Tramannoni, Marcelo
El Prode / Marcelo Tramannoni. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2019.
150 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-87-0344-2
1. Narrativa Argentina. 2. Novela. I. Título.
CDD A863
Editorial Autores de Argentina
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Mail: info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
A mi familia por su apoyo irrestricto
y en especial a mi esposa Mirtha.
Dicen que detrás de todo escritor,
siempre hay una musa inspiradora
y ella lo ha sido en todos los órdenes de mi vida.
Agradecimientos
Por el invalorable apoyo brindado a esta novela, con el aporte de su profesionalismo, capacidad, experiencia y conocimientos, expreso mi más profundo y sincero agradecimiento a:
Beatriz Pérez Deidda. Escritora prolífera e inspirada poetiza enamorada del soneto. Obtuvo numerosos premios en certámenes de Argentina, Uruguay y EE.UU. (Chesterfield, St.Louis y Miami) Ha sido Jurado titular en concursos de la Asociación Internacional de Clubes de Leones, Grupo Gente de Letras y otras entidades del quehacer literario. Activo miembro de la Sociedad de Poetas y Escritores de La Matanza. Ha publicado con éxito e integra más de treinta antologías. En fin, una profesional de las letras de larga y reconocida trayectoria y un ser humano excepcional. Moderada en la corrección de mis errores, pero generosa en los conceptos expresados en el prólogo.
Marcelo Manuel Oviedo.Poeta y escritor, premiado en numerosos certámenes literarios. Coordinar de talleres de poesía y para personas con capacidad diferente Integrante de S.A.D.E., miembro de Ronda Literaria y Gente de Letras. Ha publicado libros de poemas que merecieron el reconocimiento y elogios de lectores y profesionales de las letras y participó en numerosas antologías. El breve análisis que hace de la obra, sintetiza todo el drama que en ella se oculta.
Oscar Rivas.Generoso e incondicional artista amigo, que me honra con su arte. Un dibujante con mayúscula. Maestro de la pluma y el pincel. En su trayectoria profesional merece destacarse su activa colaboración con Guillermo Divito en su Revista Rico Tipo y luego sus trabajos junto a Juan Carlos Colombres “Landrú”, dando vida a los personajes políticos de Tía Vicenta. Otros muchos autores lo convocaron para ilustrar sus libros. Su imaginación y capacidad creativa guiaron la mano con la cual plasmó, en las magníficas ilustraciones de portada y contratapa, el espíritu de mi novela. El acierto de sus dibujos estriba en la lograda analogía entre las imágenes y la narración.
Prólogo
Con una trayectoria amplia y muy rica en el rumbo literario, MARCELO TRAMANNONI se ha desempeñado con gran lucimiento en diversas ramas de este fascinante quehacer, en especial en el cuento y la novela breve. Ha participado en certámenes nacionales e internacionales con gran fortuna, y el resultado han sido los numerosos premios obtenidos.
Paralelamente, su destacada labor en el Leonísmo desde 1991 lo llevó a propiciar desde allí múltiples acontecimientos artísticos y culturales, hasta llegar a organizar el Primer Certamen Literario Leonístico Internacional, que desde 1993 en sucesivas ediciones anuales, convocó a autores de habla hispana de todo el mundo.
El florecido camino trazado fructifica hoy con el alumbramiento de su primera novela, una disciplina muy compleja y al mismo tiempo altamente apasionante, pues aunque ofrece gran libertad para componer personajes, insertar historias entrecruzadas o sujetas unas a otras, suceden casos en los que el autor termina consustanciado fuertemente con alguna de sus criaturas, fruto de su propia creación. Es que el novelista debe tener – a diferencia de quienes incursionamos en la poesía, por ejemplo– además de su disposición creadora, una marcada inclinación a la perseverancia, a la puntualidad en cada detalle; en suma, una curiosa habilidad para urdir historias mediante un entramado casi siempre escabroso, para lo cual resultan indispensables la mesura, la precisión..., y mucha memoria.
Interrogado sobre su negativa a escribir novelas, el gran JORGE LUIS BORGES supo dar esta ingeniosa respuesta: “Yo creo que hay dos razones específicas: una, mi incorregible holgazanería, y la otra, el hecho de que como no me tengo mucha confianza, me gusta vigilar lo que escribo y, desde luego, es más fácil vigilar un cuento en razón de su brevedad, que vigilar una novela. Es decir, la novela uno la escribe sucesivamente, luego esas sucesiones se organizan en la mente del lector o en la mente del autor; en cambio uno puede vigilar un cuento casi con la misma precisión con la que uno puede vigilar un soneto: uno puede verlo como un todo. En cambio, la novela se ve como un todo cuando uno ha olvidado muchos detalles, cuando eso ha ido organizándose por obra de la memoria o del olvido, también. (...)”
Y es verdad: una obra breve suele ser un golpe, una ráfaga de la capacidad creadora. En la novelística impera una amplia visión, un soplo constante y, al decir del Gran Maestro, una postura vigilante durante el paso por el largo camino, sus ramales, sus bifurcaciones, por el que debe andar y desandar con sumo cuidado.
MARCELO TRAMANNONI nos presenta un caso totalmente creíble, sin fantasías. Una crónica que pone a la luz las debilidades humanas: deslealtades, intrigas, confabulaciones, naturales productos de excesivas ambiciones.
Ya el título –referido a los Pronósticos Deportivos que en su tiempo provocaban una verdadera conmoción cada domingo por la noche ante las pantallas de los televisores por saber cuántos serían los afortunados ganadores de la fecha– anticipa un argumento donde la codicia es un viento que sobrevuela constantemente todo el entramado.
Una prosa en extremo cuidada, amena, con interesantes diálogos en lenguaje coloquial, lo que le confiere una gran naturalidad; un desarrollo bien distribuido, ordenado en capítulos (XXII), permite al lector ahondar en la excitante trama y, si la ansiedad no lo supera, llegar al desenlace sin escudriñar el final.
En suma. EL PRODE es una novela con un componente aleccionador: nos desnuda, nos muestra cómo la tan ansiada fortuna, una vez que llega, se convierte en causa y objeto de una total perdición.
Beatriz Perez Deidda
Capítulo I
Tras el rectángulo iluminado del cristal opaco, donde se puede leer bajo el número 313: “M. MORANDI Y CIA. ASESORES INMOBILIARIOS”, se oye el rítmico golpeteo de una máquina de escribir.
El inmueble de oficinas está silencioso. Son casi las once de la noche y la mayoría de ellas han cerrado hace más de tres horas.
Joaquín, el encargado del edificio, recorre los pasillos solitarios pulsando los picaportes, controlando que todos los despachos estén cerrados. Al llegar a la puerta 313, la luz interior despierta su atención, abre y se asoma a su interior:
–¡Eh…Don Raúl! ¿Todavía trabajando? ¿Qué va a hacer con tanta guita, eh?– y uniendo la acción a la palabra, entra sin esperar respuesta de su ocupante.
Raúl Vergara, contador y asociado de la empresa, enfrascado en el boleto de compra venta que estaba preparando, se sobresalta al escuchar el vozarrón del individuo y levanta la vista del teclado tratando de identificar, por sobre el borde de la lámpara de escritorio, a la borrosa figura que se enmarca en la puerta de la oficina.
Hace girar la pantalla como un reflector y descubre a su inesperado interlocutor:
–¡Ah…es usted Joaquín! ¿Qué tal, cómo anda?
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