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Agradecimiento Agradecimiento A mi familia, por demostrarme una vez más lo que es el amor incondicional. A mis abogados triunfadores, por haberme tenido fe y haber luchado por mis hijos y por mí. A mis hijos, por enseñarme la entereza innata que tiene el ser humano. A su corta edad, me dieron lecciones a diario que me permitieron continuar. Gracias por haber podido sonreír a pesar de la tiniebla y por regalarle esos pequeños destellos de felicidad a mami en los peores momentos. Gracias por haber podido salir adelante y por tomar lo positivo de esta experiencia para encaminar sus vidas. Alexandra, Kamee y Juan Diego: ustedes me salvaron. Los amo más que a nada en la vida.
Introducción Introducción El matrimonio puede ser la relación más segura o la más peligrosa. Hacia el final del mío, supe que mi unión era del segundo tipo, pero ¿cómo podía decir algo al respecto? La violencia de género es una asesina silenciosa, ya que ocurre a puerta cerrada. De hecho, cada nueve segundos una mujer es víctima de este tipo de delito. En el caso de la agresión sistemática que sufrí, matarme habría sido demasiado obvio. La siguiente mejor opción era enterrarme viva enviándome a prisión. Como la mayoría de las mujeres, yo ignoraba que era víctima de violencia de género. El agresor comienza por infligir maltrato psicológico para destruir primero la autoestima y la confianza de las víctimas. Luego, la agresión pasa a ser física. Mi marido logró disminuirme durante años de maltrato psicológico y físico e incluso mediante el uso de drogas. Pensó que finalmente me tenía fuera del camino para poder disfrutar de la vida como quisiera, gastando nuestro dinero y disfrutando de su adicción al sexo. Sin embargo, pese a estar casi destruida, logré conservar mi dignidad aun viéndome obligada a permitirle mantener una doble vida: la de un respetado hombre de familia con una consulta médica exitosa, y también la de un marido que engañaba a su esposa con prostitutas, a menudo en su propia casa. Amaba a mi esposo y luché con todas mis fuerzas para construir nuestra familia y nuestro negocio. Nunca imaginé que podría lastimarme o que terminaría tratando de destruirme. Nunca pensé, cuando me lastimó, que aquello pudiera ser intencional, ya que todos los agresores culpabilizan a sus víctimas. Y hasta tal punto lo había logrado en mi caso que, después de cada agresión, yo recreaba el incidente para ver qué era lo que había hecho para que él reaccionara de esa forma. Identidad robada va más allá de la violencia de género y contempla además la nueva agresión virtual a través de internet, de la que sigo siendo víctima. Expone también lo difícil que es, incluso para las autoridades, reconocer a los agresores. Esta es mi historia, la de una mujer inmigrante y maltratada que no encontraba forma de escapar o de esconderse. Una católica que cree en la familia y que luchó por mantenerla por el bien de sus hijos. Sin embargo al final, y precisamente por sus hijos, tuvo que salir de ese matrimonio vicioso para salvarse y salvarlos.
Capítulo 1. Miedo
Capítulo 2. Maracaibo
Capítulo 3. El divorcio y el avión
Capítulo 4. De regreso con Dios
Capítulo 5. Aquí vamos, Caracas
Capítulo 6. “Miss Simpatía”
Capítulo 7. Mi hija, víctima durante dos meses
Capítulo 8. La primera trampa
Capítulo 9. El Miss Venezuela
Capítulo 10. Superando mis temores
Capítulo 11. Los hermanos, el encubrimiento
Capítulo 12. ¿Orgullo o resentimiento?
Capítulo 13. El punto de inflexión
Capítulo 14. Vi el mal de cerca
Capítulo 15. Ignorándome
Capítulo 16. El desastre del Banco Stanford
Capítulo 17. Las armas
Capítulo 18. El síndrome de Dios
Capítulo 19. Mi vida
Capítulo 20. El robo
Capítulo 21. Mi madre, la emprendedora
Capítulo 22. Tratando de recluirme
Capítulo 23. El Miss Venezuela II
Capítulo 24. El punto de inflexión II
Capítulo 25. ¡Probablemente me reí de la vida!
Capítulo 26. El silencio
Capítulo 27. El divorcio
Capítulo 28 Vuelve al caballo
Capítulo 29. Amenazas de suicidio
Capítulo 30. Lo blanco
Capítulo 31. Fundación Las Misses
Capítulo 32. El ladrón
Capítulo 33. Los desmayos y los medicamentos
Capítulo 34. Me volvió a incriminar
Capítulo 35. The Police
Capítulo 36. A la tercera va la vencida
Capítulo 37. Hombres
Capítulo 38. El juicio
Capítulo 39. Oliver
Capítulo 40. Blanco para cenar y negro para la ópera
Capítulo 41. El juicio II
Capítulo 42. Mi hija, mi salvación
Capítulo 43. El juicio de divorcio
Capítulo 44. Aquellas mujeres
Capítulo 45. El juicio de divorcio II
Capítulo 46. Reivindicación
Galería de imágenes
–Mi vida
–La violencia
Créditos
Identidad robada
Una historia de amor, violencia y liberación
Carmen María Montiel
@carmenmariamontiel
@CarmenMaMontiel
@carmenmontielofficial
Carmen María Montiel
Periodista venezolana radicada en Estados Unidos. Fue Miss Venezuela, Miss Sudamérica y segunda finalista en el certamen Miss Universo en 1984. Culminó sus estudios de periodismo en Estados Unidos con la distinción magna cum laude . En 1991 se unió a las filas de reporteros de Telemundo-CNN y se convirtió en ancla del noticiero en Houston, Texas. Actualmente es una exitosa empresaria que se dedica a labores benéficas ayudando a los más necesitados, especialmente a las mujeres víctimas de violencia de género.
www.carmenmaria.today
Este libro es una recopilación ficcionada de mis recuerdos, basada en acontecimientos, lugares y conversaciones reales. Se han cambiado algunos nombres y detalles de identificación para proteger la privacidad de las personas.
Dedicado a todas las mujeres
que sufren en silencio el yugo
del abuso, a las que ya han podido
liberarse y a las que
no vivieron para contarlo.
A mi familia, por demostrarme una vez más lo que es el amor incondicional.
A mis abogados triunfadores, por haberme tenido fe y haber luchado por mis hijos y por mí.
A mis hijos, por enseñarme la entereza innata que tiene el ser humano. A su corta edad, me dieron lecciones a diario que me permitieron continuar. Gracias por haber podido sonreír a pesar de la tiniebla y por regalarle esos pequeños destellos de felicidad a mami en los peores momentos. Gracias por haber podido salir adelante y por tomar lo positivo de esta experiencia para encaminar sus vidas. Alexandra, Kamee y Juan Diego: ustedes me salvaron. Los amo más que a nada en la vida.
El matrimonio puede ser la relación más segura o la más peligrosa. Hacia el final del mío, supe que mi unión era del segundo tipo, pero ¿cómo podía decir algo al respecto?
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