En la actualidad, la isla tiene una población de 1.430 personas, y la mayoría son Yupiit, aunque también hay unos 130 Yupigyt siberianos. Los dos pueblos principales de la isla son Gambell y Savoonga. Se calcula que unos 1.050 individuos hablan la lengua nativa Chaplinski (Yup’ik Central Siberiano).10
Iñupiat del estrecho de Bering
Este grupo Iñupiaq habita la región que se encuentra al norte del delta del río Yukón, entre la península de Seward (con excepción de la punta Nordeste), la costa oriental de Norton Sound hasta la población de Pastolik, incluyendo todas las islas colindantes y del estrecho de Bering (Diomede Menor, King y Sledge, entre otras). Iñupiat (o Inupiat) significa «auténtico» o «seres humanos especiales». Tenían una población de 1.820 a 2.000 individuos (según las fuentes) en la época del primer contacto europeo. Estaban divididos en veintidós grupos formados por pequeñas familias relacionadas entre sí, de 20 a 200 personas. Esta región cubierta por la tundra y azotada por un clima extremo se ha caracterizado siempre por tener una gran diversidad de recursos.
En invierno vivían en casas semisubterráneas hechas de turba y cubiertas a veces por pieles de morsa. Normalmente, la estructura solía ser de madera flotante, aunque en ocasiones también usaban huesos de ballena o colmillos de morsa. Las casas tenían una forma rectangular y el techo solía acabar en forma de cúpula. Estas viviendas acostumbraban a ser de 3,6 a 4,5 m de largo por 2,4 a 3 m de ancho y generalmente, albergaban entre ocho y doce personas. El acceso a la vivienda se realizaba a través de un largo corredor que estaba por debajo de la plataforma donde se dormía. Cuando llegaba el verano, muchas veces estas casas quedaban inundadas a consecuencia del deshielo, lo que obligaba a la gente a desplazarse a sus campamentos estivales y a vivir en sus tiendas de piel. Además tenían sus recintos comunales, que eran áreas de trabajo o zonas de reunión. En líneas generales todos los grupos inuit utilizaron este tipo de viviendas invernales destinadas a la comunidad. Estas construcciones servían, entre otras cosas, para reforzar los lazos familiares y comunales, y también para celebrar fiestas y reuniones. En este sentido, el edificio más representativo fue el kashim, qaygiq, qasgiq o qasgi (entre los Yupiit y los Cup’it del sudoeste de Alaska); kashim, qargi, qarigi o karigi (entre los Iñupiat del norte de Alaska); qaggi o qaggiq (entre los grupos inuit de Canadá) y qashe (entre los groenlandeses). Estos recintos podían tener una base circular (sobre todo en las áreas orientales) o bien rectangular (Alaska). Dependiendo de la estación, se emplearon diferentes materiales para construirlos: turba, tierra, nieve, costillas de ballena, madera flotante, pieles de foca, morsa o caribú. Estas construcciones ceremoniales tenían un uso social y religioso. Incluso a veces, se realizaban pasadizos secretos para la representación del propio chamán. Normalmente en estos edificios se desarrollaba la vida social de la comunidad y en ella se realizaban los juegos y bailes tradicionales, la danza del tambor, ceremonias de curación y religiosas.
Por otra parte, entre los Iñupiat existía el qalgi, que era la casa ceremonial tradicional o de los hombres. A diferencia del qasgi Yup’ik, los qalgit (en plural) no se utilizaban para dormir, sino que eran lugares donde los hombres solían congregarse, relacionarse, trabajar y explicar las conductas rituales. En las poblaciones tenían con frecuencia dos o más qalgit, cada uno asociado a una familia extensa. Si bien en realidad era una casa para los hombres, las mujeres y las jóvenes podían realizar frecuentes visitas, especialmente durante las noches. Los qalgit eran además los centros donde tradicionalmente se realizaban las fiestas del Mensajero y del Nalukataq;11 estas construcciones acabaron desapareciendo durante los años 60. En la década de los 80, algunas comunidades reconstruyeron los qalgit para convertirlos en centros y en lugares para la transmisión de los conocimientos indígenas.12
Asimismo, en todos estos recintos comunales se explicaban cuentos, leyendas e historias locales que siempre han tenido un carácter epistemológico para este pueblo. Mientras que el entretenimiento era probablemente el objetivo principal de la narración de cuentos, las historias tradicionales transmitían información histórica y cosmológica, y por lo tanto, eran una parte importante de la educación del niño inuit. Muchas historias tradicionales, y también contemporáneas, son relatos morales que sirven para reforzar los valores culturales, y como advertencia sobre los peligros que conlleva ignorar los consejos de los ancianos o vagar solo en medio de la tundra.
La economía de subsistencia de este grupo Iñupiaq se basaba principalmente en la migración de los animales y en los períodos estacionales que determinaban la disposición de los recursos. En las islas Diomedes y en la península de Seward los nativos llevaban un modo de subsistencia semejante a los habitantes de la isla St. Lawrence, por lo que cazaban sobre todo animales marinos siguiendo sus fases migratorias (ballenas, morsas y focas). Por el contrario, en el interior de la península de Seward, los Iñupiat cazaban el caribú mientras que los pobladores de Norton Sound se dedicaban a la caza de focas y a la pesca. El salmón, el bacalao, el halibut, el cangrejo y el arenque eran otros componentes de la dieta alimenticia de los Iñupiat del estrecho de Bering.
Tenían una rica cultura material formada por una amplia diversidad de utensilios de hueso, piedra, madera y marfil que usaban para curtir y tallar las pieles, afilar las herramientas y para armas de caza (arpones, lanzas, flotadores de piel de foca, ganchos, arcos, flechas, etcétera). Igualmente utilizaron el taladro de arco, y a pesar de la abundancia de madera flotante, preferían usar las lámparas de esteatita nutridas con aceite de foca o de morsa para calentarse, cocinar, tener luz y secar sus ropas.
Como otros grupos Iñupiat, la vestimenta tradicional se basaba en unos pantalones, calcetines, botas y parkas de piel (la más caliente era de caribú y la más impermeable de foca). Los mukluks, kamiks o kamiit13 eran las botas tradicionales inuit, hechas sobre todo de piel de foca o caribú (en algunos lugares del Ártico utilizaban un forro interior hecho con liebre ártica y usaban la piel de oso polar para la parte superior). Dentro de las botas, y entre las diferentes capas de piel, colocaban una especie de plantilla hecha con algún tipo de hierbas vegetales que permitían aislar los pies del frío suelo. Normalmente los kamiit se cosían con agujas hechas de hueso (tras el contacto con el «hombre blanco» pasaron a ser de acero), el hilo solía ser de tendón de caribú o narval y el dedal, de piel de foca barbuda.
La parka tradicional de la mujer tenía una capucha para llevar a su bebé. Esta prenda se denomina amaat, amaut, amauti o amangut (según qué grupos inuit). El estilo y la decoración de esta prenda variaban según las regiones. El amauti no solo representaba la comunidad inuit de donde procedía, sino que además, indicaba la edad y el estatus social de la mujer. Fue pensado para que las madres pudieran llevar a sus bebés en su misma parka, para así darles calor y protegerlos contra el viento y el frío. Solía estar hecho de piel de foca o caribú.14
También usaban (como el resto de grupos inuit) el anorak o anoraq, una prenda de vestir hecha básicamente de intestinos de animales, incluso con pieles de pescado. La función de esta vestimenta era de protección contra la lluvia. Las manoplas o pualuit solían ser muy impermeables y resistentes, y por lo tanto estaban hechas igualmente de piel de foca. Las muñecas podían estar decoradas con pieles de oso polar o zorro ártico.
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