• Las elecciones de 2000
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3. El tema del populismo tuvo que introducirse en el presente trabajo para poder reflexionar sobre las posibles amenazas para la democracia debidas a su encumbramiento. Los recientes movimientos populistas ocurridos en todo el mundo exigen una aproximación teórica que busque explicarlos, un diálogo tanto académico como político y, finalmente, una estrategia social en defensa de la democracia en aquellos casos en donde se vea peligrosamente amenazada.
En la parte final del libro se sugieren varios temas de investigación en torno a este concepto que pueden ayudar no sólo a complementar el aparato conceptual, sino también contribuir a la consolidación práctica de la democracia misma. Con el propósito de entender la consolidación de la democracia, incluimos dos apéndices donde se destaca la dimensión de la experiencia en Estados Unidos. Por un lado, en el apéndice I abordamos el importante papel de la opinión pública y la cultura política en la formación de una democracia concreta. En este sentido, analizamos las percepciones de diferentes segmentos de la población en torno al sistema político democrático, así como a sus valores y prácticas.
De forma similar, en el apéndice II, describimos la evolución histórica de las luchas sociopolíticas por obtener derechos que fueran no sólo incluidos en el corpus constitucional sino que además fueran realmente respetados. Finalmente, el texto pretende ser una invitación a la reflexión a todos los defensores de la democracia, para que tengamos claro cuáles son las instituciones y los valores que debemos defender y mejorar con el fin de protegerla.
CREAR UN PARADIGMA DE DEMOCRACIA
El paradigma que nos puede ayudar a entender las distintas concepciones sobre el sistema democrático debe ponderar en dónde ponen el acento los diversos pensadores; cuáles son los enfoques de sus propuestas. Para empezar, debemos decir que existen dos tipos de teorías en torno a la democracia:
1. Teorías normativas, las cuales intentan ofrecer una definición de lo que debería de ser la democracia. Tratan de explicar cómo podemos llegar a su tipo ideal. ¿Cuáles son las características fundamentales que deben tener las instituciones positivas?; ¿cuál es la meta de la democracia?
2. Teorías descriptivo-explicativas, que tratan de precisar en el mundo real cuáles son las instituciones existentes que han ayudado a consolidar las democracias, cuáles son indispensables para la salud de los sistemas democráticos, en cuáles casos las democracias se alejan del ideal y en cuáles se acercan a él, cuáles cambios tecnológicos traen consigo nuevas exigencias democráticas. Podemos afirmar que las explicaciones descriptivas no deben permanecer en ese nivel, sino que en última instancia tienen que hacer referencia a las teorías normativas para buscar una comparación entre el ideal y la realidad, con el objetivo de identificar las posibles amenazas para la democracia.
Si bien es cierto que las propuestas de muchos autores intentan ser completamente normativas y otras totalmente descriptivas, veremos cómo al final no pueden eludir presentar una mezcla de los dos tipos en sus argumentos. David Held utiliza el término “modelos” para realizar su análisis de la democracia (Held, 2006). En contraste, en este trabajo se prefiere el de “concepciones” en tanto que nos permite tener un marco reflexivo mucho más amplio y flexible. Consideramos que la idea de modelo no nos sirve en la medida en que éste es más rígido y cerrado; un modelo es una construcción teórica que se autocontiene y nos impide dar cuenta de la riqueza propia de la democracia. Consideramos que esa noción de alguna forma exige que todos y cada uno de los modelos tengan los mismos elementos para poder realmente hacer comparaciones entre ellos; sin embargo, constataremos cómo, de hecho, al darle prioridad a ciertos elementos los autores muchas veces no consideran otros que también son relevantes.
Por otro lado, la idea de “concepción de la democracia” es en algún sentido mucho más amplia y nos permite incluir a todas las “concepciones” dentro de un mismo paradigma sobre la democracia, a pesar de que no cuenten todas ellas con los mismos elementos. La noción de modelo necesariamente remite a los análisis normativos, descalificando los descriptivos. En nuestra opinión ambos tipos de análisis aportan gran riqueza para tener un mejor entendimiento del sistema político democrático.
Apreciaremos cómo al revisar el pensamiento democrático de los distintos autores, algunos se ocuparán en subrayar uno o varios de los elementos de la teoría, mientras que otros se centran en encontrar la mejor definición de democracia, y otros más se concentran en estudiar sus causas y, finalmente, los últimos se preocupan por describir sus características:
• Ciertos pensadores se concentran en el proceso mismo. En general verifican si existen elecciones limpias y si los ciudadanos han ejercido su derecho al voto, sólo entonces asumen como justo el resultado al que se llegue, basado en el principio de mayoría. Si bien ésta es una condición necesaria, y por lo tanto la encontraremos en prácticamente todos los autores, no es suficiente.
• Las condiciones necesarias no se limitan a una condición mínima, sino que se establecen una serie de características para poder hablar de democracia. Refiriéndose a ciertas instituciones, a que se acepte el cambio de partidos en el poder.
• La democracia cosmopolita. Algunos autores piensan que no se puede realmente pensar en democracia cuando nos limitamos al ámbito de un solo país. Para poder hacerlo es preciso no ceñirse a los derechos del ciudadano, sino abarcar todos los derechos de las personas. Estos teóricos sólo consideran avances democráticos los que alcanzan a todos los seres humanos.
• La democracia dentro del caparazón del Estado-nación. Debemos defender al Estado-nación en tanto que es el arreglo político que ha logrado consolidar los avances democráticos, al funcionar como su caparazón. Si bien no se niega que ha sido el resultado de luchas de poder e imposiciones geográficas a distintas culturas y etnias, no por eso podemos ignorar que ha sido gracias a él que en muchos países se han logrado progresos fundamentales en materia de los derechos humanos de los diversos grupos. Estos pensadores defienden el vínculo entre Estado-nación y democracia, subrayando su relevancia.
• La democracia no incluye la justicia social. Muchas veces exigimos a la democracia otros imperativos categóricos, como la justicia social; por eso, varios autores se aventuran a explorar en qué medida la democracia y la justicia social están intrínsecamente ligadas, o no.
• Las reglas del proceso. En este caso los analistas ponen el acento en el establecimiento de reglas claras y generales para llevar a cabo el proceso, sin las cuales emerge la posibilidad de confusión en la toma de decisiones, que no se apega a un marco jurídico que asegure que son decisiones democráticas. Estos científicos sociales estudian precisamente el aparato jurídico-electoral.
• La estructura de la Constitución. Varios especialistas se dedican a promover cambios en las leyes, de tal forma que posteriormente se puedan dar gradualmente las transformaciones políticas. Le otorgan un peso supremo al derecho como forma de cambio.
• El paso de las lealtades tradicionales a las lealtades públicas. En las sociedades tradicionales, la familia es más importante que el gobierno; en este sentido es necesario que se produzca una transición a valorar de mejor manera la lealtad al gobierno con el fin de lograr beneficios para la sociedad como un todo y no solamente para el núcleo familiar.
• La importancia de la deliberación entre seres racionales. Sus promotores entienden la deliberación como la concepción más de avanzada sobre la democracia. Los individuos son considerados seres racionales iguales entre sí, capaces de dialogar y debatir con sus pares. Sobre todo, aptos para formular razones que los demás puedan aceptar como válidas para tomar decisiones conjuntas.
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