Irene Recio Honrado - Alma

Здесь есть возможность читать онлайн «Irene Recio Honrado - Alma» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Alma: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Alma»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lor es una joven de dieciocho años obsesionada con la desaparición de su hermano. Tras tres años de escasas respuestas y prohibiciones extrañas, consigue regresar a su pueblo natal, lugar donde sucedió. 
Alma le enseñará a nuestra protagonista que toda leyenda tiene una parte de realidad, y que las viejas historias están más relacionadas con ella de lo que creía.

Alma — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Alma», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¡Cálmate, JB! —supliqué a voz en grito.

Intenté imprimir más velocidad a mis piernas y seguí bajando. Los bufidos y relinchos del caballo me estaban poniendo cada vez más nerviosa, temía incluso que se hiciese daño con aquellos tirones, Maldita sea , seguía descendiendo y entonces oí un chasquido abajo. Volví el rostro hacia el animal. Finalmente se había liberado, no había desecho el nudo pero había partido la cuerda. Tras la vacilación de la sorpresa que él mismo sentía, vi la resolución en su porte y salió de allí disparado a galope tendido.

—¡Nooooo! —aullé.

Y perdí pie.

JB se esfumó de mi mente mientras caía, sentí el estómago en la boca y supe que el golpe sería tremendo. Cerré los ojos con fuerza para absorber el impacto contra las raíces del árbol. Y caí contra algo duro, pero sin lugar a dudas, no tanto como el suelo.

Estaba tumbada boca arriba, con los ojos fuertemente cerrados, evaluando el daño que me había hecho. Me dolía la espalda y el cuello, pero no sentía que fuese algo de importancia. Tal vez me había muerto, y esto era lo que se sentía. Si era así no quería averiguarlo muy rápido. Mantuve los ojos cerrados por si acaso y palpé por debajo de mí. Sabía que había caído sobre algo, pero no sobre qué. Toqué lentamente y sentí el suave tacto de la tela sobre músculos endurecidos. ¡Había caído sobre un ser humano! Abrí los ojos de golpe y volví el rostro para ver si lo había matado.

Unos inquisitivos ojos marrones, bañados por un cálido color miel me devolvían la mirada a escasos centímetros de los míos. Inconscientemente, me aparté lo justo para ver el rostro del dueño de aquella mirada. Era un chico joven, de unos veinte años, con el pelo rubio muy corto, la cara limpia y perfectamente afeitada, de labios carnosos y tez bronceada. Guapo no, guapísimo.

—Yo...yo... —tartamudeé

—¿Qué? —preguntó aún serio—, ¿lo sientes? Normalmente invito a las chicas a una copa para que terminemos así.

Enrojecí de inmediato. Y pensé en ponerme en pie. Ya que los dos estábamos tirados en el suelo, yo encima de él, y él, recostado sobre los codos. Pero mi cuerpo no estaba por la labor. No podía apartar la vista de aquel chico. Él miró algo delante de nosotros y sonrió.

—¿Lo ves, Alex? —dijo entonces, haciendo patente para mi desgracia y vergüenza, que no estábamos solos— Las mujeres se me tiran encima, creo que esto es difícil de superar.

Con los ojos aún como platos, volví el rostro hacia la dirección a la que él hablaba, para encontrarme con otro chico. Este era alto, moreno y tenía los ojos más azules que yo había visto en toda mi vida. Llevaba unos tejanos y una camiseta de tiras negra que se le pegaba ligeramente al cuerpo, marcando la musculatura que se escondía debajo. Y también era tremendamente guapo. No obstante, nos observaba a ambos con una mirada cargada de…¿irritación?

Se acercó a nosotros y me agarró del brazo.

—Bueno, bonita —dijo con voz tirante—, no te has hecho daño, ¿verdad?

No esperó a que respondiese y tiró de mí bruscamente para que me pusiera en pie. Fue tan bestia que casi me arranca el brazo. Pero aquello me ayudó a reaccionar, trastabillé hasta que conseguí estabilizarme para volverme bruscamente hacia él.

—Me has hecho daño —protesté frotándome el brazo.

Aún me temblaban las piernas del golpe. Aunque no sabía decidir si me dolía más el cuello, la espalda o el brazo del que me había tirado aquel bruto.

—No más del que te podrías haber hecho de no haberte tirado sobre mi amigo.

—¡Yo no me he tirado, me he caído! —me defendí.

—Alex —interrumpió el guapísimo rubio levantándose del suelo para sacudirse los tejanos y la camiseta blanca (que por mi culpa estaba llena de polvo en la espalda)—. No la tomes con ella, asúmelo. Nunca conseguirás superarme en lo que a mujeres se refiere. Tengo un magnetismo especial.

—Eres un imbécil prepotente, Wis —espetó el moreno—. ¿A eso llamas mujer? Es solo una niña.

Aquello ya era el colmo, ¿pero qué se había creído? Si apenas tendrían uno o dos años más que yo ¿cuántas veces me iba a faltar al respeto aquel maldito estúpido?

—Siento no ser de tu agrado —escupí llena de ira, mirándolo fijamente—. Me he caído de un árbol, de no haber sido por él —señalé a su compañero—, podría haberme matado. ¿Crees que tengo ganas de escuchar cómo me menosprecias en este instante?

El chico me observaba con las cejas levantadas, como quien ve algo que no comprende y que aún así le trae sin cuidado.

—Forma parte de su carácter, no lo puede evitar —contestó sin embargo el rubio—. Pero tranquila, puedes tirarte encima mío cuando quieras, será un placer.

Enrojecí de nuevo ante el comentario. Y me mordí la lengua.

—¿Qué hacías en ese árbol? —preguntó el tal Wis siguiendo con la mirada la dirección de los maderos clavados en el tronco, hasta que se topó con la visión de la casa— oh, ya veo.

—Te lo dije —bufó el moreno observando también la casa con los brazos en jarras y un aire de suficiencia realmente irritante—. Una niña jugando a las casitas.

—No es de tu maldita incumbencia —siseé clavándole los ojos.

En aquel momento sentí una vibración en el muslo. Abrí la bandolera y saqué mi móvil. Era el número de casa de tía May. Descolgué enseguida.

—¿Diga?

—Lor, cielo, ¿estás bien? —preguntó mi tía en tono apremiante.

—¿Qué? —Aquello no me lo esperaba—. Sí, sí— me apresuré a responder.

Por el rabillo del ojo vi que los dos desconocidos intercambiaban una mirada con las cejas levantadas en mi dirección.

—¿Qué ocurre, tía May?—pregunté al teléfono.

—Se me ha caído la sal y he pensado en ti, así que creía que te había pasado algo.

Aquello sí que no lo entendí, pero me hizo recordar una cosa.

—¿No se suponía que te habías acostado?— pregunté.

—Sí—respondió—, pero me levanté hace diez minutos.

—Bueno tía May —bajé la voz para que aquellos dos no pudiesen oírme y pensaran que estaba loca—, siento que se te haya caído la sal, no sé muy bien cómo funciona eso pero yo estoy bien, me he subido a un árbol y me he caído, pero estoy perfectamente —me apresuré a calmarla—. En cuanto a JB…—vacilé en cuanto pronuncié su nombre, no había vuelto a pensar en el caballo desde que se alejó de allí y me había precipitado al vacío— se ha escapado. Seguro que no tardarás en verlo llegar a casa. Yo volveré a pie.

—¿Dónde estás? —preguntó abruptamente.

—En…la zona oeste del lago —respondí vacilante.

—Llamaré a Cyrus para que te recoja.

—No es necesario —me apresuré en responder—.Daré un paseo hasta casa, no tardaré.

—Insisto, tú ve a la carretera.

Y colgó. ¿Qué pasaba últimamente? ¿Todo el mundo me tenía que dejar con la palabra en la boca?

—Estupendo —mascullé guardándome el teléfono otra vez.

Me volví hacia los chicos.

—Perdona por haberte aplastado —me disculpé con el rubio—. Mi caballo se encabritó y se escapó mientras trataba de bajar, perdí pie y caí. Siento si te he hecho daño.

El chico sonrió con una dentadura perfecta y reluciente.

—Cuando quieras repetimos, princesa. Pero si te has quedado sola, lo mejor será que te acompañemos a casa.

Dios mío, que me acompañase a casa un chico de aquellas características, en cualquier otro momento habría sido lo más, pero en aquel instante y con su amigo cerca no me pareció buena idea.

—No hace falta —dije agitando la mano para disuadirlo—, ya han enviado a alguien a buscarme, no tardarán en llegar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Alma»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Alma» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Rick Burroughs - Alan Wake
Rick Burroughs
Irene Rosa Zimmermann - 2weiwelten
Irene Rosa Zimmermann
Irene Dorfner - Der Heinrich-Plan
Irene Dorfner
Manuel José Fernández Márquez - El silencio es la música del alma
Manuel José Fernández Márquez
Irene Rodrigo - Tres lunas llenas
Irene Rodrigo
Mariam Irene Tazi-Preve - Das Versagen der Kleinfamilie
Mariam Irene Tazi-Preve
Irene del Valle - Ni de aquí ni de allá
Irene del Valle
Giovanni Quessep - Érase mi alma
Giovanni Quessep
Отзывы о книге «Alma»

Обсуждение, отзывы о книге «Alma» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x