La salvación iba vestida con una toga negra con el ribete blanco.

– ¿Y si…?

No me atrevía a decir las palabras en voz alta. Pero ¿no había alguna posibilidad de que papá, mamá y Ravi estuvieran vivos? El Tsimtsum tenía más de un bote salvavidas. Tal vez estuvieran en Canadá desde hacía semanas y estaban impacientes a la espera de alguna noticia de mi paradero. Quizá fuera la única persona del naufragio que todavía seguía sin aparecer.

– ¡Cielos! ¡Qué grandes son los petroleros!

Parecía una montaña acercándose sigilosamente.

– Tal vez hayan llegado a Winnipeg. ¿Cómo será nuestra casa nueva? ¿Crees que las casas canadienses tienen patios interiores como las casas tradicionales de Tamil Nadu, Richard Parker? Supongo que no. Se llenarían de nieve en el invierno. Es una lástima. No existe una paz comparable con la de un patio interior en un día soleado. ¿Qué clases de especias deben cultivar en Manitoba?

El buque ya estaba muy cerca. Tan cerca que si no paraba, tendría que desviarse ya.

– Como te decía, las especias… ¡Dios mío!

De repente me di cuenta de que el petrolero no venía hacia nosotros sino que se nos venía encima. La proa era un muro inmenso de metal que se estaba haciendo más ancha por segundos. Una ola que la circundaba estaba avanzando de forma implacable. Richard Parker finalmente se percató del gigante que se nos avecinaba. Se volvió y emitió una especie de «¡Guau! ¡Guau!» pero no era un ladrido perruno, era tigresco: poderoso, aterrador y perfectamente adecuado a las circunstancias.

– Richard Parker, ¡que nos atropella! ¿Y ahora qué hacemos? ¡Venga, rápido, una bengala! ¡No! ¡Los remos! A ver, pon el remo en el tolete… ¡Ya está!

– ¡Umpf! ¡Umpf! ¡Umpf! ¡Umpf! ¡Umpf! ¡Ump…

La ola de la proa nos empujó hacia arriba. Richard Parker se agachó con los pelos erizados. El bote salvavidas se deslizó por la ola, salvándose por apenas sesenta centímetros.

El buque pasó por nuestro lado durante lo que se me antojó un kilómetro y medio, un kilómetro y medio de muro negro de cañón, un kilómetro y medio de fortificación sin un solo centinela que nos viera languideciendo en el foso. Lancé una bengala cohete, pero apunté mal. En lugar de volar encima de las amuradas y explotar en la cara del capitán, rebotó contra el costado del petrolero y se zambulló en el Pacífico, donde pereció con un silbido. Toqué el silbato con todas mis fuerzas. Berreé. Pero todo fue en vano.

El buque pasó de largo, los motores retumbando y las hélices dando vueltas explosivas bajo el agua. Richard Parker y yo nos quedamos meciendo en su estela espumosa. Tras tantas semanas de ruidos neutros, los ruidos mecánicos se me antojaron extraños y abrumadores y me dejaron sin habla.

En menos de veinte minutos, un petrolero de trescientas mil toneladas se convirtió en un punto sobre el horizonte. Cuando me volví, Richard Parker todavía estaba mirando hacia él. Tras unos segundos, él también volvió la cabeza y nuestras miradas se cruzaron. Mis ojos expresaban ansia, dolor, angustia y soledad. Él sólo sabía que había ocurrido algo estresante y trascendental, algo más allá de los límites de su entendimiento. Él no comprendía que la salvación acababa de dejarnos atrás. Sólo comprendía que el alfa que tenía delante, ese tigre raro y arbitrario, se había trastornado. Se tumbó para echar otra siesta. El único comentario que hizo al respecto fue un maullido malhumorado.

– ¡Te quiero!

Las palabras manaron de mi boca, puras, sin límites, infinitas. La emoción me inundó el pecho.

– Te lo juro. Te quiero, Richard Parker. Si ahora no estuvieras aquí, no sé qué haría. No creo que resistiera. No, no resistiría. Me moriría de desesperación. No te rindas, Richard Parker, no te rindas. Te prometo que te llevaré a tierra. ¡Te lo prometo!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Vida de Pi»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Vida de Pi» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Vida de Pi»

Обсуждение, отзывы о книге «Vida de Pi» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x