¿Podemos adelantar la Segunda Venida?
Marcos Blanco
Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.
Índice de contenido
Tapa
Lista de abreviaturas Lista de abreviaturas de versiones de la Biblia usadas en este libro BA: La Biblia de las Américas BLP: La Palabra (versión española) DHH: Dios habla hoy LXX: Septuaginta NBLH: Nueva Biblia de las Américas NTV: Nueva Traducción Viviente NVI: Nueva Versión Internacional PDT: La Palabra de Dios para Todos RVA 2015: Reina-Valera Actualizada 2015 RVC: Reina-Valera Contemporánea RVR: Reina-Valera Revisada 1960 RV 77: Reina-Valera Revisada 1977 TLA: Traducción en Lenguaje Actual
Introducción: ¿Podría Cristo haber venido en 1901?
Capítulo 1: No el “qué”, sino el “cuándo”
Capítulo 2: Énfasis en la actividad humana
Capítulo 3: Énfasis en la providencia divina
Capítulo 4: Énfasis en mantener la tensión
Capítulo 5: ¿Cuál es la posición más equilibrada?
Capítulo 6: La eternidad de Dios
Capítulo 7: Omnisciencia y providencia divinas
Capítulo 8: El ser humano ¿puede cambiar los planes de Dios?
Capítulo 9: ¿Apresurando la Segunda Venida?
Capítulo 10: La tensión inminencia/demora de la Segunda Venida en Elena de White
Conclusión
¿Podemos adelantar la Segunda Venida?
Marcos G. Blanco
Dirección: Pablo Ale
Diseño de tapa: Mauro Perasso
Diseño del interior: Marcelo Benitez
Ilustración: Shutterstock
Libro de edición argentina
IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina
Primera edición, e - Book
MMXX
Es propiedad. © Asociación Casa Editora Sudamericana 2019.
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.
ISBN 978-987-798-113-1
Blanco, Marcos G.¿Podemos adelantar la segunda venida? / Marcos G. Blanco / Dirigido por Pablo Ale - 1ª ed. - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.Libro digital, EPUBArchivo Digital: onlineISBN 978-987-798-113-11. Profecías Bíblicas. I. Ale, Pablo, dir. II. Título.CDD 220 |
Publicado el 30 de marzo de 2020 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).
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de versiones de la Biblia usadas en este libro
BA: La Biblia de las Américas
BLP: La Palabra (versión española)
DHH: Dios habla hoy
LXX: Septuaginta
NBLH: Nueva Biblia de las Américas
NTV: Nueva Traducción Viviente
NVI: Nueva Versión Internacional
PDT: La Palabra de Dios para Todos
RVA 2015: Reina-Valera Actualizada 2015
RVC: Reina-Valera Contemporánea
RVR: Reina-Valera Revisada 1960
RV 77: Reina-Valera Revisada 1977
TLA: Traducción en Lenguaje Actual
Introducción
¿Podría Cristo haber venido en 1901?
Corre 1901. George Irwin, entonces presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, dialoga con Arthur G. Daniells, el administrador que pronto lo reemplazará. La conversación ocurre justo antes del Congreso de la Asociación General, programado para ese año.
–Hermano Irwin, lo veo preocupado. ¿Qué estará agobiando su corazón? –pregunta Daniells.
–Estoy afligido, hermano Daniells –responde Irwin–. El 34º Congreso de la Asociación General comienza mañana en Battle Creek. Estamos en 1901, y Jesús todavía no ha regresado. He estado investigando algunos de los consejos de la hermana White.
–Sería una bendición para mí si compartiera eso conmigo.
–Es muy difícil de leer –responde Irwin antes de comenzar la lectura de un escrito de Elena de White, que hoy aparece en el libro El evangelismo , página 697–: “Durante cuarenta años la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. […] En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años”.
Pensativo, Daniells responde:
–Bueno, la sierva del Señor es directa en cuanto al pueblo de Dios. Incredulidad, mundanalidad, falta de consagración y contiendas. Esta demora es nuestra culpa… Bueno, mi culpa.
–Así es. Déjeme compartir algo que encontré, que ella escribió hace muy poco: “Si la iglesia de Cristo hubiese hecho su obra como el Señor le ordenaba, todo el mundo habría sido ya amonestado, y el Señor Jesús habría venido a nuestra Tierra con poder y gran gloria” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes , pp. 587, 588). A esto lo escribió hace 36 meses; es decir, durante mi mandato como presidente. Es nuestra culpa. Le hemos fallado a Dios, hermano. Nosotros, como líderes, le hemos fallado a Dios. Debemos humillarnos. Debemos convertirnos en ejemplos vivientes de lo que puede llegar a ser un líder cuando Jesús vive en su corazón. Ya ni sé cómo orar sobre esto. ¿Cómo podemos rogarle a Dios que sacuda de nosotros esta demora e inactividad?
–No podría estar más de acuerdo. He estado experimentando en mi corazón la misma carga que percibo en usted. Busquemos la ayuda de Dios ahora mismo.
–¿Juntos?
–Sí, juntos.
En ese momento, Irwin exclama:
–Oh, hermano…
E inmediatamente, Daniells comienza su oración:
–Dios de gloria, has estado listo para venir por tanto tiempo. Y, aun así, nos has estado esperando. Por favor, perdónanos y ayúdanos como líderes a entregarte todo nuestro ser. Sabemos que somos responsables por este pecado. Cámbianos, ayúdanos a morir al yo y a vivir en ti, Dios. Por favor, toma hoy nuestra vida…
Este diálogo es la recreación dramatizada en un video creado por el Comité de Reavivamiento y Reforma de la Asociación General durante los cien días de oración que precedieron al Congreso de la Asociación General de 2015, en Texas. El contenido está basado en una carta de dos páginas publicada en el tomo 8 de Testimonios para la iglesia . La escena cambia a otra conversación entre Stephen Haskell y el expresidente de la Asociación General George Butler, cuando entran en el tabernáculo de Battle Creek. Dentro de la iglesia, con los hermanos reunidos, Haskell se acerca al púlpito, lee el Salmo 106, y expresa: “Hemos pecado, oh, Dios”. A esto le sigue otra oración, con Haskell diciéndole al Señor que no pueden continuar así.
En el video se señala claramente que Jesús no ha venido porque los miembros y los líderes de la Iglesia Adventista no se han rendido completamente a la dirección de Jesús ni han predicado el evangelio como deberían haberlo hecho. En realidad, este video evidencia una de las tres respuestas que los adventistas han dado a lo largo de los años a la “demora” de la Segunda Venida.
Respuestas al chasco de 1844
Como adventistas del séptimo día, hemos luchado por descifrar el enigma de la demora de la Segunda Venida desde al menos el 23 de octubre de 1844. Los primeros adventistas, que formaban parte del gran Movimiento Adventista conformado por cristianos de diferentes confesiones, esperaban que la Segunda Venida tuviera lugar el 22 de octubre de 1844. Habían proclamado que la Segunda Venida ocurría en ese día, con entusiasmo, esperanza y alegría. Pero, la alegría se había convertido en decepción, al ver que Cristo no regresó en esa fecha. Acerca de ese día, por ejemplo, Josiah Litch le escribió a William Miller: “Es un día nublado y oscuro aquí, el redil está disperso y el Señor todavía no ha venido”.1 Hiram Edson escribió también: “Nuestras mejores esperanzas y expectativas fueron destruidas, y un espíritu de llanto nos invadió como nunca antes habíamos experimentado. Ni la pérdida de todos los amigos terrenales puede compararse con esa experiencia. Lloramos y lloramos hasta el amanecer”.2
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