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El Sendero El Sendero Entonces caminé por un sendero de piedras y espinas, pero mis ojos miraban al sol naciente en el horizonte infinito y mi espíritu bebía del agua que el camino ofrecía a mis preguntas Yo no sabía quién era. La incertidumbre increíble de sentirme nada, el terror de no ser, la nube gris que nublaba mi yo, el afán de seguir, la mirada sin vida del mundo que giraba (que gira), siempre igual, sin respuestas; esclavos del miedo, del dolor, del no puedo. Pero yo caminaba… De pronto quise que las espinas del camino no lastimaran mis pies, entonces las heridas cicatrizaron y por un momento nada hacía imposible mi marcha, ni las espinas que seguía pisando. Entonces el dolor al verse vencido envió al fantasma del miedo… El sol había recorrido su invariable camino a través de la jornada y las sombras de la noche ponían barreras en mi camino para que no avanzara. Y los monstruos en la oscuridad amenazaron con matarme si seguía. Mi deseo era que el sol naciera nuevamente y que nunca volviera a oscurecer; pero los monstruos seguían aquí, allí, allá, burlones, creídos, amenazantes…enemigos sin causa. Y como yo tampoco tenía causa alguna para ser enemigo, al pasar junto a uno de ellos le dije: “¡salud hermano!”…fue un instante solamente, una luz más brillante y más cálida que la del sol y con destellos de eternidad iluminó mi marcha. De pronto comencé a cansarme, había recorrido un largo trecho desde que partí; y faltaba tan poco…y quería llegar. El “NO PUEDO” estaba sentado a la vera del camino, sonriéndome, invitándome a quedarme, a no seguir, ofreciéndome refugio. Estaba cansado, entonces me ofreció confort en un mullido lecho de mentiras azules y NO SEGUIR, entonces el “YO QUIERO” me observó desde su lugar en el camino, señaló una meta sin promesas sobre la cumbre que se divisaba al final del sendero. “EL NO PUEDO” agregó a su lecho azul gran cantidad de piedras brillantes, irresistibles ilusiones de colores… pero ilusiones al fin, tendió a mi alrededor sensaciones corporales y materiales…sólo eso, sensaciones al fin. Quise seguir en busca de algo verdadero, que perdurara, el “YO QUIERO” ya había seguido por el camino. Quise alcanzarlo y el cansancio desapareció. En ese instante el espíritu del “NO PUEDO” se desvaneció junto con sus ofrendas. Llegando a la cumbre divisé una áurea figura sin tiempo…se adelantó a mí y como saludo dijo: “yo soy tú, desde antes, desde ahora, desde siempre para siempre”. Y desde entonces yo fui conmigo y el TODO en la NADA fue en mí. Daniel Marcelo Godoy Escuela de Ciencias del Pensamiento
I - En el principio I - En el principio “En el principio era el Verbo” (sonido) “En el principio era el Logo” (sonido) “En el principio fue el OM” (sonido) “Todo es vibración – Todo es sonido – Todo es energía” “Él estaba al principio en Dios” “Todas las cosas fueron hechas por Él y sin Él no se hizo nada de cuanto ha sido hecho” “En Él estaba la vida y la vida era la Luz de los hombres” Éste es el misterio develado de Dios en el hombre y en la creación. Es la vibración la que habita en todo lo creado, en una piedra, en un árbol, en un animal y en el ser humano. Es la Vibración Divina lo que nos lleva a ser Hijos de Dios, y es Dios quien se manifiesta a través de todo lo creado. “Una vibración altera o modifica otra vibración”. Cuando el hombre profundiza en su Ser hasta encontrar la Vibración Divina, puede afirmar sin temor a equivocarse que: “Dios y él son una sola cosa, Dios habita en él y él habita en Dios, pero Dios en él es más grande que cualquier cosa en el mundo”. El hombre que deja fluir la Vibración Divina, modifica y altera otras vibraciones, podríamos decir que es “Hacedor de Milagros”. Este conocimiento es el principio de la divinización del hombre. Las vibraciones distorsionadas, tiene que ver con los falsos egos, con falsas creencias, con miedos y con los pensamientos limitantes en general. Cuando el hombre comienza a transitar un camino de evolución, sus límites se expanden y desaparecen muchos enemigos ocultos. Es la voluntad la que hace que se abran los caminos al Reino, donde la vibración individual se une a la Gran Vibración y el Universo genera a nuestro favor.
II - La verdad es simple II - La verdad es simple La verdad es simple y no tiene mayores participantes. Solamente la voluntad individual de religarse con el Todo es el camino – “Puesto que en Mí has puesto tu voluntad, me invocarás y yo te responderé “(Salmo 91). La voluntad me encamina por el sendero de la fe y es la fe la que abre las puertas donde se sella la alianza de Dios con el hombre. Es indispensable mantenerse en la fe para que la manifestación se realice. El ser humano tiene que caminar un solo sendero, no se puede demorar en repartir su fe en santos, en espíritus y en pregonadores de falsos dioses. El camino es solitario. “Dios habita en el silencio más profundo de nuestro inconsciente”. El que se deja apabullar por otros conceptos pierde tiempo. Las experiencias son intransferibles. No son válidas otras experiencias. No son válidos los dogmas. No son válidos los diferentes dioses impuestos por las religiones. El camino es silencioso. Es necesario que el camino sea silencioso. Es necesario romper toda barrera. Es necesario disolverme, dejar de ser para poder ser.
III - Yo estoy en Todo III - Yo estoy en Todo Yo estoy en todo. Yo estoy dentro y fuera. Yo me manifiesto en todos y en todo. Al cerrar los ojos físicos, abrirás los ojos que ven más allá, los que profundizan, los que no entienden de tiempo ni espacio. Abrirás los ojos con los que verás cosas que aún no se manifiestan. “Yo estoy aquí y Yo esto allí”. Dentro y fuera, arriba y abajo, en el interior de una piedra, en el corazón de un árbol, en el vuelo de un pájaro. “Yo estoy en todo y Soy todo”.
IV - Así como es adentro es afuera
V - El poder de decidir sobre sí mismo
VI - Dios es el Universo mismo
VII - Que la Paz sea contigo
VIII - El Amor Construye
IX - Infinitos Mundos
X - El campo Magnético
XI - Toda información captada
XII - Saber orar
XIII - Somos entes energéticos
XIV - Comunicación Corazón-Cerebro
XV - El mundo invisible y el mundo visible
XVI - La inspiración
XVII - La oración
XVIII - La necesidad y el movimiento
XIX - Todo se mueve para mayor beneficio
XX - Para pensar
XXI - Saber pensar es saber actuar
XXII - La imagen y semejanza
XXIII - Solo atraigo lo que ya poseo
XXIV - Lo semejante atrae a lo semejante
XXV - Somos dioses en cuerpos de bestias
XXVI - El lenguaje oculto que vive en todos
XXVII - Oración para atraer el bien cotidianamente
XXVIII - Oración para bendecir
XXIX - Oración para la evolución
XXX - Invocación
El pensamiento evolutivo
El poder
del pensamiento evolutivo
El poder
del pensamiento evolutivo
Daniel Marcelo Godoy
© de esta edición, Daniel M. Godoy
Buenos Aires, Argentina
Director Editorial: José Marcelo Caballero
Colaborador: Javier Valentín Espósito
ISBN - 978-987-47607-7-7
Primera edición ilustrada 2021
Diseño de tapa: Mercedes Dejar
Diseño de interior: Maitreya Design
Reservados todos los derechos.
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