Mariana Palova - La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo

Здесь есть возможность читать онлайн «Mariana Palova - La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"Al principio, Dios creó una criatura maravillosa. Pura, inmortal y perfecta… Pero al mirarla, supo que también era monstruosa, así que la partió en dos." Obligado a separarse de su familia, Elisse abandona la fantasmagórica ciudad de Nueva Orleans para arrojarse en una salvaje contienda a través de Estados Unidos, con el único propósito de proteger a quienes ama de los inquietantes misterios que envuelven su existencia.Pero Elisse no viaja solo. El monstruo dentro de él ruge con fuerza, y su peregrinaje lo lleva a los paisajes desérticos de Utah. Allí conoce a Adam, un peculiar chico con el que comienza a establecer un importante vínculo emocional. Pero el desierto esconde secretos terribles, y Elisse tendrá que tomar, una vez más, una decisión que puede poner en peligro no sólo su vida, sino la de una nueva familia de errantes desesperados por su ayuda.Los lazos de lealtad serán puestos a prueba y el más valiente será el único sobreviviente.¿Tienes el coraje de pelear al lado de Elisse?Bienvenidos de nuevo a nuestra Nación.

La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Puedes curiosear si quieres, pero no toques nada, por favor —pide el chico como si me hubiese leído la mente, por lo que asiento y me acerco a una de las mesas, aunque no sin antes sacarme la parka con cuidado.

¡Carajo! ¡Qué calor hace aquí dentro!

Sobre la primera mesa hay libros abiertos con dibujos de serpientes que se muerden la cola, un ojo insertado en un triángulo, trazos geométricos que parecen tener cientos de años de antigüedad…

Acaricio la gruesa madera y los huesos descarnados bajo mi guante cosquillean con ansiedad. Cierro los ojos un instante y arrojo mis sentidos hacia las paredes, hacia los libreros, hacia todas y cada una de las cosas de este sitio en busca de algo que pueda mirarme desde la oscuridad. Busco abismos, busco resplandores, busco… magia. Pero lo único que encuentro es un vacío absoluto. Y tampoco percibo posibles portales al plano medio.

—Adam, ¿a qué se dedica tu madre? ¿Es una especie de bruja, adivina o…?

—¿Cómo me has llamado, jovencita?

Doy un salto al escuchar aquella voz a mis espaldas. En la entrada de la casa hay una mujer pálida, vestida completamente de negro y con un cigarrillo en la mano. Lleva su cabello azabache atado en una gruesa trenza que le cae sobre el hombro y sus ojos, oscuros como un pozo, se cierran poco a poco sobre mí.

El parecido es inquietante; la madre de Adam es tan similar a su hijo que parece simplemente haberse seccionado en dos para parirlo.

—Ah, perdóneme, yo… —balbuceo con torpeza cuando ella comienza a acercarse a nosotros.

El ruido que producen sus tacones es tan marcado que se escucha como si la sala estuviese vacía.

—No hay necesidad de ofrecerme una disculpa —dice con un peculiar acento—. Muchas personas no logran comprender que la historiografía puede llegar a ser un tanto especial —asegura, pero su semblante tan rígido me impide saber si ha decidido ignorar mi comentario, o si ya alberga planes secretos para freírme en aceite hirviendo.

De lo único que estoy seguro es de que la madre de Adam debe ser británica; reconocería su acento aun sin la lengua de Samedi, ya que en la India tenemos bastante historia con esos súbditos de la corona.

Ella le da una larga bocanada a su cigarrillo y me recorre de arriba abajo sin tomarse la molestia de disimularlo, otra cosa que parece tener en común con su hijo. Yo, en cambio, me encojo un poco y enlazo mis manos tras la espalda, incómodo por exhibir tan deplorable aspecto.

Finalmente dirige la cabeza hacia Adam.

—Pensé que volverías por la noche. Por eso te dejé llevarte el auto —dice con rigidez, ¿estará de mal humor?

—Sí, pero me topé con Ezra… en el pueblo —contesta él con la barbilla clavada al piso. ¿Soy yo o Adam ha perdido toda la arrogancia de hace un momento?

—Ya veo. Entonces eres la nueva amante de mi hijo.

Abro los ojos de par en par. El tono de voz de la señora Blake ha sido neutro, casi aburrido, pero aun así ha logrado que me ruborice hasta el pelo.

—Ma… madre —intercede él con una voz tan baja que apenas logro escucharlo—. Ezra es… un chico. Es hombre.

Ella paladea el humo dentro de su boca y sus ojos se fijan sobre mí durante breves instantes que se antojan eternos. Tuerzo los labios cuando el peso de su escrutinio se vuelve insoportable.

—Ah, ya veo. Te pido una disculpa —dice y por fin deja salir el humo de su cigarro.

El olor me causa una ansiedad nauseabunda.

—No se preocupe. Me pasa todo el tiempo —contesto.

—Bueno, siéntete bienvenido en nuestra casa, Ezra —dice—. Y, Adam, no te quedes ahí parado como un estúpido. Ofrécele algo de beber.

Aquella tosca orden me perturba un poco. Adam, en cambio, asiente de forma rígida, murmura un veloz asentimiento y apunta con la barbilla hacia una puerta de cristal que se encuentra en uno de los costados de la sala.

Su madre nos pasa de largo y va directo a la escalera mientras yo la sigo con la mirada. Intento encontrar algo en ella, lo que sea, que me indique que debo salir corriendo de este lugar…

Nada.

Sacudo la cabeza y Adam y yo salimos a un balconcillo al aire libre que lleva hacia el patio trasero de la casa. El alivio que siento al poder escapar del calor del interior es inmediato y, además, me quedo boquiabierto ante la impresionante terraza.

El patio no tiene cerca; en cambio, se abre hacia el bosque que se extiende a lo lejos como un gigantesco jardín. La montaña se eleva al fondo hasta aglomerarse con otras en un impresionante paisaje dispar de roca granate y árboles frondosos; una vista que puede parecer inusual pero que resulta bastante común al sur de Utah.

—Ponte cómodo —me pide Adam con una sonrisa mientras señala uno de los sillones alrededor de una mesa de cristal. Parece haber recuperado el ánimo y hasta algo de su color, como si al salir del interior de la casa hubiese vuelto a ser el tipo metiche y enérgico que me trajo a rastras hasta aquí.

Abre una puerta corrediza de cristal que conecta con la cocina y vuelve con un par de botellas de cerveza. Me extiende una, pero al ver que no la tomo, me la restriega en la mejilla.

—¡Oye! ¿Qué diablos te pasa? —exclamo, indignado.

—Anda —me anima—. Has tenido un día largo, esto es lo mínimo que te mereces.

Estoy a punto de darle una patada en la espinilla, cuando el líquido ámbar que baila dentro del recipiente me recuerda la sequedad de mi boca. Siento la sed raspar mi garganta con insistencia, pero antes de que pueda aceptarla, escucho una suave risa a mis espaldas.

Barón Samedi me observa desde detrás del ventanal de la cocina con una asquerosa sonrisa burlona surcada en el rostro. Está desafiándome.

Me hundo en el sillón y me alejo de la botella una vez más, decidido a no cometer el mismo error. La última vez que me permití un trago fue hace más de tres meses, consciente de que beber se estaba volviendo más un problema que un alivio. La lengua de Barón Samedi me ha traído dones, me ha permitido imitar a un witch doctor *sin haber nacido en un día especial o tener herencia vudú en las venas. También puedo hablar cualquier idioma existente, tanto de los hombres como de los seres impalpables, y he podido comprender con más facilidad una buena cantidad de cosas relativas al plano medio y los espíritus… Pero no todo han sido bendiciones.

Esta lengua también está maldita porque, aunque parece normal, desde que la tengo en mi garganta no he vuelto a percibir el sabor de ningún tipo de comida o bebida. Todo me sabe a ceniza, a sangre y decrepitud. Todo, excepto el alcohol. Por ello recurro también al tabaco, la única forma de calmar mi constante ansiedad.

Así fue como la adicción me atrapó. Porque, siendo sincero, ¿cómo diablos no iba a volverme un maldito alcohólico si era lo único que podía saborear? ¿Cómo no iba a caer en el embrutecimiento y el vicio si tuve que dejar para siempre Nueva Orleans, a mi familia y al hombre más importante de mi vida?

Sumemos a esa agonía el hecho de que mi existencia jamás volvería a ser pacífica: tener que vivir con el acoso constante de los espíritus, la persecución del Silenciante y las voces del monstruo dentro de mí… Faltó poco para que todo aquello me enloqueciera, y durante un tiempo el alcohol ayudó a olvidar, ayudó a alejarme de este mundo, de este espantoso camino al que me había dirigido por voluntad propia.

Pero creo que una parte de mí siempre ha entendido la resignación, por lo que no tardé demasiado en darme cuenta de que embriagarme hasta la inconsciencia no aliviaba las heridas que volvía a sentir al regresar a la sobriedad. Fue entonces cuando decidí no volver a tocar una botella.

Elegí no pretender que mis problemas podían desvanecerse fingiendo que no estaban allí.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo»

Обсуждение, отзывы о книге «La nación de las bestias. Leyenda de fuego y plomo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x