Diseño y composición:Gerardo Miño
Edición:Primera, Mayo de 2020
Lugar de composición:Suipacha, Pcia. de Buenos Aires
Lugar de impresión:Barcelona / Buenos Aires
Código Thema:QDTJ [Filosofía: metafísica y ontología]
ISBN:978-84-18095-25-2
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Índice de contenido
Prelusión
Advertencia
Umbrales
1. El nihilismo como destino mundial póstumo
2. Sinuosidades de la Ultra-Historia
A. Proposiciones
B. Comentario
1. Topología de la nóesis
2. Physis y nómos
3. Consideraciones espectrológicas
4. Inmortalidad
5. Ultra-filosofía
6. Sinecología : la urdimbre de lo real
7. Arcana numeri : los principios metafísicos supremos
8. Cosmogénesis: el destino de la disyunción
9. Voluptas Urania : el cuerpo del fantasma, la locura y el destino de la metafísica
10. Ética
C. CODA
1. El juicio de Minerva
Envío
Bibliografía
Agradecimientos
Héctor Ciocchini, in memoriam
“Die Tradition aller toten Geschlechter lastet wie ein Alp auf dem
Gehirne der Lebenden”.
Karl Marx, Der achtzehnte Brumaire des Louis Bonaparte, 1960: 115.
“[…] remplacer le non-sens logique des hommes d’aujourd’hui
par le sans-sens illogique”.
Jean Arp, Jours effeuillés, 1966: 312.
“O Mathématiques saintes, puissiez-vous, par votre commerce
perpétuel, consoler le reste de mes jours de la méchanceté de
l’homme et de l’injustice du Grand Tout!”.
Comte de Lautréamont, Les Chants de Maldoror, II, 1973: 94.
“Il […] faut un peu devancer son époque”
Marcel Proust, “La Mode”. In: Le Mensuel, 1er année, nº 6, Mars 1891: 4.
“Si se extirpa en el hombre la creencia en su inmortalidad,
se secará en él enseguida no solo el amor, sino, además,
toda fuerza viva para continuar la existencia terrena”
Dostoievski, Bratia Karamázovi, 2016: 92.
“Mortali che fate
Nel lezzo terreno?
Sorgete, e mirate
L’Olimpo sereno”
Ciro Di Pers, Brevità della vita, 1666.
§ I.
Este libro toma su curso a partir del destino epocal de los Póstumos que, en el presente, son los amos del mundo tras devastar el imperio humano. Se pueden argüir fechas tentativas para el ocaso de Homo: según lo que Friedrich Nietzsche había calificado como “el falso cómputo del tiempo (der falschen Zeitrechnung)” correspondería, exactamente, al 30 de septiembre de 1888 día en que el filósofo terminó la redacción de El Anticristo (Nietzsche, 1988a: 254). Un nuevo eón tuvo entonces su comienzo. Sin embargo, no fue el Übermensch lo que sobrevino sino la forma más despiadada de nihilismo que haya asolado la faz de la Tierra en cualquiera de sus ciclos históricos precedentes. La axiomática cosmológica es, asimismo y en grado primario, una respuesta a este dominio omnicomprensivo.
§ II.
Un hito de insondable espesor histórico nos es relatado por el historiador bizantino Nicetas Choniates, invaluable testigo, cuando refiere que, durante el saqueo de Constantinopla en el mes de abril del año 1204, los cruzados latinos se encontraron con el cadáver del emperador Justiniano (tòn nekròn Ioustinianoû toû Basiléos) que había sobrevivido, incorrupto (aparalúmanton) por setecientos años fruto del aislamiento al que su tumba había sido escrupulosamente sometida (Nicetas Choniates, 1835: 855-856). Los cruzados forzaron y dilapidaron el sepulcro sin dubitación alguna. Justiniano había decretado el oprobioso cierre de la última escuela de la filosofía antigua y, al mismo tiempo, había preservado el corpus jurídico romano bajo ropajes cristianos. En este punto, la Cuarta Cruzada diezmó con perfidia el esplendor bizantino y selló la ruina de la más refinada supervivencia que el mundo antiguo había podido conocer bajo una forma cristiana. La auténtica semilla del Mundo Moderno había sido plantada entonces aún si los efectos tardarían todavía algunos siglos más en tornarse tan visibles como ineluctables.
Así, durante los tiempos tenebrosos de la guerra de Esmalcalda se forjó, en torno al emperador Carlos V, una de sus tantas leyendas. Ante la tumba de Lutero, cuando le pidieron que hiciese arrojar a la hoguera los restos de su enemigo, el monarca habría respondido: “yo hago la guerra contra los vivos, no contra los muertos”. El tiempo presente, bajo la égida de los Póstumos, ha dejado atrás los últimos preceptos políticos de la Era Moderna; hoy en día, tiene lugar ante un mundo que no percibe la transformación ontológico-histórica en curso, una guerra feroz: los vivos han decidido combatir contra los muertos. Las imprevisibles consecuencias de tamaña conflagración decidirán sobre el carácter metafísico del eón que advendrá.
§ III.
La perentoriedad dialéctica de Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff le valió que, las más de las veces, los demi-habiles no tomaran sus juicios con la debida seriedad. Al despuntar el siglo XX, no le faltaba razón a Wilamowitz cuando estimaba que, gracias a sus exhortaciones críticas, Nietzsche había concluido por abandonar la filología académica en tanto ciencia (Wissenschaft). Con todo, la historia reservaría para Wilamowitz la amarga ironía de que, en tan sólo el transcurrir de algunas décadas, la Wissenschaft pasaría a ser considerada una desusada pieza de museo destinada a la demolición junto al entero edificio de las Humanidades que la filología había sabido fundar. Aun así, su ponderación oracular sobre Nietzsche conservó toda la justeza de su drama, pues el filólogo era de la creencia según la cual el filósofo se había convertido en el profeta de un religión irreligiosa (irreligiöse Religion) y de una filosofía no filosófica (unphilosophische Philosophie).
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