tu cuaderno
Ten tu cuaderno de trabajo para acompañarte en este proceso. Úsalo únicamente para hacer tus anotaciones personales. Ahí podrás escribir tus pensamientos, tus preguntas, tus inquietudes, tus anhelos y todas las emociones que vayan surgiendo en este camino de desarrollo personal. Verás cómo ese cuaderno se convertirá en la referencia de tu proceso personal.
Vulnerabilidad, coraje y vínculos
A lo largo del camino que te estamos proponiendo vivirás un proceso de reconocimiento de ti mismo. Muchas preguntas y reflexiones harán que veas tu vida desde otra perspectiva, y podrás observar tus ideas, tus creencias y tu forma de percibir con una apertura mental nueva, permitiéndote incluso modificar creencias arraigadas.
Cuestionarás muchos aspectos de tu vida. Esa es, precisamente, la propuesta de este libro. Que puedas ver, observar, plantearte y reflexionar sobre distintos aspectos de tu vida y la forma en la que estás viviendo tu día a día. Cuestionarte, justamente, si esta es la manera en la que eliges vivir tu día proyectado hacia adelante o si hay otra forma que va mejor contigo en este momento.
Luego de ese debate interno, podrás elegir. Elegir con conciencia. Elegir con libertad, desde tu ser. Y si la elección es exactamente el mismo camino en el que estás ahora, ¡bienvenida también! Porque la elección será consciente.
Es fundamental abrir la puerta de tu sentir para poder atravesar todo este proceso desde un lugar más genuino. Conectando no solo con tu parte lógica y racional, sino también con lo que sientes en tu corazón. Es un trabajo que se inicia rompiendo muchas barreras y en el que siempre se continúa trabajando.
Es un camino sin retorno. Consiste en amigarse con la vulnerabilidad.
Se trata de comprender la necesidad de conexión que tenemos los seres humanos. Los vínculos son el motor de nuestra vida, lo que le dan significado a nuestra existencia. Somos seres sociales que necesitan relacionarse y generar vínculos basados en la conexión y el amor. En palabras de Eduardo Grecco: “No sostenemos relaciones, sino que las relaciones nos sostienen a nosotros […] es necesario pasar del hecho de que las relaciones nos sucedan, a suceder nosotros a las relaciones”.
En 1938 la Universidad de Harvard inició, dentro del área de Estudio de Desarrollo de Adultos, la investigación más larga en la historia sobre la vida adulta. Se estudió la vida de 724 personas a lo largo de 75 años, preguntándoles sobre su situación profesional, su trabajo, su salud. Realizaron un seguimiento de la vida de estas personas sin saber bien a qué resultados iban a llegar.
Luego de 75 años de estudio, el mensaje ha sido claro y simple: “las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables”.
Se han destacado principalmente tres lecciones:
Las conexiones sociales nos hacen bien y la soledad resulta ser tóxica.
Lo que importa es la calidad de las relaciones más cercanas y no la cantidad de vínculos que tengamos.
Las buenas relaciones y su efecto en la salud no sólo protegen al cuerpo, sino también el cerebro.
Las personas con más vínculos con la familia, los amigos y la comunidad son más felices, más sanas y viven más que las personas que tienen menos vínculos.
TED
Charla TED: Robert Waldinger “¿Qué resulta ser una buena vida? Lecciones del estudio más largo de la felicidad”
La calidad de los vínculos es importante. No se trata solo de tener una vida, sino de generar lazos estrechos, de confianza y de conocimiento mutuo. Como también menciona Grecco: “Los vínculos son el tejido que nos sostiene, que sustentan nuestra personalidad. Hay relaciones que fortalecen el tejido y otras lo debilitan, y el mismo tejido que nos ampara puede sofocarnos. La vida enseña que no hay nada más cercano a un abrazo que el ahogo”.
Vivir en vínculos de conflicto constante es malo para la salud; vivir en relaciones sanas, con corazón, da protección. Esta reflexión no es nueva y tiene mucho sentido sentido común. ¿Entonces por qué, como sociedad, seguimos sufriendo carencias en este sentido? Robert Waldinger lo sintetiza de la siguiente manera:
Pero este mensaje de que las relaciones buenas y estrechas son buenas para la salud y el bienestar, esta sabiduría, es vieja como el tiempo.
¿Por qué es tan difícil de entender y tan fácil de ignorar?
Bueno, somos humanos.
Nos gustaría una solución rápida, algo que nos mejore la vida y que sea permanente. Las relaciones son un lío, son complicadas, y cuidar a la familia y a los amigos no es atractivo ni glamoroso.
Justamente de eso se trata, de cómo elegimos, construimos y mantenemos las relaciones. De cómo nos mostramos. De cómo establecemos nuestros vínculos, partiendo de la relación con nosotros mismos.
Detente un momento para reflexionar: ¿cuántas personas te conocen verdaderamente? ¿Con cuántos has hablado de tus miedos, de tus inquietudes, de tus molestias, de tus preguntas existenciales? ¿Existen este tipo de conversaciones en tus vínculos o sientes que eres demasiado débil si muestras tus sentimientos más profundos?
A todo esto hacemos referencia cuando decimos que te invitamos a abrir la puerta hacia el camino de tu sentir, hacia tu ser maravillosamente imperfecto y vulnerable.
En El poder de la vulnerabilidad, Brené Brown explica que lo primero que aparece cuando nos sentimos vulnerables es la vergüenza. Vergüenza en primer lugar de vernos y aceptarnos como somos y, principalmente, a mostrarnos ante los demás.
Todas las personas sentimos vergüenza de algo. Es un sentimiento universal. Su raíz más profunda es la de sentir vergüenza por mostrarnos completamente como somos, por temor a que no nos acepten y no podamos pertenecer. Es el temor de no ser parte por sentir que algo nuestro no está bien o podría estar mejor. En lo profundo de nuestro ser, es el miedo a no ser suficientes.
No ser suficientemente exitosos. No ser suficientemente ricos. No ser suficientemente bonitos. No ser suficientemente inteligentes. No ser suficientemente extrovertidos. No ser suficientemente creativos. La lista podría seguir, seguro has empezado a recitar en tu cabeza tus “no soy suficientemente...”.
En su charla TED titulada “El poder de la vulnerabilidad”, Brené Brown afirma: “Lo que sustentaba esto era la vulnerabilidad insoportable; esa idea de que para poder conectarnos, tenemos que dejarnos ver, ver de verdad. Entonces somos vulnerables”.
Luego de años de investigación, Brené Brown concluyó que existen, básicamente, dos grupos de personas:
1. Las que tienen un sentido de valía, dignidad y sienten profundo amor y pertenencia.
2. Las que luchan con eso, personas que siempre se preguntan si son lo suficientemente buenas.
Lo que separa a ambos grupos es realmente sorprendente. Las personas que sienten un profundo sentido de amor y pertenencia simplemente creen que son merecedoras de amor y pertenencia. Se sienten merecedoras del amor profundo y de pertenecer a su comunidad. Creen que lo merecen. Simplemente eso. Luego volveremos sobre lo que implica creer, por ahora basta solo con que entiendas que tus creencias son importantes en la construcción de tu realidad.
Brown profundiza su análisis del grupo 1 (al que llama whole hearted, que significa “de corazón íntegro”) en busca de los patrones que lo identifiquen. Lo que estas personas tienen en común se resume en una sola palabra: coraje. El sentido de coraje desde su definición más pura proviene del latín coer, que significa “de corazón completo”. Y su primera definición tenía que ver con contar la historia de quién es uno con todo el corazón (to speak one’s mind by telling all one’s heart). Como asegura Brown en la charla TED, el grupo 1 está compuesto de:
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