Messi es un fuera de serie, el mejor hace años, de otra galaxia, el número 1, pero creemos que parte del problema en la Selección Argentina es que se lo busca siempre y que más no siempre es mejor. ¿No se lo supo rodear como a Jordan? ¿Faltó un Phil Jackson? Preguntas que planteamos en esta obra que esperemos estimulen en ustedes el espíritu y el amor por el deporte, la psicología y la creatividad.
¡Que lo disfruten! ¡Abrazos de triple!
Marcelo Roffé
Si uno busca su nombre en Linkedin aparece esto: “Llevo ideas de Creatividad, Innovación, Liderazgo y Motivación del deporte a la empresa y de la empresa al deporte. Speaker”. Podríamos agregar que escribió muchos libros, que acaba de publicar Parking the Bus con mucho éxito, y que el que más me deleitó a mí fue Guardiola, el ladrón de ideas . Podríamos agregar que es un buscador, un trabajador incansable, que es pionero en esta especialidad en el fútbol y que por eso se me ocurrió invitarlo a recorrer estos caminos juntos. Por eso, sí. Pero falta algo más.
Sabíamos los dos, porque todo llega, después de 20 años de conocernos en Necochea cuando fui invitado a disertar, que algún emprendimiento juntos íbamos a construir. Pero no solo por eso. Su currículum es fenomenal y sus ideas, brillantes. De eso no existen dudas. Pero no alcanza, al menos para mí.
Si voy a emprender un proyecto con algún profesional, antes que nada, para mí, debe ser una buena persona, tener valores en común, don de gente, calidad humana. Ahí es donde el currículum no importa. Eso no lo negocié nunca, y menos ahora, que con los años me volví más selectivo. Antes que todo, está la persona.
Y Germán es un tipo sencillo, claro, concreto, querible, amable, alegre, familiero, fanático de Racing, que supo cómo superar las adversidades que la vida le planteó. Y por eso lo admiro.
Germán es futbolero. Germán es profe. Germán es entrenador. Germán es escritor. Germán es innovador. Germán es emprendedor. Germán es creativo. Germán no para de generar proyectos.
Todo eso es verdad, pero lo más importante, para mí, es lo otro. Germán es un tipazo.
Gracias por aceptar mi propuesta y, sobre todo, gracias por ser como sos. Eureka.
Marcelo Roffé
Son increíbles las vueltas de la vida. Marcelo vino a mi ciudad (Necochea) a dar una disertación. Justo me tocó a mí ir a recibirlo a la terminal de ómnibus y llevarlo a desayunar. Ya que soy muy olvidadizo, tengo muy presente todo. Fuimos a la confitería Deleite y ahí conversamos. Recuerdo hasta la mesa en la que nos sentamos. Y supongo que, como suele ocurrir, te entiendes de entrada como si fuera de toda la vida, o no te entiendes nunca por más esfuerzos que hagas. Y pasó lo primero.
Ahí nomás quedó en evidencia su generosidad. Yo aún estaba en un estadio muy incipiente en este mundo de la creatividad aplicada a la empresa y el deporte. Tranquilamente, Marcelo podría haber ignorado el sueño que le acababa de contar. Sin embargo, enseguida le puso un ladrillo al sueño. Y, encima, un ladrillo fundacional. Me invitó a dar, en un congreso que organizaba, lo que sería mi primera conferencia. Recuerdo que fue en la UBA y aún se usaban las filminas.
¿Cómo le vas a ofrecer algo así a alguien que conocés hace diez minutos? El tiempo me fue demostrando que Marcelo es así: le gusta abrir puertas. Y me encanta lo que hace. Porque te abre la puerta, pero después sos vos el que tenés que transitar los caminos con honestidad y profesionalismo.
Le agradezco esta invitación a Marcelo porque termina por fraguar una amistad que comenzó hace muchos años. Si el tiempo lo ha vuelto más exigente con la gente que elige para rodearse y en esa elección estoy incluido, eso no deja de ser un honor bien grande.
Porque hay muchas cosas que compartimos, pero hay una más que ninguna otra: ambos deseamos dejar nuestro apellido a nuestros hijos, tal cual nos lo legaron nuestros padres: limpio de toda limpieza.
No será lo último que hagamos juntos. Estoy seguro de que alguno de nuestros lectores nos juntará en algún lugar del mundo para compartir nuestros conocimientos. Y ahí no solo compartiremos la tinta, sino también el escenario.
Germán Castaños
Advertencia:
Este libro fue escrito en base a las distintas reflexiones, ideas e inquietudes que provocó en nosotros la serie The last dance ( El último baile ) . Ideas en el campo del liderazgo, la creatividad, la motivación, la innovación, la resiliencia, la comunicación y tantos otros campos. Las enseñanzas que deja la serie, reflejadas en las historias de Michael Jordan, en primer lugar, y Phil Jackson, en segundo lugar, son casi infinitas. Las compartimos acá para que ninguna de ellas pase desapercibida. Porque todas, todas, nos ayudan a ser mejores individualmente y a hacer mejor nuestro equipo.
CAPÍTULO 1
LA MIRADA DE MARCELO ROFFÉ
En el primer capítulo de El último baile se pone en juego el peligro de la dinastía en búsqueda de su segundo tricampeonato. Jordan comienza hablándole a la gente y prometiéndole que van a ganar el sexto anillo. En ese sentido, es interesante porque dentro de las características de liderazgo siempre describimos, siguiendo varios modelos de liderazgo, incluido el de Chelladurai (1998), en deporte, el líder no promete. Pero acá tenemos un caso excepcional de un líder ganador al cien por ciento que siempre quiere ganar, que contagia un mensaje positivo y que promete un éxito que luego llega. Otro punto para destacar es el idilio con la gente, la mancomunión con el público involucrándolo y pidiéndole el aliento para alcanzar ese objetivo. Algo así como “la gente no nos presiona, solo juega a nuestro favor”. Transformar la presión en motivación.
Un Jordan muy joven llega y dice: “Quiero que los Bulls sean respetados como son los LA Lakers, Philadelphia 76ers o los Boston Celtics”. Ese era el primer objetivo de Michael Jordan cuando llegó, luego vendría la búsqueda de los anillos. Es bueno marcar que, antes de la llegada de Jordan, los Chicago Bulls nunca habían salido campeones de la NBA, y, luego de la dinastía, hasta el día de hoy no volvieron a ser campeones. También es importante destacar que a Jordan le llevó siete años ganar el primer anillo con los Bulls y, no por casualidad, fue con la llegada de Phil Jackson.
Como vamos a desentrañar en este libro desde las miradas psicológica y creativa, desde esta mirada de la psicología deportiva y del análisis del trabajo en equipo, lo que hay que decir es que Jordan fue decisivo, pero Phil Jackson también lo fue. A lo largo del libro explicaremos los porqués de esta afirmación, basándonos en escritos del propio Jackson. Sus dos libros le dan estructura a la serie.
Lo llamativo es que se ve un Jordan muy joven recién llegado a los Bulls que dice: “Es difícil que suceda algo así [conseguir el campeonato], pero no imposible. Esperemos que yo, este equipo y toda la organización construyamos un programa así”. Es interesante que en esta frase aparece otro punto que iría en contra de lo que es un líder. Si bien el líder estaba, siempre hay que pulirlo y está en construcción, nace y se hace; donde lo vemos esto es que pone el “YO” antes que “ESTE EQUIPO”, porque la frase tendría que haber sido “este equipo, toda la organización y yo”, hasta sintácticamente si se quiere, es decir, el nosotros por encima del yo. Este es un punto interesante y lo retomaremos más adelante. La fórmula del trabajo en equipo que vamos a desarrollar es que este llega como resultante de la sumatoria de la motivación, la comunicación y el liderazgo como tríptico entrelazado. Es una consecuencia de esos tres procesos.
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