• Пожаловаться

Antonio Garrido: La escriba

Здесь есть возможность читать онлайн «Antonio Garrido: La escriba» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Историческая проза / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Antonio Garrido La escriba

La escriba: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La escriba»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¿Podrá la hija de un escriba decidir el destino de la cristiandad? Alemania, año 799. Se aproxima la coronación de Carlomagno. El emperador debe encargar la traducción de un documento de vital importancia. La labor recae en Gorgias, un experto escriba bizantino, quien debe realizar esta monumental tarea en absoluto secreto. Theresa, la hija de Gorgias, trabaja como aprendiz de escriba. La misteriosa desaparición de su padre la obliga a infiltrarse en una conspiración de ambición, poder y muerte, en la que nada es lo que parece.

Antonio Garrido: другие книги автора


Кто написал La escriba? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La escriba — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La escriba», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Wilfred guardó silencio. Con el paso de los años había comprendido que, con independencia de la causa que lo motivase, el mejor discurso era el de la condenación eterna. Sin embargo, Korne frunció el ceño y se adelantó.

– Si me lo permitís -dijo elevando la voz-. Desde mi conversión siempre me he tenido por buen cristiano: rezo al levantarme, ayuno cada viernes y sigo los preceptos. -Miró a todos como esperando su aprobación-. Hoy Dios se ha llevado a mi hijo Celías: un chico sano y robusto; un buen muchacho. Acepto los designios del Señor, y ruego a Él por su alma. También ruego por la mía, por la de mi familia y la de casi todos los presentes. -Tragó saliva antes de volverse hacia Gorgias-. Pero la culpable de esta desgracia no merece recibir ni una sola plegaria que alivie su castigo. Esa muchacha nunca debió entrar en mi taller. Si Dios usa la muerte para enseñarnos, tal vez debamos emplear Sus mismas enseñanzas. Y si es Dios el que juzga a los muertos, seamos nosotros quienes juzguemos a los vivos.

Un griterío atronó la iglesia.

Nihil est tam volucre quam maledictum; nihil faálius emiltitur, nihil citius excipitur, nihil latius dissipatur -intervino Wilfred gritando-. Pobres hombres iletratti: no hay cosa más veloz que la calumnia, nada que se nos escape más fácilmente, nada que se acepte mejor y nada que se extienda más sobre la faz de la tierra. Ya he escuchado los rumores que acusan a Theresa. Todos habláis de lo mismo, pero ninguno conocéis la realidad de lo sucedido. Guardaos de la falsedad y la ignominia porque no hay secreto que tarde o temprano no se descubra. Nihil est opertum quod non revelavitur, et ocultum quod non scietur.

– ¿Mentiras decís? -respondió Korne agitando los brazos-. Yo mismo sufrí la ira de esa hija de Caín. Su odio provocó el fuego que ha destruido mi vida. Y lo afirmo aquí, en la casa de Dios. Mi hijo Celías lo habría atestiguado de no haber muerto por culpa de esa muchacha. Pueden dar fe cuantos estuvieron presentes, y juro ante el Altísimo que así lo harán cuando Gorgias y su familia se enfrenten a la justicia. -Y sin esperar al beneplácito de Wilfred se echó a hombros el cadáver de Celías y abandonó la iglesia seguido de su familia.

Gorgias aguardó hasta que el resto de los feligreses acabaron de desalojar el templo. Deseaba hablar con Wilfred sobre el enterramiento de Theresa y sabía que no dispondría de mejor momento. Además, las palabras de Wilfred le habían sorprendido sobremanera. Rutgarda le había comentado los rumores que apuntaban a Theresa como la causante del incendio, pero la advertencia del conde parecía sugerir algo diferente. Rutgarda esperó en el exterior mientras aprovechaba para comentar con las vecinas los preparativos del entierro. Cuando Gorgias se acercó a Wilfred, lo sorprendió acariciando el lomo de sus molosos. Se preguntó cómo un hombre sin piernas podía manejar con tal facilidad a aquellas bestias.

– Siento lo de vuestra hija -dijo Wilfred meneando la cabeza-. En verdad era una buena chica.

– Era todo lo que tenía. Toda mi vida. -Sus ojos eran una cuenca de lágrimas.

– Muchos piensan que sólo existe una muerte, pero eso no es del todo cierto. Cada vez que un hijo muere, la muerte también alcanza a sus padres, y eso a su vez origina la penosa ironía de que cuanto más vacía es la vida, más pesada se revela. Sin embargo, vuestra esposa todavía es joven. Tal vez aún podáis…

Gorgias negó con la cabeza. Lo habían intentado en numerosas ocasiones, pero Dios no había querido bendecirles con un nuevo hijo.

– Mi único deseo es que Theresa reciba sepultura como la cristiana que siempre fue. Sé que lo que voy a pediros es difícil, pero os ruego que atendáis mi súplica.

– Si está en mi mano…

– Últimamente he visto cosas terribles: muertos desnudos por las roderas; cadáveres tirados por los estercoleros; cuerpos sacados de sus tumbas por hambrientos desesperados. No quiero que a mi hija le ocurra eso.

– Desde luego. Pero no veo de qué modo…

– El cementerio del claustro. Sé que sólo los clérigos y los prohombres descansan en ese jardín, pero os lo pido como un favor especial. Sabéis cuánto he hecho por vos…

– Y yo por vos, Gorgias, pero lo que me pedís es algo imposible. En el claustro no cabe un alma, y las tumbas de las capillas pertenecen a la iglesia.

– Lo sé, pero había pensado en la zona del pozo. Ese lugar está virgen.

– Ese lugar es casi roca viva.

– No me importa. Cavaré.

– ¿Con ese brazo?

– Encontraré quien me ayude.

– En cualquier caso, no creo que fuese buena idea. La gente no comprendería que una chica acusada de homicidio descansase en un claustro rodeada de santos.

– Pero no entiendo… Hace un instante, vos mismo la habéis defendido.

– Es cierto. -Meneó la cabeza-. Nicodemo, uno de los trabajadores heridos, pidió confesión. Debió de sentir la presencia de la muerte, y entre pecado y pecado habló de lo ocurrido. Al parecer, las cosas no sucedieron tal como las describe Korne.

– ¿Qué queréis decir? ¿No fue Theresa la causante del incendio?

– Digamos que no está claro que lo fuera. Sin embargo, aunque la acusación de Korne resultase falsa, sería harto difícil demostrarlo. Nicodemo habló bajo secreto de confesión, y es de suponer que el resto de los empleados confirmarán la versión de Korne. No creo que Nicodemo sobreviva, pero además, aunque lo hiciera, seguramente se desdiría de sus palabras. Recordad que trabaja para Korne.

– Y Korne para vos.

– Mi buen Gorgias. En ocasiones menospreciáis el poder de Korne. La gente no lo respeta por su trabajo. Temen a su familia. Han sido varios los aldeanos que ya han sufrido su ira. Sus hijos desenvainan la espada con la misma facilidad con que un adolescente desenfunda su miembro.

– Pero vos sabéis que mi hija no pudo hacerlo. Conocíais a Theresa. Era una chica bondadosa y caritativa. -Las lágrimas le brotaron.

– Y terca como una muía. Mirad, Gorgias, os aprecio profundamente, pero no puedo concederos lo que me pedís. Lo siento de veras.

Gorgias se quedó pensativo. Entendía la posición de Wilfred, pero no iba a consentir que profanasen el cuerpo de su hija en cualquier estercolero.

– Veo, vuestra dignidad, que no me dejáis opción. Si no puedo enterrar a mi hija en Würzburg, deberé trasladar su cadáver hasta Aquis-Granum.

– ¿A Aquis-Granum, decís? Debéis de estar bromeando. Los pasos siguen cegados y lo mismo sucede con las postas. Aunque dispusieseis de un carro con bueyes, los bandidos os despedazarían.

– Os digo que lo haré aunque me cueste la vida.

Gorgias aguantó la mirada a Wilfred. Sabía que el conde precisaba de sus servicios y no permitiría que nada le sucediera. Wilfred se demoró en contestar.

– Olvidáis que hay pendiente un manuscrito -dijo al cabo.

– Y vos que hay pendiente un entierro.

– No tentéis a vuestra suerte. Hasta ahora os he protegido como a un hijo, pero eso no os autoriza a comportaros como un muchacho insolente -repuso mientras volvía a manosear la cabeza de los perros-. Recordad que fui yo quien os acogió cuando llegasteis a Würzburg mendigando un trozo de pan. Que fui yo quien facilitó vuestra inscripción en el registro de hombres libres pese a que carecíais de los documentos o armas que os acreditaran, y que fui yo quien os ofreció el trabajo que habéis disfrutado hasta el día de hoy.

– Sería un desagradecido si lo olvidara. Pero de eso hace ya seis años, y creo que mi trabajo ha respondido con generosidad a vuestra ayuda.

Wilfred lo miró con dureza, pero luego suavizó el rostro.

– Lo siento, pero no puedo ayudaros. A estas horas Korne ya habrá acudido al corregidor para denunciaros por lo sucedido. Como comprenderéis, sería una temeridad por mi parte aceptar el cadáver de una persona que puede ser hallada culpable de homicidio. Y aún hay más: os recomendaría que comenzaseis a preocuparos por vos mismo. No dudéis que Korne irá a por vos.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La escriba»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La escriba» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «La escriba»

Обсуждение, отзывы о книге «La escriba» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.