Las transformaciones que han ocurrido en los últimos cuarenta años en el mundo han producido un cambio sustancial en los procesos de producción, apropiación del conocimiento, ritmos de desarrollo económico-social y ejes valóricos y éticos. Estos pueden sintetizarse de la siguiente manera:
1.La globalización de la economía no solo supone un cambio de énfasis en los procesos productivos sino un cambio cualitativo en las relaciones sociales, culturales y educativas de los agentes sociales que hacen posible este proceso.
2.Los ritmos de desarrollo económico y social continúan siendo discriminatorios y desiguales en las diferentes áreas geográficas del mundo con un «tercer mundo» aportando recursos naturales, mano de obra barata y explotada, y generando riqueza para los países más desarrollados.
3.La democracia occidental no ha sido capaz de generar una participación más amplia y plena en los niveles de decisión. Esto plantea una crítica sustancial al carácter y naturaleza del concepto de democracia de la sociedad en que estamos viviendo, conduciendo a requerir nuevas formas de participación ciudadana, no solo las indirectas representadas por el voto popular.
4.Las teorías pedagógicas, prácticas educacionales y didácticas contemporáneas no han considerado que los procesos de cambios productivos necesitan del concurso informado y consciente de mayorías imbuidas de una praxis educativa crítica, reflexiva y contextualizada (Dewey 1930). Los métodos tradicionales son carentes de innovación y junto a estilos pedagógicos anquilosados siguen prevaleciendo en las prácticas docentes.
5.Las sociedades presentes están caracterizadas por un proceso migratorio masivo hacia las sociedades metropolitanas dominantes, lo que ha producido un fenómeno antes no observado: la constitución de sociedades multiétnicas, poliparlantes y plurireligiosas (Skellington, y Rex Hall 1996), dando origen a las contradicciones y la diversidad cultural presente.
6.La diversidad cultural presente en la sociedad constituye un desafío imponente para las teorías y prácticas educacionales del siglo XXI, las que deben responder proponiendo nuevos métodos y prácticas capaces de integrar armónicamente todos los estamentos sociales, económicos y culturales (de género, religiosos y raciales) desde una inédita perspectiva igualitaria, antidiscriminatoria e integradora que genere amplias oportunidades educacionales y laborales para estas comunidades.
7.Corresponde entonces proponer alternativas viables de desarrollo social, económico y educacional en prácticas y teorías para este mundo que aceleradamente cambia su carácter y naturaleza. Este es, entonces, el magno desafío que nos plantean estos inicios del siglo XXI.
El reto que impone el cambio tecnológico
Los incesantes y sostenidos cambios científicos y tecnológicos que se están produciendo en la sociedad contemporánea traen consigo transformaciones insospechadas en ámbitos como la educación, la economía y la cultura. La velocidad del cambio científico y tecnológico es tal que la cultura y la educación a menudo no han podido adecuarse al mismo ritmo y experimentan obsolescencia con respecto a estos. La cultura y la educación que permean a una sociedad deben necesariamente adecuarse a estos cambios vertiginosos a través de un esfuerzo activo y consciente de la sociedad y sus entes educacionales para así evitar quedarse retrasadas, so pena de impedir el progreso y el avance socioeconómico de esta. Más aún, considerando el carácter endógeno que adquieren las transformaciones en el terreno digital, la educación pasa también a convertirse en un importante factor dinamizante de estas.
Los fenómenos sociales que ocurren en una sociedad siempre preceden a los marcos jurídicos y legales que esta sociedad instala para que sus instituciones y quehaceres no permanezcan así desfasados con respecto a aquellos. Dicho en otros términos, las transformaciones y la velocidad con que estas suceden en la sociedad aumentan en forma geométrica mientras que la educación y la cultura lo hacen en proporción aritmética y, por tanto, tardan en adecuarse a la dinámica de dichos cambios. El gran reto es acortar la distancia entre el cambio educacional y las transformaciones tecnológicas que le anteceden y retan.
Los cambios que operan en la sociedad son permanentes, sostenidos y continuos aunque no siempre podemos percibirlos de esta manera. Ergo, las transformaciones educacionales y metodológicas deben ser también continuas y sostenidas. Además, la investigación y el proceso de construcción del conocimiento en Latinoamérica, en general, se encuentran desfasados y retrasados en décadas con respecto a los avances de la investigación a nivel mundial. Esto se debe en gran medida a la escasa preocupación de la política pública en una materia tan trascendental. Por esa razón también, las transformaciones educacionales son más lentas comparativamente al mundo desarrollado.
La docencia debería nutrirse y ser un producto de los avances de la investigación para así reforzar el conocimiento que debe construirse (y no solo repetirse) en el aula. Pero, al parecer, los incentivos son aún insuficientes y son pocos los académicos universitarios que se dedican a crear conocimiento nuevo. Es más, desgraciadamente existen muchos profesores que se dedican a repetir conocimientos ya construidos en las investigaciones de otros colegas que usualmente ya han devenido en obsoletos. Así, el conocimiento inédito no crece ni se enriquece en las universidades latinoamericanas (con muy honrosas excepciones), sino que se convierte en meras repeticiones de científicos europeos o norteamericanos sin que se conviertan en nuevos conocimientos para la academia nacional. Quizá un paliativo sería considerar descubrimientos científicos de los países euroasiáticos como Japón, Corea, China y Rusia. En cualquier caso, esto incide grandemente en el proceso del pensar y el reflexionar para construir una nueva actitud en el aprendizaje y una nueva metodología en el proceso de enseñanza que conlleve la producción de un conocimiento inédito en la academia chilena y evite la repetición y el plagio.
La educación debe reflejar el ritmo de cambio social
Hasta ahora los paradigmas educacionales actuales no han considerado en su totalidad los cambios que se han producido en las esferas de lo social y cultural de la sociedad latinoamericana y están en un estado muy embrionario. De acuerdo a Durkheim (1976), la educación debería ser un concepto «que perpetúa y refuerza la homogeneidad social fijando a priori en el alma del niño las semejanzas esenciales que impone la vida colectiva». Pero la educación también debería transformarse en un ente poseedor de una perspectiva histórica crítica cuya esencia y rol sería convertirse en una herramienta poderosa de liberación humana como lo plantea Freire (1969) en uno de sus trabajos seminales.
Hasta ahora los paradigmas educacionales claramente no se han adecuado a las transformaciones operadas en el marco social y cultural de las sociedades latinoamericanas, como insistiremos más adelante. Especialmente evidente se hace esta aseveración en las esferas de lo multicultural, la aceptación de la diversidad cultural, de género, étnica, de clase y de la discapacidad. Esto también se refleja en la estructura de la sociedad, cuya lenta dinámica y la existencia de estereotipos impiden la adecuación de esta a una concepción más fluida e igualitaria de los estratos sociales que la componen.
Lo anterior debería necesariamente reflejarse en los comportamientos sociales y culturales, situación que no aparece evidente. Sin duda, la influencia de los medios de comunicación de masas también tiene gran parte de responsabilidad por este hecho debido a su carencia de veracidad, distorsión de la realidad y énfasis en hechos sensacionalistas, todo ello debido a los incentivos que proporciona la comercialización de sus espacios. Estas innovaciones e incorporación de nuevos paradigmas educacionales deberían producirse a partir de la educación prebásica, básica, continuar en la educación media y consolidarse en la educación superior. Esto claramente debe replicarse en el caso del avance hacia la sociedad digital, ahora impulsada fuertemente por las condiciones sanitarias prevalecientes en el año 2020 y siguientes.
Читать дальше