Juan Domingo Argüelles - ¡No valga la redundancia!

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Lo que nos toca escuchar (y soportar) todos los días: «Yo mismo». El «mutuo diálogo». Lo que tienes que leer «antes de morir». Lo «bastante frecuente». Lo «actualmente en vigor». Las «falsas mentiras» de las «grandes multitudes». El «robo ilegal» de «productos orgánicos». «Repetir lo mismo», así sea un «rumor no confirmado». ras el catálogo de errores en el uso común del español que Juan Domingo Argüelles elaboró en
Las malas lenguas, este nuevo volumen continúa su recorrido por las expresiones que el descuido, la insistencia en calcar formas de otras lenguas, la pandemia de la corrección política y la simple ignorancia de las palabras y sus significados han sembrado en los medios informativos, las redes sociales e incluso libros de toda índole.Como señala el autor en su prólogo,
¡No valga la redundancia! « va dirigido a unos pocos millares de personas a quienes el cuidado del idioma les interesa, sea porque es su ámbito profesional o bien su gozo, además de su prodigioso instrumento de comunicación». En esta ocasión, se concentra en «los sinsentidos y redundancias, los pleonasmos y ultracorrecciones» que leemos y escuchamos todos los días. Con mordaz sentido del humor y un espíritu tan crítico como didáctico, este libro es a la vez una obra de consulta y un divertido recordatorio de lo que ocurre cuando olvidamos, ignoramos o desdeñamos la precisión en el lenguaje.

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7. actualidad, ¿actualidad palpitante?, palpitante, ¿palpitante actualidad?

Uno de los lugares comunes favoritos del periodismo es el pleonasmo “actualidad palpitante”, con su variante, “palpitante actualidad”. Quienes lo usan con especial donaire, lo denominan pleonasmo o énfasis de estilo, porque lo creen bien vestido de retórica, pero, aunque se vista de seda, redundancia se queda. Veamos por qué. El sustantivo femenino “actualidad” (de actual) posee dos acepciones en el DRAE: “Tiempo presente” y “cosa o suceso que atrae y ocupa la atención del común de las gentes en un momento dado”. Ejemplo: La actualidad política en España es de pandereta. En cuanto al adjetivo “palpitante” (del antiguo participio activo de palpitar), significa “que palpita” y, en su segunda acepción, “vivo, de actualidad” (DRAE). Ejemplo: La palpitante política española es de pandereta, con el Coletas por delante. Queda claro, con todo esto, que decir y escribir “actualidad palpitante” y “palpitante actualidad” es rizar el rizo, pues toda actualidad es palpitante (viva) y todo lo palpitante entraña actualidad. Puede ser peor incluso: cuando se le agrega el adverbio “más” y se potencia la redundancia con barbaridades como la siguiente, tomada de la página de internet del Ayuntamiento de Gijón: “Presentaciones de libros en el CCAI. Programa que facilita a autores y editores la promoción de sus novedades al tiempo que acerca a los lectores a la más palpitante actualidad literaria”. Incluso escritores, de esos que ganan premios muy gordos y celebrados en España, se adornan con su “palpitante actualidad” o su “actualidad palpitante” en sus libros galardonados, lo que revela que no consultan el diccionario porque, seguramente, creen que ya dominan la lengua española sin necesidad de vejigas para flotar.

Se trata de redundancias cultas o, por lo menos, “refinadas”, y, por ello, muchos les dicen pleonasmo, como si los pleonasmos no fueran también redundancias, muchos de ellos de una presuntuosidad que no puede ser más ingenua ni más fatua. En el libro Yo, Trump, del periodista español Ramón Rovira, leemos que

картинка 37“Philip Roth escribió esta distopía sobre su familia judía hace más de una década, pero la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump la ha devuelto a la palpitante actualidad”.

En buen español, y sin redundancia, Rovira debió escribir:

картинка 38Philip Roth escribió esta distopía sobre su familia judía hace más de una década, pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca la ha devuelto a la actualidad.

картинка 39He aquí unos pocos ejemplos de esta redundancia que algunos suponen de “mucho estilo”: “Conversaciones de palpitante actualidad”, “la obra definitiva sobre un tema de palpitante actualidad”, “la palpitante actualidad es, desde siglos, excelente remedio para soportar la realidad” (¿alguien entiende algo en este enunciado?), “la palpitante actualidad jurídica de los avances médicos”, “siempre la palpitante actualidad puede presentar un lado dudoso”, “le dan a su pensamiento una palpitante actualidad”, “el tema de la seguridad es de palpitante actualidad”, “noticia de palpitante actualidad” (doble redundancia, pues el sustantivo “noticia” significa “dato o información nuevos”), “el tema del desplazamiento masivo de personas es de una palpitante actualidad”, “el tema de la Reforma Tributaria es de palpitante actualidad”, “ahora quisiera referirme brevemente a otro tema de palpitante actualidad”, “de actualidad palpitante en extremo” (¿“palpitante en extremo”?; ha de ser taquicardia), “volvamos los ojos a lo de actualidad palpitante”, “cuestiones de la actualidad palpitante”, “todo el pasado suyo es actualidad palpitante” (¡ah, chingá!), “este pequeño trozo de historia en una página de actualidad palpitante”, “tuvo que hablar de otros temas de actualidad palpitante”, “así lo constatan dos noticias de actualidad palpitante” (ya lo dijimos: si son “noticias”, son de “actualidad”), “los investigadores de orientan y polarizan hacia otros asuntos de más palpitante actualidad”, “un nuevo auge que se hace eco de la más palpitante actualidad”, “se había convertido en cronista de la más palpitante actualidad”, “iluminado las cuestiones de la más palpitante actualidad”. ¡Y basta!

картинка 40Google: 34 800 resultados de “palpitante actualidad”; 23 500 de “de palpitante actualidad”; 14 400 de “actualidad palpitante”; 4 230 de “de actualidad palpitante”; 3 930 de “más palpitante actualidad”; 3 300 de “de la más palpitante actualidad”; 2 770 de “la palpitante actualidad”. картинка 41

8. adelantar, adelante, atrás, avance, avanzar, ¿avanzar hacia adelante?, ¿avanzar hacia atrás?, ¿avanzar hacia delante?, ir, regresar, ¿regresar atrás?, ¿regresar hacia adelante?, ¿regresar hacia atrás?, ¿regresar hacia delante?, retroceder, ¿retroceder atrás?, ¿retroceder hacia adelante?, ¿retroceder hacia atrás?, ¿retroceder hacia delante?

¿Se puede “avanzar hacia atrás”, se puede “regresar o retroceder hacia adelante”? Hay mucha gente que así lo cree, aunque se trate de atroces sinsentidos, del mismo modo que son atroces redundancias decir y escribir “avanzar hacia adelante” y “regresar o retroceder hacia atrás”. En un tiempo donde la lógica ha sido extraviada y el buen uso de la lengua se ha perdido, ya todo es posible, pero cada vez menos posibles la claridad y la precisión comunicativas. En el caso de “avanzar” y de “adelantar” queda claro que estos verbos de acción sólo pueden cumplirse “hacia adelante” o “hacia delante”, pues el transitivo e intransitivo “avanzar” (del latín vulgar abantiāre, y éste del latín tardío abante, “delante”) significa, en su acepción principal “adelantar, mover o prolongar hacia adelante”, en tanto que su sinónimo transitivo y pronominal “adelantar”, “adelantarse” significa “mover o llegar hacia adelante” (DRAE). Ejemplos: Avanzaron diez kilómetros y se detuvieron para reponer fuerzas; Se adelantó para preparar todo en la hacienda, y esperó a los demás. De ahí el adverbio “avante” (del latín tardío abante, “delante”), cuyo significado y sinónimo es el también adverbio “adelante”. Ejemplos: Mujeres víctimas de violencia salen avante con ayuda profesional; Los niños que padecen cáncer no pueden salir adelante sin sus medicamentos y sin el tratamiento adecuado, aunque el gobierno crea lo contrario. De ahí también el sustantivo “avanzada”: “Partida de soldados destacada del cuerpo principal, para observar de cerca al enemigo y evitar sorpresas”, y también “aquello que se adelanta, anticipa o aparece en primer término”. Ejemplos: Fue de los que participó en la avanzada de la tropa; Le tocó ir de avanzada en la comitiva. Resulta increíble que personas ilustradas, tal vez no precisamente muy cultas, pero sí de alta escolarización, no usen la lógica ni, obviamente, el diccionario, para saber que “avanzar” siempre es ir “hacia adelante”, con la consecuencia de que no se puede “avanzar hacia atrás”. Peor aún: hay quienes “adelantan hacia atrás” y ni cuenta se dan de que destrozan la lógica y el idioma. Por cierto, es falso que los cangrejos caminen hacia atrás: en realidad, se desplazan hacia los lados. “Esto se debe —leemos en una enciclopedia— a la articulación de las piernas que hace que la marcha de reojo sea más eficiente”. En pocas palabras, ¡ni siquiera los cangrejos “avanzan hacia atrás”! No existe forma de hacerlo. En cuanto al adverbio “adelante” (de delante), éste significa “más allá”, “hacia delante, hacia enfrente” (DRAE). Ejemplo del diccionario académico: El enemigo nos cierra el paso; no podemos ir adelante. Con obviedad, antónimo o contrario de “adelante” es el adverbio “atrás” (de tras), cuyo significado es “hacia la parte que está o queda a las espaldas de alguien o algo” y “en la zona posterior a aquella en que está situado lo que se toma como punto de referencia” (DRAE). Ejemplo: En cuanto lo vi, aceleré el paso, lo rebasé y pronto lo dejé atrás. Queda claro que se avanza siempre hacia adelante y nunca hacia atrás, pues “tornar” (del latín tornāre) es, en su carácter de verbo intransitivo, “regresar al lugar de donde se partió” (DRAE). Ejemplo: Y, ya sin ánimo de nada, tornaré a mi pueblo a bien morir. Siendo así, hay que insistir en ello, no se avanza jamás hacia atrás, sino que se “regresa”, donde el verbo intransitivo y pronominal “regresar”, “regresarse” (de regreso) significa “volver al lugar de donde se partió”. Ejemplo: Regresé a casa muy tarde. No se regresa hacia delante, se regresa, invariablemente, hacia atrás; esto es, se “retrocede”, donde el verbo intransitivo “retroceder” (del latín retroceděre) significa “volver hacia atrás” (DRAE). Ejemplo: Vacilante, retrocedió unos pasos y se quedó pensativo. Insistamos hasta que a nadie le quede ninguna duda: no se puede “adelantar hacia atrás”, del mismo modo que no se puede “avanzar hacia atrás”. No es, por cierto, el caso del verbo intransitivo “ir” (del latín ire) que significa “moverse de un lugar hacia otro apartado de la persona que habla” (DRAE). En consecuencia, se puede ir (andar, caminar) hacia adelante o se puede ir hacia atrás. Ejemplos: Fue hacia adelante y se quedó observando el camino; Fui hacia atrás, pero no encontré a nadie. Jamás se retrocede hacia delante; todo “retroceso”, por definición, es hacia atrás. Explicado y comprendido todo esto, debe quedar claro, por evidente, que “avanzar hacia adelante”, “avanzar hacia delante”, “regresar atrás”, “regresar hacia atrás”, “retroceder atrás” y “retroceder hacia atrás” son brutas redundancias, y, en oposición, “avanzar hacia atrás”, “regresar hacia adelante”, “regresar hacia delante”, “retroceder hacia adelante” y “retroceder hacia delante” son contrasentidos tan torpes que deben arrojarse, sin dilación, en el bote de los pendejismos. Hay escritores y traductores, muy campantes, y campanudos, que hacen gala ya sea de estas redundancias brutas o de estos vergonzosos contrasentidos. En la traducción del libro Pioneros de la ciencia ficción rusa leemos lo siguiente: “Trabajé sin descanso con los remos, avancé hacia atrás y hacia delante”. En una sola frase, las dos tonterías juntas. Quisieron decir el escritor y el traductor (ambos incompetentes) que el pobre personaje, quizá tan bruto como ellos, remó sin descanso, avanzó y retrocedió. ¡Hasta la ciencia ficción debe respetar la lógica del idioma!

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