El volumen y el tipo de monoterpenos emitidos varía dependiendo de la especie, la biomasa foliar y las condiciones del ambiente: factores como la radiación solar, el viento y la temperatura son determinantes. Los monoterpenos se producen durante el proceso de la fotosíntesis; por esta razón, el que un árbol sea de hoja caduca o perenne tiene un impacto en el volumen de monoterpenos presente en el ambiente. En consecuencia, su presencia varía dependiendo de la estación del año, de la hora del día y de la dispersión provocada por el viento.
Con respecto a la ionización del aire, esta se asocia con beneficios para nuestro sistema respiratorio, mejoras del estado de ánimo y con la relajación. La ionización del aire depende de la presencia de masas de agua —incluyendo la humedad del bosque—, de las caídas de agua, de los cauces, de la anchura de los ríos... A estos factores, ya de por sí variables, se les suman las tormentas, que modifican los niveles de ionización.
Como resumen, has de saber que las gráficas e informaciones sobre monoterpenos de esta guía deben tomarse como simples pistas debido a la variabilidad en la emisión de los monoterpenos y los niveles de ionización del aire. Basados en los datos que arroja la investigación científica, son una invitación a que conozcas de manera sencilla estos conceptos y a que vagabundees por el bosque y adivines por qué en una zona figuran unos valores y en otras otros, o a qué características del entorno y a qué especies están asociados. Aunque, recuerda, los baños de bosque son una experiencia sensorial, no un análisis cognitivo.
Monoterpenos
Los monoterpenos son los principales componentes de los aceites esenciales de los vegetales. Las plantas y árboles emiten estas sustancias para protegerse de depredadores y parásitos, atraer polinizadores, reaccionar a factores estresantes y para comunicarse entre ellos. Se les supone que tienen un efecto beneficioso para la salud, pues potencian, especialmente el sistema inmunológico.
En cada uno de los mapas de ruta de esta guía se ha incluido información sobre el nivel de monoterpenos de cada tramo. Los números de color rojo indican el nivel de monoterpenos y la mancha de color verde más oscura señala cada uno de los tramos.
La elección de las rutas
Como he mencionado, los espacios naturales son restaurativos: los paisajes verdes invitan a la relajación o la luz nos ayuda a generar vitamina D, entre otros beneficios sustentados por teorías que se erigen sobre la evidencia científica. Es decir, los factores que asociamos al bosque son multivariables e incluso, en algunos casos, están asociados a espacios naturales sin presencia de bosques. En concreto, si en algo coincide la comunidad científica es que hemos de investigar más, porque el estado de la ciencia, a día de hoy, no nos aporta datos suficientes que definan que un bosque o un itinerario es mejor que otro para nuestra salud y bienestar. La ciencia apoya, incluso, el hecho de que para la salud mental cualquier espacio natural es válido. En consecuencia, en esta guía evitamos caer en términos que llevan ineludiblemente a la dicotomía de pensar que algunos espacios y bosques no son terapéuticos o saludables, y otros sí. Todos los espacios naturales lo son, unos para unas personas y otros para otras, como veremos más adelante. Es simple y sencillo: el ser humano no se relaciona con todo tipo de personas.
En conclusión, debemos recordar que todos los espacios naturales, sin excepción, nos prestan servicios ecosistémicos que tienen un impacto sobre la salud, la educación, los estilos de vida y trabajo y el desarrollo de los seres humanos. Quizá unos más que otros. En este contexto, las prácticas de salud y bienestar basadas en la naturaleza y en la evidencia son parte de la solución a la crisis de los sistemas sanitarios, la degradación del medio natural, la rápida urbanización y los cambios sociales con impacto negativo en la salud y calidad de vida. Sin olvidar el impacto en la justicia social y ambiental, que puede ayudar a revertir desigualdades y contribuir al tratamiento de algunos de los problemas de salud crónicos que surgen como consecuencia de la desigualdad socioeconómica. Por estos motivos, centramos nuestro esfuerzo en el concepto de prescripción verde o, dicho de otro modo, que estas prácticas complementen la medicina tradicional y que un día nuestro médico nos extienda una receta para pasar tiempo en un espacio natural. Ya tenemos cincuenta rutas donde comenzar a hacerlo.
Tiempo de juego
Uno de los aspectos que han reflejado algunas de las teorías es que en este juego entre salud y espacios naturales es fundamental la compatibilidad que tengamos con ese ambiente y la fascinación que nos genere. ¿A qué denominamos «mimo»? Mimo es escoger cincuenta de los muchos senderos por los que los autores de esta guía sentimos compatibilidad y que nos fascinan a cada pisada que damos en el bosque, a cada bocanada de aire que inhalamos. Llega el momento de comenzar a ojear el libro que tienes en tus manos, elegir la ruta más cercana o la que más te fascine, y echarse al monte, solo o acompañado y, sobre todo, sin expectativas. Si vas en grupo, dejad un espacio, un área de silencio. Toma conciencia de tu entrada en el bosque, de tu presencia en él como un elemento más del mismo, de lo que te rodea, y, sobre todo, juega y diviértete. Disfruta con tus sentidos, están diseñados para eso. Uno tras otro: tacto, oído, olfato, gusto, vista y algunos otros que deberás descubrir. Camina lentamente, no utilices el bosque como un escenario, déjate guiar por él, como si fuera un compañero de baile, por su movimiento y por su ritmo. No es lo mismo estar «en» que estar conectado «con». Quizá te sorprendas cuando bajes el ritmo del día a día. Si dejas que te sorprendan, el bosque lo hará. Usa tus sentidos para conectar, entendiendo conectar como establecer una relación, una comunicación con ese entorno natural. Tal vez respondas con un estímulo ante algo que te llama la atención; sin quererlo, estás estableciendo una comunicación, una relación y, tal vez, solo te falte ser consciente de ello.
Y recuerda, es tu forma de conectar con el bosque la que te aporta bienestar. No existe una manera correcta o incorrecta de comunicarse con el bosque, solo la tuya. Simplemente déjate llevar.
Alex Gesse
Ionización
La ionización del aire se asocia con beneficios para nuestro sistema respiratorio, a mejoras del estado de ánimo y con la relajación. Todas las rutas incluyen una gráfica como la que se muestra debajo que informa sobre los iones negativos en cada tramo de cien metros de la ruta y los compara con la ionización de un espacio cerrado como es una oficina.
Rutas 
Pasarela entre alcornoques.
© María Galán
Dedicatoria
Esta guía está dedicada a aquellos que nos transmitieron su pasión por la naturaleza y nos guiaron en nuestros primeros pasos antes de fundirse con la tierra, el mar y el aire: Jaume Gesse i Villa, Carlos Altuna Muller-Thyseen, Enrique Terreros Larrea, José Tolosa Vidallet, Josep Eroles Baque, Saturnino Bello Fuster y Francisco García Veiga.
Monte Ulía
Introducción
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