Primera edición: enero, 2011
© Ricardo Yáñez, 2011
© De la selección, Sergio Luna,
Moisés Ramírez, Antonio Riestra y
Ricardo Yáñez, 2011
© Vaso Roto Ediciones, 2011
España – México
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Al cuidado de la edición: Jeannette L. Clariond
y Martín López-Vega
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ISBN México: 978-607-7577-68-3
ISBN España: 978-84-15168-04-1
eISBN: 978-84-12293-72-2
Ricardo Yáñez
Antología preparada por Sergio Luna,
Moisés Ramírez y Antonio Riestra
con alguna colaboración del autor.
Poema introductorio de Raúl Bañuelos.
A RICARDO YÁÑEZ DE RAÚL BAÑUELOS A Ricardo Yáñez de Raúl Bañuelos Ni lo que dice, lo deja ser antes del decir. No deja de ser antes del habla. No deja el hablar antes de ser. Y ni lo que calla lo deja de no decir el ser. Ni lo que digo dice el cristal con que lo dice. Cada vez el habla deja de ser cuando cada vez es. Lo que digo del poeta lo dicen sus poemas en lo que voy diciendo. Y dicen gracias. En su poesía dice ni lo que dice. Pues allí da su voz lo poético de la poesía. Más y menos, escucho más: porque nos llevan lejos de sí consigo. Y menos: porque no hay ninguna explicación que precise cuando menos un poco de lo que ni dicen. Es más mucho no decir que decirlo todo. Es un decir: ¿Cómo es decirlo todo y no decirlo? Es más poquito tanto que se había quedado en el tintero de la tinta blanca que lo que dentro pinta. La voz de quien de verdad canta, va cantando al canto donde ni lo que digo canta. RAÚL BAÑUELOS
NUEVA ESCRITURA SUMARIA NUEVA ESCRITURA SUMARIA
Si me emborracho pienso en ti… SI ME EMBORRACHO pienso en ti. Si me viene el amor a las palabras, a los ojos, al llanto, a los cigarros alas, al tequila sauza, ¿en quién voy a pensar? Hay un Ricardo Yáñez que me pega, que todo el día me pega, y hay un Ricardo Yáñez que te ama. Ése es el bueno.
A veces es una araña la palabra amar… A VECES ES una araña la palabra amar una araña en las vigas de la casa y uno es la mosca la tonta mosca A veces el amor es una aspirina vieja olvidada en el botiquín y uno no el dolor de cabeza sino el aburrimiento A veces el amor es una botella de tequila escondida en el fondo del ropero y uno la mano oscura y el trago rápido.
Baccatum monile Baccatum monile Olvida, si pudieras, aquel collar de perlas que desnudo tu cuerpo acarició, y olvida el vino de la voz que en tu vientre y tu mirada anduvo haciendo sus deberes, el murmullo de árboles inmenso y silencioso que nos solía rodear cuando el abrazo donde no convenía, el calor que sudamos en el cuarto derruido, olvida del amor lo que amor dijo, lo que fue del amor, deja atrás toda vida que fue vida, regrésate a tu vida.
Supe de ti, de tu sudor… SUPE DE TI, de tu sudor, de las rosas dispersas de tus senos, supe de tus palabras, abrevadas casi recién salidas de tu boca; supe de la canción que nos decía como a la sombra de un muy extenso árbol, luminoso tal vez por el lenguaje de los pájaros. Supe de los silencios de tus ojos, a veces desvaídos y otras veces rezumando dulzor; supe del tiempo tuyo, en que he aprendido la música del mío, de mi tiempo, de mis contradictorios muchos tiempos cuyo concierto y orden nunca hubiera sabido de no ser en tus brazos, de no entender el arpa de mi espalda gracias a la llovizna de tus dedos. Supe de la encendida veladora a que baja a beber la golondrina que llamamos amor. Supe saberme nube, barca, estallido de ola; supe saberte flauta, tierra para macetas, pisada de venado; supe sabernos álamo en un vaso, su coruscante plata rumorosa acallar hasta hallar la claridad en la que nos decíamos, qué violín el decirlas, las prístinas zonceras de todos los amantes, de los recién amados. Supimos circular la misma sangre en dos cuerpos distintos, anduvimos la colcha como un lago, la cama como un río, la ciudad como un cuarto en que no falta nada salvo el amor que falta, siempre falta, para que nada falte en el amor.
Hay un hombre que camina… HAY UN HOMBRE que camina jornadas jornadas largas por oír pulsar el viento las arpas de tus ventanas hay un hombre que se moja de lluvia hasta las entrañas por ver cómo tú te asomas corroída por las aguas a oír entreverar el viento sus manos en tus ventanas hay un hombre que camina y se llega hasta tu casa y te descuartiza a besos sin que puedas hacer nada y a besos te reconstruye lejos de toda mirada hay un hombre que camina jornadas jornadas largas hay un hombre que se moja de lluvia hasta las entrañas
Viajo, amor, en tus ojos… VIAJO, AMOR, EN tus ojos, en la luz de tus ojos, amor, viajo, en el paisaje de tus ojos. Subo las escaleras de tus ojos, desciendo sus barrancas, miro pasar parvadas en tus ojos. Ando, amor, en tus ojos, por tus ojos, que hace tiempo no ven que vivo en ellos.
Oí tu voz… OÍ TU VOZ, a 600 y tantos kilómetros de distancia oí tu voz, y todo fue clarísimo en el día más contaminado de la ciudad de México.
He vuelto al mar… HE VUELTO AL mar y no estoy en el mar sino en tus ojos. He vuelto al mar y no estoy en el mar sino en el tiempo de tus ojos. He vuelto al mar. Me he vuelto el mar, amor, pero en tus ojos.
No sé quién soy, si voy o vengo o llego… NO SÉ QUIÉN soy, si voy o vengo o llego o parto o si me quedo aquí tranquilo deshilando nomás hilo tras hilo un lenguaje que no es lenguaje, es juego. No sé quién soy, por más golpes de ciego que me den o que dé, cómo destilo lo esencial de mi ser, pierdo el estilo, el tiempo, el pie, nomás, nomás la riego. Qué sé yo del amor y de su estrella en cuyo resplandor, ay, me perdía cuando perderme aún tan bien sabía. Qué sé yo del amor que todo sella si quise ser amor, vana porfía, y aún no sé quién soy y aún me guía.
Te fuiste y de tus ojos sonreidores…
Eran las golondrinas y los días…
Una mujer a la que podría haber amado…
Soneto de las preguntas
No sé si sonreír o nada más…
Té para dos. Iba mi padre…
Soy solo el tiempo…
No soy la flauta…
Es como luz y es aire y es mirada…
Dime la soledad que te ilumina…
Voz
Canción de las coplas sueltas
Viene un viento de luz, sopla…
Que el árbol cuyo nombre…
Hoy caminé por calles, por distintas calles…
Al estallido…
Entre los limonares…
Fui solamente…
El mejor modo de mirar las estrellas…
Las tuercas giraban con minuciosidad…
Soy un cangrejo naufrago entre esqueletos…
Sólo es un rumor…
Giro la perilla abro…
Hay días en que no quisiera abrir la puerta…
La medida
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