INFORME DE PROGRESO
Las VF y la hermenéutica
B. Bath
Problemas del conocimiento y la problemática de Conocer. Consideraciones sobre las VF como Sagradas Escrituras urbanas. La cábala considerada como modelo interpretativo. Estudio de las VF como patrón de interferencia. Investigación actualmente en curso, fecha prevista de finalización del trabajo aún por determinar.
INFORME DE PROGRESO
Los recientes cambios en el comportamiento de las VF
E. Nugen
Es bien sabido que rastrear los movimientos de las VF resulta harto difícil. [Aquí se ha garabateado lo siguiente: «¿Estás de coña? ¿Qué cojones te crees que estamos haciendo aquí todos?»] Reconstruir estas pautas como realidades de longue durée, [el acento está añadido a mano] es ineludiblemente un trabajo de desentrañamiento de registros históricos que, por su propia naturaleza y definición, son parciales, anecdóticos e inciertos. Como la mayoría de mis lectores saben, desde largo tiempo atrás mi objetivo ha sido extraer de los anales de nuestra sociedad pruebas de ciclos prolongados (véase documento de trabajo núm. 19, A vueltas de nuevo con la curva de Statten), objetivo en el que no he fracasado por completo.
He recopilado las pruebas de los principales avistamientos verificados que han tenido lugar en Londres durante las últimas tres décadas (dos de los cuales me corresponden a mí) y puedo afirmar de manera concluyente que el tiempo entre la llegada y partida de una VF a un emplazamiento se ha reducido en un factor de 0,7. Las VF ahora se mueven más deprisa.
Por añadidura, rastrear sus movimientos tras cada aparición se ha vuelto más complicado e (incluso) más incierto. En 1940, el resultado de aplicar la matriz de Deschaine a una hora de llegada y un lapso de permanencia dados de una determinada VF permitía predecir los parámetros de reaparición con una probabilidad del 23% (con un margen de error de dos meses y tres kilómetros doscientos metros); hoy el resultado de este mismo cálculo nos proporciona tan solo una probabilidad del 16%. Las VF son menos predecibles de lo que jamás lo han sido (a excepción, tal vez, del Decenio Perdido de 1876-1886).
Esta modificación en su comportamiento no se produce de forma gradual sino intermitente, a rachas repentinas en el transcurso de los años: una vez entre 1952 y 1953, otra a finales de 1961, y de nuevo en 1972 y en 1976. Las causas y consecuencias siguen sin conocerse. Cada uno de estos momentos clave se ha traducido en un incremento en la velocidad de cambio. El hecho de que las VF se muestran últimamente más asustadizas y agitadas —ese dato empírico que todos conocemos— parece ser cierto.
Mi intención es presentar este trabajo terminado dentro de dieciocho meses, a más tardar. Deseo agradecer a CM su ayuda en la investigación. [Supongo que este CM es el Charles Melville al que iba dirigido el paquete. Sujeta con un clip al anterior documento de la FCVF estaba esta nota manuscrita:]
Sí, Edgar es un pedante y un imbécil, pero ha dado con algo importante.
[¿Con qué ha dado Edgar N.? Me lo pregunté entonces, por supuesto, y me lo sigo preguntando, aunque ahora creo saberlo tal vez].
[A continuación hay un documento diferente a los anteriores. Es un folleto de pocas páginas. Al empezar a leerlo fue cuando paré, fruncí el ceño, miré de nuevo el sobre y me percaté de mi involuntaria intromisión, y casi al momento decidí que no iba a dejar de leer. «Decidí» no refleja adecuadamente la premura con la que seguí adelante, como si no me quedase otra opción. Ahora bien, decir esto último sería exculparme de mi mala acción, algo que no voy a hacer, de modo que digamos que decidí; aunque no estoy convencido de que así fuera. En cualquier caso, continué leyendo. Este documento está impreso por ambas caras, como un folleto publicitario. La primera frase lo está en una fuente de letra grande y roja, y constituye la portada del mismo.]
URGENTE: Informe de un avistamiento
Testigo principal: FR
Secundario: EN
El jueves 11 de febrero de 1988 entre las 3.00 y las 5.17 de la mañana ―hasta donde resulta posible asegurarlo― y un poco al sur de la calle High Street de Plumstead (C. P. SE18), se manifestó Varmin Way.
Aunque algo más corta que en su última aparición conocida (Battersea 1983, véanse las concordancias de VF), Varmin Way ha adoptado una configuración ondulada debido a las limitaciones de espacio. Un extremo linda con Purrett Road entre los número 44 y 46, a doce metros al norte de Saunders Road aproximadamente; entonces Varmin Way parece describir una curva con la forma de una ese de rasgos apretados y termina a mitad de Rippolson Road, entre los números 30 y 32 (véase mapa adjunto).
[No hay mapa.]
En cada una de las calles en las que desemboca, Varmin Way ha separado dos viviendas anteriormente adosadas. Una de las de Rippolson Road está deshabitada; se ha interrogado subrepticiamente a los moradores de las otras tres, pero los comentarios de todos ellos sobre la nueva recién llegada solo traslucen indiferencia. Por ejemplo: cuando FR ha preguntado a un hombre si sabía cómo se llamaba «ese callejón», este ha echado una ojeada a la calle ahora colindante con su casa, se ha encogido de hombros y ha dicho que «ni pajolera idea». Huelga decir que esta reacción es típica en las inmediaciones de los emplazamientos de manifestaciones de VF (véase B. Harman, Sobre la inadvertencia, documento de trabajo núm. 5, FCVF).
Una excepción parcial es un hombre de treinta y cinco años de Purrett Road, residente en la vivienda de ladrillos que ha pasado a estar ubicada en la acera norte de Varmin Way. Al observarlo cuando se dirigía hacia Saunders Road, se lo vio tropezar en el nuevo bordillo al atravesar Varmin Way. Miró el asfalto y luego los ladrillos de las esquinas de las casas del cruce, caminó atrás y adelante, cinco veces, con expresión de extrañeza, mirando calle abajo pero sin entrar en ella, antes de continuar su camino, no sin dejar de echar un par de ojeadas por encima del hombro.
[Este es el final de la página central del folleto. Dentro hay metida una carta manuscrita plegada, así que he decidido reproducirla aquí, en mitad del texto del folleto. Dice]:
Charles,
Tengo prisa. Siento muchísimo no haber podido ponerme en contacto contigo antes —como es lógico, el teléfono no era una opción—. Ya te dije que podía arreglármelas: Fiona se encontraba desplegada sobre el terreno solo gracias a mí, pero modestamente la he hecho figurar como testigo principal, por puro politiqueo. Charles, estamos a punto de entrar y te aseguro que incluso desde donde estoy ahora veo la prueba: esta vez sí que es la buena. La próxima vez, la próxima… ¡O vente ya mismo! Te envío esto por correo urgente (¡por supuesto!) para que cuando lo recibas corras aquí. Pero ya conoces la reputación de Varmin Way: es inquieta, probablemente ya no esté. ¡Pero ven a buscarme! Yo sí estaré al menos.
Edgar
Al final de esta carta figura el siguiente añadido, escrito con la misma caligrafía de la nota inicial del paquete.
¡Menudo capullo! Supongo que esto fue cuando vuestras posturas se distanciaron. ¿Por qué te dejó de lado así, y por qué tanta doblez?
[El folleto continúa después]:
La investigación preliminar muestra que en las casas de Purrett Road que ahora están separadas los nuevos muros que dan a Varmin Way son de hormigón liso. Sin embargo, los de las casas de Rippolson Road son de un ladrillo similar al de sus fachadas, lucen el sello habitual de identidad de las VF y en la parte superior están salpicados de pequeñas ventanas, a través de cuyos visillos no se vislumbra nada (véase Sobre variedad neomural, H. Burke, documento de trabajo núm. 8, FCVF).
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