Así pues, en esta obra he decidido tratar algunos temas de forma genérica y que el lector encontrará en la primera y tercera parte del libro; pero también he creído conveniente explicar en la segunda parte la historia y desarrollo cultural de cada uno de los veintiún grupos que conforman o conformaban esta etnia. Solo de esta manera, analizando cada una de las singularidades y particularidades específicas, y generalizando los rasgos comunes que definen la realidad del pueblo inuit, podemos entender, en su máxima expresión y dimensión, esta cultura milenaria. En este sentido, he intentado sacar del anonimato a muchos hombres y mujeres inuit que han condicionado o han influido en el desarrollo histórico de su pueblo. Y aprovecho, igualmente, para pedir disculpas por los que no he puesto, aunque espero que todos se sientan representados de una manera u otra.
Con este enfoque, en cierta forma, he querido romper con esa literatura, basada más en la curiosidad y en la simple atracción que en el rigor científico. Además, pensé que si en el título del libro usaba el término peyorativo «esquimal», eso llamaría mucho más la atención al público pero iría en contra de mis principios; así que decidí seguirlos. También como subtítulo he puesto «una aproximación cultural». Sin duda, esta obra solo es un manual de consulta o, si se prefiere, una introducción a un pueblo tan rico y complejo como son los inuit. Espero, por lo tanto, que este texto aporte un mayor interés en los estudios polares en España y que pueda llegar al máximo de lectores posibles, porque el conocimiento y la cultura son cosa de todos y no de unos pocos. Asimismo, me gustaría que este libro acercase mucho más a la gente a un pueblo que se conoce más por su nombre, y a veces ni eso, que por su realidad cultural. Y si estos propósitos se consiguieran, daría por bueno el esfuerzo y trabajo invertidos.
Por otra parte, me gustaría comentar algunos aspectos que debería tener en cuenta el lector y que hacen referencia al texto. Los términos como «esquimal», inuit, «Groenlandia», Kalaallit Nunaat entre otros, se han escrito siguiendo el criterio de las fuentes consultadas y siempre con el más absoluto respeto al pueblo inuit. En la misma línea, los nombres de los lugares que aparecen en la obra se han escrito en lengua nativa, inglés, francés, ruso, danés e incluso español. Igualmente comentar que se han omitido deliberadamente las siglas HMS (His o Her Majesty’s Ship) que llevan los barcos del Almirantazgo británico, al principio del nombre de cada embarcación de la Royal Navy.
Mención aparte merecen los términos «no nativo» y «hombre blanco» escritos en este texto. Sobre todo en el segundo caso, no está muy aceptado su uso debido a la connotación peyorativa que conlleva; sin embargo, es una de las maneras con las que designan los inuit a los que no son como ellos. Por este motivo, también he querido usar la palabra «no nativo», quizá menos «agresiva». De todas maneras, pido disculpas por adelantado si alguien se siente ofendido por la utilización que hago de ambas palabras y que he escrito siempre entre las denominadas comillas francesas o góticas.
Asimismo, señalar que en el apartado «Créditos fotográficos y de ilustraciones», el lector encontrará una descripción más detallada de las imágenes que puede ser útil para una mejor comprensión de las mismas.
Por último, indicar que empecé a recopilar la información para este libro en 1997, el año que decidí dedicar mucho tiempo y esfuerzo al estudio e investigación de la cultura inuit. El corte informativo de la mayor parte de los datos aportados en la obra lo realicé en el año 2006. Sin embargo, por motivos que el lector comprenderá perfectamente al leer la obra, decidí en algunos temas puntuales prolongarlo hasta abril de 2013. De todas maneras, y a excepción de estos casos mencionados, debo aclarar que la historia de este pueblo no ha sufrido profundos cambios significativos en los últimos años.
Principales acrónimos que aparecen en la obra
AEC U.S. Atomic Energy Commission
AEWC Alaska Eskimo Whaling Commission
AFN Alaska Federation of Natives
ANCSA Alaska Native Claims Settlement Act
ANRC Alaska Native Review Commission
ASNA Arctic Slope Native Association
ASRC Arctic Slope Regional Corporation
CEE Comunidad Económica Europea
COPE Committee for Original People’s Entitlement
COPs Contaminantes orgánicos persistentes
CRTC Canadian Radio-Television and Telecommunications Commission
DIAND Department of Indian Affairs and Northern Development
EPMA Estrategia de Protección del Medio Ambiente en el Ártico
HBC Hudson’s Bay Company
IBC Inuit Broadcasting Corporation
ICAS Iñupiat Community of the Arctic Slope
ICC Inuit Circumpolar Conference o Council
ICI Inuit Cultural Institute
ICNI Inuit Committee on National Issues
ICS Inuvialuit Communications Society
ICYC Inuit Circumpolar Youth Council
IFA Inuvialuit Final Agreement
IPCC Intergovernmental Panel on Climate Change
IRA Indian Reorganization Act
IRC Inuvialuit Regional Corporation
IRCS Inuit Regional Conservation Strategy
ISR Inuit Settlement Region
ITC Inuit Tapirisat of Canada
IWC International Whaling Commission
JBNQA James Bay and Northern Quebec Agreement
KGH Kongelige Grønlandske Handel
LIA Labrador Inuit Association
NANA Northwest Alaska Native Association
NCF Nunavut Constitutional Forum
NIC Nunavut Implementation Commission
NILCA Nunavik Inuit Land Claims Agreement
NLCA Nunavut Land Claims Agreement
NQIA Northern Quebec Inuit Association
NSB North Slope Borough
NTI Nunavut Tunngavik Incorporated
PCBs Policloruro de bifenilo
TFN Tungavik Federation of Nunavut
TNI Taqramiut Nipingat Incorporated
TVNC Television Northern Canada
Primera parte
Etimología, ámbito geográfico, población, idioma y origen de los inuit
I
Etimología y sinonimia de los conceptos esquimal-inuit
Actualmente el origen de la palabra «esquimal» sigue aún sin aclararse totalmente, a pesar de que existen varias hipótesis que apoyándose en documentos donde aparece dicho término ayudarían a averiguar su génesis. En un texto inglés de 1584, encontramos por primera vez este término bajo la forma de esquimawes para referirse a los habitantes de la costa del Labrador que viven en Graunde Bay (Hakluyt, 1935; Benveniste, 1953). La primera vez que aparece en francés es bajo la forma de excomminquois, encontrada en los informes realizados por Pierre Biard en 1611 y 1616 en Acadia (Nueva Escocia). En 1625, el historiador vasco Lope de Isasti menciona la palabra esquimaos usada por los balleneros vascos que faenaban en el estrecho de Belle Isle a mediados del siglo XVI (Barkham, 1980; Mailhot, Simard and Vincent, 1980; Martijn, 1980). Posteriormente, en 1632, Samuel de Champlain utiliza el término francés esquimaux (Martijn, 1980) casualmente en un mapa de la zona del estrecho de Belle Isle. Unos años más tarde, en 1671, Thomas Gorst escribe la palabra eskeimoes en sus notas de viaje (J. B. Tyrrell, 1931). Sin embargo, todos estos datos, que únicamente son testimonios, no aclaran la auténtica procedencia.
La creencia más extendida y aceptada no solo en los libros de texto sino también en muchos diccionarios actuales, es que el término «esquimal» procede de los nativos americanos Algonquinos, que recurrían a las palabras aškime∙w (Béland, 1978) y e∙škipot (Baraga, 1878; Cuoq, 1886), que respectivamente significan «que se alimentan de carne cruda» o «los que comen carne cruda», para designar a los indígenas de la gran península del Labrador. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta otras probabilidades no menos ciertas que esta. Una de ellas afirmaría que su origen procede del término ayassime∙w de los nativos americanos Montagnais que la utilizaban para referirse a los habitantes del Labrador (esquimales y Micmac) y que significa «constructores de raquetas de nieve» (Lemoine, 1911; Mailhot, 1978; Mailhot, Simard and Vincent, 1980). Esta probable hipótesis afirmaría que el nombre fue registrado por los balleneros vascos, quienes, a su vez, lo recogieron de los Montagnais, con los cuales comerciaban. Más tarde, fue transmitido a franceses y británicos, y luego se extendió al resto de países.
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