Ahora bien, la educación se asienta fundamentalmente en los profesores, esas personas que comparten gustosamente lo que saben, y por eso aceptan salir al encuentro de un grupo de alumnos expectantes que podrán entusiasmarse en las clases, descubrir y analizar temas desconocidos hasta entonces, aprender y crecer como seres humanos. De esta forma, las nuevas generaciones se preparan a su lado para asumir mañana otras responsabilidades, haciendo realidad sueños e ilusiones forjadas en la juventud, con miras a transformar el mundo.
Es enorme el impacto que tienen esos grandes profesores, que se hacen inolvidables y merecen ser llamados maestros. Junto a su saber, al conocimiento que han logrado aquilatar, se hallan esas cualidades que los convierten en personas que inspiran y provocan, que animan y despiertan la curiosidad de sus alumnos. Esta es la forma como un profesor se acredita, se hace a un buen nombre, a la vez que se gana el cariño y el respeto de discípulos y colegas.
Los doce maestros que son protagonistas de este volumen —entre ellos el padre Sergio Bernal Restrepo y el doctor Luis Felipe Silva Garavito, ya fallecidos, a quienes se rinde homenaje in memoriam— han dejado huella perdurable en diversos entornos de la vida universitaria. Su vida y testimonio, reseñados en estas páginas, son un gran ejemplo para las nuevas generaciones.
P. JORGE HUMBERTO PELÁEZ PIEDRAHITA, S. J.
Rector
Pontificia Universidad Javeriana
PRÓLOGO
Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros, valiosa publicación de la Facultad de Educación, hace un merecido homenaje a nuestros profesores en el Día del Maestro. Esta obra se ha construido a partir de conversaciones, documentos y de anécdotas que nos permiten asumir plenamente un legado que se sustenta en nuestros rasgos distintivos: una sólida formación integral construida día a día mediante la vivencia plena del sentido de comunidad educativa, de la cual formamos parte estudiantes, profesores, personal administrativo y egresados.
Cada uno de los testimonios incluidos en esta obra es una magnífica referencia a la esencia de vivir pedagógicamente la vida universitaria, que se expresa en las acciones que compartimos porque nos preocupamos por los otros y por el bien social; en el cultivo permanente del respeto, la tolerancia y la confianza; en el interés por una formación compartida, que se manifiesta en un diálogo continuo, cuyo suministro es ilimitado y fruto de la confianza en que el propio interés está conectado con el interés de los otros. El sentido de comunidad educativa se configura gracias a la preocupación de los maestros por el bien formativo de sus estudiantes y por la admiración que los aprendices sienten por la voz sabia de los enseñantes, que invita siempre a la excelencia humana y profesional, a la fundamentación humanística, a la sensibilidad social y a una espiritualidad abierta al pluralismo.
Con esta obra se hace un sentido reconocimiento a maestros javerianos que, con su ejemplo y su buen actuar, han llegado a ser modelo para sus estudiantes e incluso para colegas en esta maravillosa vocación por la docencia. Hombres y mujeres, laicos y sacerdotes que con pasión, amor, dedicación, responsabilidad, disciplina y excelencia han ofrecido buena parte de su vida a la construcción de la interioridad en los estudiantes; llenos de maravillosas posibilidades y de proyectos de vida en los que les es legítimo soñar con ser uno de los mejores para el mundo.
Los maestros que comparten su sabiduría a través de estas páginas viven la docencia desde una profunda transformación al dejar de ser el centro del proceso de formación para llevar de manera activa al estudiante a ser el actor principal, el constructor de su conocimiento y a propiciar su formación integral. Se destaca su preocupación por ser ejemplos de vida, de cultura, de modo de ser ético y de ver posibilidades reales de participar en la reconstrucción del país y de aportar a su proceso de reconciliación. Es decir, no se quedan en cumplir con unos contenidos programáticos sino que además dan mucho más, haciendo que sus estudiantes vean cómo desde las profesiones o disciplinas en las que se están formando pueden aportar al logro de la nueva Colombia que todos queremos.
Ahora bien, las acciones, los logros, el ejemplo de los maestros que reciben homenaje no son efímeros ni habrán impactado solo a algunas generaciones de profesionales, sino que, como bien anota el padre Alfonso Borrero Cabal, S. J.,
la obra del maestro persiste más allá de los linderos del tiempo y del espacio. Distante o ausente, su obra perdura. Muerto, el maestro influye aun en quienes nunca lo conocieron. Con el hombre, cuando muere, se enmudece su cultura personal. La del maestro desaparecido persevera, como recuerdo eficaz.
Al traer al recinto del corazón el recuerdo agradecido hacia estos maestros estamos también construyendo un importante patrimonio académico que nos compromete con el mejoramiento continuo en búsqueda de la excelencia, con el fin de inspirar y reconocer las prácticas de quienes enseñan y evalúan; al igual que asegurar y alentar las mejores actuaciones de quienes, como dice el Proyecto Educativo Javeriano, son artífices de su propia formación.
A partir de la lectura de esta obra esperamos propiciar conversaciones entre profesores, estudiantes, maestros, aprendices y gestores educativos en las cuales se reflexione sobre las experiencias de quienes enseñando han construido su propio saber pedagógico, es decir, sus propios aprendizajes.
LUIS DAVID PRIETO MARTÍNEZ
Vicerrector Académico
Pontificia Universidad Javeriana
PREFACIO
Las rápidas transformaciones que viven las sociedades en la actualidad —en los órdenes de lo cultural, lo científico y lo tecnológico— interpelan a los sistemas educativos por respuestas y soluciones a nuevos interrogantes y problemas, frente a los cuales las estrategias conocidas ya tienen poco o nada que aportar.
Estas demandas recaen de manera directa sobre las instituciones educativas, en particular sobre las universidades; porque se espera de ellas, por una parte, que preserven los conocimientos que se consideran válidos y rescindan aquellos que no; por otra, porque se confía en su capacidad para crear nuevo conocimiento y transferirlo.
Como las transformaciones mencionadas se suceden cada vez de forma más rápida y brusca, las universidades se están viendo apremiadas a reinventarse y reestructurarse como en ningún otro momento de su historia. Así pues, se corren demasiados riesgos en este proceso; por tal razón, deben acudir a mecanismos que los reduzcan y aumenten las probabilidades de cumplir sus propósitos. En este sentido, las universidades deben mantener un delicado equilibrio entre experiencia e innovación y entre las exigencias externas y las aspiraciones surgidas de su seno.
Este tercer volumen del libro Pensamiento educativo en la universidad. Vida y testimonio de maestros, se constituye en excelente ejemplo de la búsqueda y el logro de los equilibrios mencionados; pues en sus páginas, a través de las entrevistas y los in memoriam, se nos informa de cómo lograron los maestros elegidos —por su trayectoria educativa y aportes a la sociedad— poner en diálogo su experiencia personal y profesional con el ejercicio innovador en la docencia, la investigación y el servicio; de igual modo, se nos muestran los puentes que construyeron entre las demandas de la sociedad y las aspiraciones propias de la institución universitaria en la cual desempeñan o desempeñaron su vocación. Delicados equilibrios sostenidos sobre un espíritu de dedicación, compromiso y coraje.
Los aprendizajes que podemos derivar de la lectura del libro son muchos y variados, lo que da fe de que la selección de los maestros fue idónea y de que desde la palabra escrita seguirán enseñándonos por largo tiempo.
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