I – Su Génesis
En los últimos treinta y cinco años he dedicado gran parte de mi tiempo (full–time desde 1990) a estudiar, investigar y trabajar en el campo de lo que podemos definir como “terapias complementarias” de la medicina ortodoxa occidental o alópata. Por supuesto que siempre lo he hecho “conjuntamente con” y nunca “fuera de”, pues los únicos que pueden diagnosticar y establecer un tratamiento en función de ello son los médicos, tengan la formación que sea: Occidental, Ayurveda de India, Tradicional de China o Tibetana. Pero, basados en sus diagnósticos, como profesores de Yoga podemos ofrecer un trabajo terapéutico que complemente el indicado por ellos.
Trabajar de esta manera en todos estos años me permite poder aseverar que la enfermedad, como tal, no existe: existen personas que se enferman.
Innumerables interrogantes poblaron y pueblan aún mi mente respecto de temas tan simples, profundos, acuciantes, como ¿por qué una persona desarrolla una determinada enfermedad y no otra, cuando en teoría podría haber sido cualquiera?, profundizando aún más: ¿qué es la enfermedad, más allá de la definición que nos brindan la OMS o el Ayurveda?
La búsqueda de respuestas a tantos interrogantes me permitió arribar, entre otras, a las siguientes conclusiones:
I.1. La enfermedad no es un problema físico
sino de la persona en su totalidad:
cuerpo, mente y espíritu
La manera en que trabajo con mis alumnos–pacientes (alumnos míos, pacientes de médico que los derivó), no es otra que llevar a la práctica un conocimiento existente desde hace milenios y que en los últimos trescientos años se había perdido, no sólo en el ámbito de la medicina occidental, sino en la vida en general: el de aprovechar los recursos propios que toda persona posee desde lo físico, lo mental y lo emocional–espiritual, a fin de mantener y potenciar su buen estado de salud o recuperarlo si es que se ha perdido. “Cada ser humano detenta tanto la capacidad de enfermarse como la de curarse. El cuerpo humano posee una natural potencialidad autocurativa que, según la historia personal y el carácter de cada uno, tendrá una determinada manifestación, desde lo psíquico a lo corporal” (Dr. Carl Simonton, Buenos Aires, julio de 1992).
Tanto el estrés emocional como la depresión, relacionados con el nivel de autoestima que se posee, son dos factores denotados como responsables fundamentales del decaimiento del sistema inmunológico, propiciando con ello la aparición de todo tipo de enfermedades, especialmente el cáncer y el sida, y aquí vale la aclaración: estos factores no producen la patología, sino que le permiten desarrollarse.
Estadísticas de la medicina en EEUU y Japón, indican que entre el 70 y el 80% de los cánceres se producen por la contaminación ambiental o por agentes cancerígenos que penetran en el organismo y terminan desarrollando un cáncer, si encuentran las condiciones necesarias en él.
Estas y otras estadísticas, como así también estudios y publicaciones científicas de la medicina occidental de los últimos años revelan lo acertado de la deducción planteada.
I.2. La enfermedad es un hecho positivo en la vida
de una persona
Señala, a través del cuerpo, la necesidad de introducir un cambio en su estilo de vivir, específicamente en aquello que lo llevó a engendrarla (principio fundamental del Ayurveda).
Desde esta óptica, la enfermedad es una bendicióny no una maldición.
Las conductas y actitudes malsanas, originadas también en la autoestima que se posee, permiten la gestación y el posterior desarrollo de la enfermedad. En este sentido, recuperar el natural estado de buena salud implica la responsabilidad de enfrentar la opción de cambiar nuestra filosofía de vida o seguir enfermos hasta morir. Y nuevamente aquí la psique tiene mucho que ver. En este aspecto, el trabajo yogaterapéutico consistirá en descubrir y explorar nuevos caminos para el diario vivir, que serán tantos y diversos como alumnos–pacientes haya. Cada persona deberá cambiar diferentes cosas: unos la alimentación, otros sus relaciones familiares y/o personales, etc., pero siempre desde lo físico, lo mental y lo espiritual, comenzando por equilibrar y armonizar su nivel de autoestima.
I.3. El cambio de vida debe instrumentarse
en un marco de autodisciplina
El o los cambios de vida aludidos en el párrafo anterior requieren de una firme disciplina,entendida como acción con perseverancia y paciencia.
Acción:significa trabajo.
Perseverancia:realizado los siete días de la semana.
Paciencia:para ver los resultados.
Mientras se trabaja de esta manera, diariamente, teniendo como meta un cambio de vida, la esperanzacomo actitud, es un factor decisivo en la cura de cualquier enfermedad. Es una creencia según la cual, lo deseable – en este caso la buena salud – es posible de alcanzar.
Más allá de los mensajes que esta sociedad cada vez más “light” nos envía, nadie debe creer en realización sin esfuerzo.Y mucho menos si de recuperar la salud se trata. Por tal motivo, si es que se quiere llegar a un final feliz, hay que aprovechar los recursos curativos con los que cada uno cuenta dentro de sí mismo, estadio éste donde las emociones y pensamientos juegan un papel fundamental. Esto no excluye, por supuesto, ni el aporte de la medicina o el de determinada filosofía o religión, muy por el contrario, se trabaja integralmente con ellas.
I.4. La enfermedad es de la persona y de su entorno
Así como en la primera de estas conclusiones sostengo que la enfermedad no es sólo un problema físico sino de toda la persona, acá sustento que va un poco más allá: es abarcativo de su entorno.
Si bien esto es muy importante de tenerse en cuenta para cualquier tipo de dolencia o enfermedad, lo es en sumo grado cuando se trata de una diabetes o un cáncer, por citar sólo dos ejemplos; diría más: es imprescindible. En este tipo de dolencias es muy difícil aspirar a resultados positivos si no se cuenta con el apoyo del grupo familiar, y en algunos casos, con el de las amistades más cercanas al enfermo.
Uno es en realidad uno y sus circunstancias, por lo tanto, se las debe tener presentes a la hora de analizar la o las causas que llevaron a la manifestación de una determinada enfermedad, procediéndose en consecuencia según cada caso, dejándonos llevar por toda la información colectada, por el sentido común y la intuición, siempre apoyados en nuestra formación como en la de los profesionales actuantes.
II – Los procesos de Salud/Enfermedad:
su descripción
Para la Medicina Psicosomática (Medicina Biopsicosocial) los factores psicológicos contribuyen directa o indirectamente a la etiología de numerosos y variados trastornos físicos.
Sin embargo, ésta es siempre compleja y multifactorial, lo que lleva a considerar, a un médico biopsicosocial, que los factores psicológicos no son los únicos que colaboran con la enfermedad. Exponen un ejemplo: un componente biológico necesario (tendencia genética), combinado con una reacción psicológica (depresión), y con el stress social (pérdida de un ser querido), resulta en un conjunto de circunstancias suficientes para producir una determinada dolencia.
La adopción de métodos de investigación rigurosos ha permitido corroborar la asociación entre los estresores vitales y numerosas enfermedades médicas de tipo endocrinas, cardiovasculares, respiratorias, gastrointestinales, inmunológicas, oncológicas y dermatológicas.
Читать дальше