JARDINES COMUNITARIOS Y POPULARES
Este libro es el resultado de un trabajo etnográfico realizado durante los años 2016-2018 en los jardines comunitarios y populares creados y sostenidos por el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La asistencia semanal a los jardines Luces en el Bajo y Sacha, las conversaciones con educadoras, familias y militantes, la relación con los niños y las niñas, especialmente a través del juego, así como la participación en festejos especiales y en manifestaciones públicas del MPLD fueron las vías para comprender y descubrir los modos singulares y cotidianos en que se lleva a cabo la “praxis pedagógica prefigurativa” y cómo las niñas y los niños pequeños experimentan ese proceso.
Los jardines del MPLD trabajan con niños y niñas de entre cuarenta y cinco días a tres años, edades a las cuales se les suele atribuir mayores niveles de dependencia, pasividad e incapacidad. En este sentido, el libro pretende visibilizar las prácticas educativas y comunitarias que educadoras y militantes desarrollan con las edades tempranas, en tanto las consideran sujetos plenos y políticos que pueden comunicarse y expresarse a través de diversos lenguajes.
Analia Paola García.Magister en Antropología Social (Flacso). Profesora y licenciada en Ciencias de la Educación (Universidad Nacional de Luján). Investigadora y profesora adjunta en la Universidad Nacional de Luján. Desde 2003 es miembro del Equipo de Acompañamiento de la Red Andando. Acompaña y orienta en el trabajo con las niñeces y las familias en redes comunitarias del conurbano bonaerense y en movimientos sociales.
ANALÍA PAOLA GARCÍA
JARDINES COMUNITARIOS Y POPULARES
Una etnografía acerca de las prácticas políticas pedagógicas prefigurativas en el Movimiento Popular La Dignidad
En primer lugar agradezco a niñas, niños, familias, educadoras comunitarias, maestras y estudiantes de educación inicial que conocí caminando escuelas, hospitales, servicios de cuidados paliativos, centros comunitarios, juegotecas y ámbitos de formación docente. Encontrarnos habilitó y pluralizó mis saberes, preguntas y reflexiones en torno a la niñez. Particularmente agradezco a todas las educadoras, niñas, niños y familias del Movimiento Popular La Dignidad, especialmente a los equipos de Luces en el Bajo y Sacha, por abrirme las puertas de sus jardines y del Movimiento, por el plato de comida y el mate caliente con que me esperaron cada día, y por la lectura minuciosa del borrador y los sugerentes aportes, que contribuyeron a la escritura de este libro.
Agradezco especialmente a Adelaida Colangelo, quien me orientó de manera cálida y constante en el trabajo de tesis y la posterior publicación. Sus señalamientos, sugerencias, saberes y lecturas infinitas facilitaron la reflexión y la escritura.
A Marina Visintín, Norma Michi, Cecilia Parrile, Celeste Hernández, Andrea Szulc por leer los avances del trabajo y haber sido jurado en la presentación de la tesis y cuyos señalamientos enriquecieron el texto. A Clarisa Label, por los intercambios sobre el trabajo de campo que realizamos varios viernes en la regencia del Normal Nº 7, y por alentarme a que publique este material.
Les agradezco también a compañeras, compañeros, amigos y amigas de trabajo, porque nuestras conversaciones favorecieron mis reflexiones en torno a la niñez: Luján Rosales, Gabriela Acosta Navarro, Claudia Pérez, María Laura Galli, María José Frá, Julieta Calderón, Silvina Davio, Álvaro Saurí, Marcelo Iguan, Mercedes Méndez, Azucena Goemine, Ignacio Pizzo, Mabel Sarabia, Marisa Snaidman, Verónica Mezzenzani, Silvia Germaneiz, Marta Marucco, y especialmente a las educadoras y los educadores de la Red Andando de Merlo y Moreno.
Por último, a Juan, que con su infinita paciencia y alegría pudo acompañar y respetar los tiempos que he dedicado a este trabajo.
Prólogo
Adelaida Colangelo
¿De qué manera es posible realizar una “praxis pedagógica prefigurativa” con niños pequeños? ¿En qué consiste? ¿Qué representaciones sobre la niñez se construyen y ponen en juego en ese proyecto educativo y político? ¿Cómo los propios niños experimentan ese proceso?
A partir de estos interrogantes, Analia García nos invita a conocer en profundidad las interesantísimas prácticas cotidianas de los jardines comunitarios y populares creados y sostenidos por el Movimiento Popular La Dignidad (MPLD) en la Ciudad de Buenos Aires. Para poder hacerlo, ha llevado a cabo un exhaustivo trabajo etnográfico, construido de manera creativa y respetuosa a lo largo de casi dos años, en los que compartió semanalmente parte de las jornadas de cada uno de los jardines, pero también momentos especiales, como festejos realizados por ellos en los barrios, las asambleas con las familias, así como extensas conversaciones con educadoras, educadores y militantes del MPLD. Y es justamente la etnografía la que le ha permitido comprender la praxis pedagógica puesta en juego, en cuanto ella no puede reducirse a una dimensión discursiva, sino que se realiza a través de múltiples prácticas concretas, de un modo de experimentar las relaciones entre adultos y niños que no pueden conocerse si no es participando de ellas.
Así, a través de los fragmentos de diario de campo intercalados en el texto, el lector puede sentir que –tal como lo hace la pequeña Juana con la autora en una de sus primeras visitas– lo toman de la mano y lo hacen participar, “estar allí”, en las actividades que cotidiana y amorosamente se despliegan en Sacha y Luces en el Bajo, los dos jardines donde fue realizado el estudio. En esas escenas encontrará que los bebés, aun cuando no hablen o lo hagan “a media lengua”, se expresan, proponen, deciden, a través de modos de comunicación que solo han sido perceptibles mediante una sutil observación participante que involucra la disponibilidad corporal, el juego y la posibilidad de acompañar sus tiempos e itinerarios. El análisis de ese carácter de sujetos plenos y, más aún, de sujetos políticos, que el MPLD atribuye a los niños, atraviesa el libro y constituye uno de sus grandes aportes a las diferentes disciplinas que se ocupan de la infancia.
Actualmente, la idea de que los niños son sujetos con derechos y que, por lo tanto, pueden participar y tener voz en los espacios sociales de los que forman parte, suele enunciarse como un principio indiscutible en gran parte de los estudios sobre la infancia. Con frecuencia, sin embargo, encontramos que ello aparece en términos más declarativos que analíticos, pues no son muchos los trabajos que muestren cómo es ejercida esa participación, menos aún cuando se trata de bebés. En efecto, cuando se habla de los niños pequeños, la carencia de habla y de una movilidad autónoma contribuye a redoblar las atribuciones de incapacidad, dependencia y pasividad que el sentido común continúa asignando a la infancia en general.
En el texto de Analia, la puesta en cuestión de esa mirada resulta de la indagación minuciosa en las dinámicas pedagógicas desarrolladas en los jardines y, a partir de ese énfasis en las relaciones y actividades en las que los niños participan con otras personas, evita el riesgo de terminar esencializando la agencia infantil; riesgo que llevaría a ver sus acciones como el producto de decisiones totalmente autónomas y opacaría los condicionamientos sociales que la atraviesan. Por el contrario, los niños que nos muestra la autora son niños en relación: se construyen como tales en los vínculos con sus familiares, con otros niños, con las referentes, las educadoras y con la propia investigadora. En otras palabras, la promoción de la autonomía y el reconocimiento de las capacidades infantiles que sostiene la experiencia analizada no equivale a desconocer la centralidad del cuidado ni a desdibujar la figura de los adultos, quienes, por el contrario, tienen la responsabilidad de acompañar, ofrecer y estar disponibles, como parte de las interacciones que permiten la construcción psíquica de los bebés.
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