Aiden Thomas - Los chicos del cementerio

Здесь есть возможность читать онлайн «Aiden Thomas - Los chicos del cementerio» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los chicos del cementerio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los chicos del cementerio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

¡BESTSELLER! N.º 1 DEL NEW YORK TIMES + N.º 1 EN INDIEBOUND.Yadriel ha invocado a un espíritu y ahora no puede librarse de él.En el mundo de Yadriel, los nahualos liberan espíritus y las nahualas tienen la capacidad de sanar. Cuando su familia latina se muestra reticente a aceptar su identidad, Yadriel decide demostrarles que es un auténtico nahualo. Con la ayuda de su prima Maritza, realiza su ceremonia de quince años e invoca a su primer espíritu.Pero el espíritu resulta ser Julián Díaz, el chico malo del instituto, y Julián no piensa cruzar tranquilamente al más allá: quiere saber qué ocurrió y atar algunos cabos sueltos antes de marcharse. Yadriel accede a ayudarlo… pero cuanto más tiempo pasa con Julián, menos ganas tiene de que se vaya.– Selección del National Book Award (2020). – Nominado a dos categorías de los Goodreads Choice Awards (2020). – Nominado al premio Locus (2021)

Los chicos del cementerio — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los chicos del cementerio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Ese sitio es chévere.

Una sonrisa de dientes blancos iluminó el rostro de Julián.

—¿Verdad? Tienen unos sopes de pollo que… —empezó a decir llevándose la mano al estómago.

—¿Y luego qué pasó? —lo interrumpió Yadriel, sin parar de mirar a su alrededor.

Unas voces fuertes le alertaron de que más adelante había alguien. Julián abrió la boca para responder, pero Yadriel lo cortó:

—¡Chsss! ¡Espera!

Los tres se desviaron del camino para no cruzarse con la pareja: un nahualo discutiendo con el espíritu de una señora mayor con mucho carácter.

—¿Ni siquiera fuiste capaz de traerme las flores que te pedí? —clamó la señora señalando un jarrón con rosas (bien bonitas, según le pareció a Yadriel) que había a los pies de una detallada estatua de ángel—. ¡Odio las rosas!

—Ay, mamá, ¡es lo mejor que encontré! Mira, ahora no tengo tiempo para discutir: Miguel desapareció y los demás podrían estar en peligro…

—Ah, ¿y los demás son más importantes que tu mamá? —lo acusó la señora con el pecho henchido de indignación.

Lo último que Yadriel llegó a oír fue al pobre nahualo gruñendo de hastío.

Cuanto más cerca estaban de su casa, más nervioso se sentía Yadriel. Mantenía los ojos bien abiertos por si veía luces de linternas; eso significaría que todavía había gente por la zona buscando a Miguel, pero lo cierto es que se veían menos que antes. Lo más probable es que la búsqueda se hubiera extendido hacia el exterior del cementerio.

Y Yadriel debería haber estado con ellos.

—Bueno, continúa —dijo haciendo un gesto para que Julián siguiera contándoles la historia.

—Pues, como decía —siguió Julián como si nada—, estábamos cruzando el paso elevado sobre la autopista. Luca se adelantó porque le encanta bajar la rampa a toda velocidad y… —Se quedó parado con las pupilas dilatadas—. Mierda.

Maritza se sobresaltó y Yadriel se agachó pensando que alguien los había visto:

—¿Q-qué…?

—¿Qué pasó con mi monopatín? —Julián echó la cabeza hacia atrás con un gruñido y se restregó la cara—. ¡Acababa de ponerle ejes nuevos!

Yadriel arqueó una ceja mirando a Maritza, y ella hizo lo mismo con expresión divertida. Julián se volvió de golpe a Yadriel:

—¡Tenemos que encontrarlo!

Yadriel parpadeó sorprendido. ¿Hablaba en serio?

—La verdad es que dudo que vayas a necesitarlo —comentó Maritza.

—Uf, si el tipo ese se lo llevó, te juro que… —continuó Julián con la mandíbula tensa.

—¿Qué tipo? —interrumpió Yadriel antes de que Julián se fuera por la tangente.

—¡El que atacó a Luca! —exclamó furioso. Gesticulando como loco, empezó a hablar a toda velocidad mientras iba de un lado para otro—. Luca gritó y, cuando llegamos hasta él, un tipo lo tenía agarrado contra la pared. Seguramente quería robarle o algo, como si el pobre alguna vez tuviera dinero… Entonces yo me arrojé sobre el tipo ese y lo empujé; pensé que lo había arrojado al suelo, pero se dio la vuelta antes de que pudiera apartarme y…

Sin darse cuenta, Julián acabó metido en un sepulcro que le llegaba a la altura de la cintura. Se detuvo con los hombros caídos y el ceño fruncido, como si se le hubieran acabado las pilas de repente. Por un instante, los bordes de su cuerpo se emborronaron y pareció diluirse.

—Y todo quedó a oscuras. —Se restregó el pecho con la mano—. Lo siguiente que recuerdo es estar con ustedes dos.

A Yadriel le dio lástima; no tenía ni idea de qué decirle a alguien que acababa de descubrir que había muerto. Sabía por experiencia que no se le daba bien tranquilizar ni consolar a la gente. Nunca había sido su punto fuerte. Él no era su mamá.

Buscó a Maritza con la mirada para que le ayudara, pero ella se mordió los labios y se encogió un poco de hombros.

—No tenemos muchos hilos de los que tirar —admitió Yadriel. ¿Cómo iban a hacer frente a esa situación?

Pero Julián ya tenía una respuesta preparada:

—Tenemos que encontrar a mis amigos —insistió con los ojos fijos en los de Yadriel. Había tanta fiereza en ellos que el nahualo dio un paso atrás—. Necesito asegurarme de que están bien. Si les pasó algo y es culpa mía… ¡Ah! ¡Puedo enviarles un mensaje! —dijo alegremente, y bajó la mirada para palmearse los bolsillos.

Un grito se le atoró en la garganta en cuanto se dio cuenta de dónde se había metido y, sacudiéndose la ropa, trastabilló hacia atrás.

—¿Qué podemos hacer, Yads? —preguntó Maritza, gozando claramente con el susto que se había llevado Julián.

—¡¿De verdad no podían haberme dicho que estaba de pie dentro de un ataúd?! —jadeó Julián.

—¡Chsss! —le chistó Yadriel.

—Seguro que ahora voy cubierto de polvo de muerto…

—¡Harás que nos descubran!

Julián se sacudió los brazos con gesto de mal humor.

Tch , lo que me faltaba… —gruñó metiéndose las manos en los bolsillos—. ¿Dónde está mi teléfono?

—Seguramente con tu cuerpo. —Yadriel no sabía cómo decirlo delicadamente, pero Julián pareció más molesto que conmocionado ante la mención de su cadáver—. Mañana buscaremos a tus amigos en el instituto, ¿de acuerdo?

—¿Mañana? —Julián sacudió la cabeza—. Ni hablar, tenemos que encontrarlos esta noche para…

—Esta noche no podemos ir —lo cortó Yadriel.

—Pero…

—Es muy tarde, bastante más de medianoche. Si mi papá se entera de que no estoy en casa a estas horas y de que encima voy con un espíritu que invoqué contra las reglas, me castigará…

—¿Que te castigará? —repitió Julián arrugando la cara como si jamás hubiera oído esa palabra.

—… y no me dejará participar en el aquelarre…

—No tengo ni idea de qué es eso.

—… y entonces sí que mañana no podremos hacer nada de nada. —Ya podían ver su casa; lo único que quedaba era conseguir que Julián entrara sin que nadie se diera cuenta—. Por no hablar de que mañana hay clase y me tengo que levantar dentro de pocas horas.

—¿ Clase ? —Julián lo miró profundamente ofendido—. ¿De verdad que, ahora mismo, lo que te preocupa son los estudios?

A pesar del gruñido que soltó, de algún modo se abstuvo de discutir. Solo se metió las manos en los bolsillos de su bomber mientras miraba a Yadriel con la cara enfurruñada.

—¿No podría tener una versión fantasma de un teléfono o algo así? —murmuró para sí.

—¿Maritza? ¿Yadriel?

Yadriel se volvió de un salto y vio que Diego y Andrés se les acercaban. Ambos llevaban linternas en una mano y sus dagas curvas en la otra.

—¿Qué están haciendo aquí fuera? —preguntó Diego.

El hermano de Yadriel los examinó con el ceño fruncido, pero a Julián no le dedicó más que un vistazo rápido. Ver espíritus en el cementerio no tenía nada de especial, así que, si Yadriel mantenía la calma, no sospecharía nada:

—Em… —Se quedó mirando a Diego sin saber qué decir.

—Queríamos ayudar a buscar a Miguel —dijo Maritza tranquilamente. Siempre que los descubrían haciendo algo que no debían, ella era la que tenía labia para salir del apuro—. Le pedimos a uno de los espíritus que nos ayudara a echar un vistazo por la iglesia antigua —añadió con un gesto de cabeza dirigido a Julián.

Entonces, Diego sí que se fijó en él.

Julián no dijo nada. Primero clavó la mirada en los portajes de ambos nahualos, pero después observó a Diego y Andrés con cara de no estar impresionado. Al final, levantó brevemente la barbilla, un saludo típicamente masculino.

Hubo una pausa larga. Yadriel estaba convencido de que su hermano vería claramente la culpabilidad que se le reflejaba en el rostro o que, como mínimo, oiría el latir traicionero de su corazón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los chicos del cementerio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los chicos del cementerio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los chicos del cementerio»

Обсуждение, отзывы о книге «Los chicos del cementerio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x