El guardián de la capa olvidada
Los personajes, eventos y sucesos que aparecen en esta obra son ficticios, cualquier semejanza con personas vivas o desaparecidas es pura coincidencia.
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación, u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art.270 y siguientes del código penal).
Diríjase a CEDRO (Centro Español De Derechos Reprográficos) Si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.
© de la fotografía de la autora: Archivo de la autora
© Sara Maher 2020
© Editorial LxL 2020
www.editoriallxl.com
04240, Almería (España)
Primera edición: diciembre 2020
Composición: Editorial LxL
ISBN: 978-84-18390-03-6
El Guardian de la
capa olvidada
Trilogía: Crónicas de Silbriar Vol.3
Sara Maher
Para Adriel, porque antes de ser,
ya revoloteaba a mi alrededor como un
personaje mágico de Silbriar.
Agradecimientos
Parte 1
1
Mamá
2
Diario
3
Registros
Se busca
5
Traidor
6
Onrom
7
Sello
8
Zacarías
Parte 2
9
Amigo
10
Decisiones
11
Tempestad
12
Maldición
13
Melifis
14
Invocación
15
Piratas
16
Canto
Parte 3
17
Libertad
18
Pasado
19
Arma
20
Destino
21
Aceptación
22
Tienda
Parte 4
23
Asedio
24
Reencuentro
25
Sueño
26
Verdad
27
Secreto
28
Legado
29
Árbol
Primera entrada en el diario familiar
Tres semanas después
Diez años después
Fin
Biografía de la autora
Érase una vez una niña tímida, a veces insegura, quien se entretenía creando mundos fantásticos, algunos mágicos y otros tan cercanos que parecían irreales. De su imaginario nacieron personajes entrañables, rebeldes, odiosos, a veces cargados de una bondad infinita, juzgados por ser diferentes al resto o rechazados por un pasado cuestionable. La niña se divertía perfilando sus caracteres, desarrollando sus habilidades y asociándolos con las diferentes personas que iban cruzándose en su camino. Así, una vez se tropezó con un curioso Bibolum Truafel, algo más estrafalario pero con el mismo semblante afable y de ojos comprensivos. También coincidió con Libélula, siempre atenta y hospitalaria, dispuesta a regalar sus consejos. Para su desgracia, muchos fueron los que encarnaron el papel de Lorius Val, mezquinos, egoístas y dispuestos a imponer su criterio sin tener en cuenta la opinión de los demás.
Esa niña fue creciendo y, sin apreciarlo, fue maga, artesana y guerrera. Porque todos guardamos estos dones en el interior, preparados para ayudarnos cuando lo necesitamos. La maga crea, la artesana lo transforma en una realidad y la guerrera lucha para que nadie se interponga en su destino. Pero lo que jamás pensó la niña es que todo ese mundo orquestado en su mente con villanos, magos y guardianes entrara en miles de hogares conquistando sus corazones.
Por eso mi eterno agradecimiento es para todos esos lectores que han depositado su confianza en mis pequeñas letras y se han emocionado con las aventuras de estas tres hermanas. Puede que la historia llegue a su fin, pero su magia vivirá para siempre en cada uno de ellos.
Esa niña se convirtió en adulta y luchó por un sueño; un sueño que parecía imposible pero que fue una realidad gracias a mi familia de Editorial LxL. Angy, estoy segura de que seguiremos apartando los pedruscos del camino, nos remangaremos y empuñaremos la espada sin olvidarnos de que también obtendremos nuestra recompensa cuando llegue el momento. Y esto también va por ti, Merche, gracias por ser tan comprensiva ante todos los eventos extraordinarios que me asaltan cada día.
Mi dulce Noelia, siempre siempre proclamaré a los cuatro vientos que fuiste la primera en creer en mí y que me brindó su apoyo hasta el final de los días. Gracias también a Marisa, porque, además de reírme contigo, me has enseñado los subterfugios de este mundo caótico.
Por último, agradecer a mi familia, quien ha sufrido y celebrado a mi lado todos los desencuentros y las alegrías de esta nueva vida. Gracias a mi padres, Tomás y Siona, a mis hermanos, Anabel y Nico, y a mi compañero de viaje, Luca. También brindo por la amistad sincera de Elsa y Carolina. Gracias a todos por ayudarme a no desviarme del camino y a seguir esa estrella fugaz que en las noches más oscuras continúa guiando mis pasos.
Gracias a todos esos niños inspiradores, quienes con su imaginación e inocencia consiguen que la magia nunca muera. Siempre serán mis guardianes.
Un día atravesé un espejo, entre dudas e incertidumbre, que me señaló un sendero de baldosas amarillas para que pudiera soñar con los ojos abiertos. Solo deseo que este camino no tenga fin y me haga disfrutar como esa niña pequeña de nuevos mundos, nuevas emociones y un sinfín de aventuras.
Entretanto, yo seguiré buscando a Aldin Moné entre todas esas personas que se cruzan en la calle conmigo. Puede que incluso localice a Onrom sentado en la barra de un bar o distinga la valentía de Coril en la mirada de un niño. ¡Todos nos merecemos soñar!
Y colorín colorado, el final de este cuento está a punto de comenzar...
Érase una vez una pequeña tienda de cuentos que recorría incansable las distintas ciudades del mundo en busca de guardianes: los herederos legítimos de los objetos mágicos, aquellos que una vez fueron arrojados a la Tierra con la esperanza de ser requeridos cuando la magia corriera peligro. Durante siglos, muchos humanos fueron reclutados y adiestrados por grandes maestros, aguardando el momento a que el equilibrio entre el bien y el mal se rompiese de nuevo. Algunos guardianes murieron sin conocer jamás la palabra «guerra» y gozaron de una estancia tranquila en Silbriar, disfrutando de sus bellos paisajes y adquiriendo un conocimiento único e inalcanzable para la mayoría de los humanos; otros participaron en alguna que otra escaramuza sin importancia, donde las reglas de la magia pretendían ser infringidas. Pero una nueva generación estaba destinada a luchar por el futuro del mundo mágico, por los seres que lo habitaban y por su propia supervivencia. Ese momento estaba acercándose.
Prigmar, el viejo duende regente de la tienda, se aburría solemnemente aguardando a que el Libro de los Nacimientos se abriera y, con una letra pincelada en oro, le indicara que un guardián había despertado. Entonces, ponía rumbo a las coordenadas que le señalaba y hacía su aparición magistral en aldeas situadas en valles tortuosos, en playas agradecidas donde la brisa marina acariciaba sus mejillas sonrosadas aliviando su calor, en ciudades grises y lluviosas, o tan caóticas que apenas se atrevía a salir a la calle por miedo a ser atropellado por la avalancha constante de transeúntes. Así vivió durante años, viajando sin cesar a partes opuestas de un mundo que se le antojaba extraño y banal, anhelando que la llamada surtiera efecto y el humano elegido hiciera sonar la campanilla de la puerta anunciando su entrada. En ese momento, él le mostraba su sonrisa más afable y jugaba a anticiparse al objeto que escogería, analizando sus rasgos, sus gestos y su actitud en general. Debía admitir que se había convertido en un experto, ya que acertaba en un noventa y cinco por ciento de los casos.
Читать дальше