Enrique Garcés de los Fallos - Cartas desde el abismo

Здесь есть возможность читать онлайн «Enrique Garcés de los Fallos - Cartas desde el abismo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Cartas desde el abismo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Cartas desde el abismo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"…tirada en cualquier sitio en donde dejo deambular mi muerte, mientras espero papelinas que aborten cualquier sentimiento de vida…" esta premonitoria frase es el portal que nos conduce a ser testigos de una senda de amor, drogas y destrucción.Nos adentramos en la mirada de Javier, un psicólogo que recibe cartas de María, su antigua alumna y paciente a la que le une un vínculo muy especial. Va observando con impotencia la espiral irrefrenable que lleva a María al abismo, donde ni siquiera el amor podrá salvarla. Sentiremos el mágico Uruguay (Punta del Este, José Ignacio, Montevideo…) tan lejano que no podremos salvarla, tan cercano que viviremos en nuestra piel las emociones que atrapan en una espiral de destrucción irremediable.

Cartas desde el abismo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Cartas desde el abismo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La contemplaba con devoción.

Fueron pocos los que apreciaron esa sonrisa. Ella sonreía, más bien reía, y, de vez en cuando, dejaba escapar una mueca que hablaba sin palabras, argumentaba sin sonidos, marcando, sin esperarlo, a quien estaba con ella, desconociendo qué podía suceder a continuación. Una sonrisa dañada por momentos de euforia mal concebidos, o por personas que abusan de su bondad, que no le dan lo que solicita, lo que grita sin que se escuche, lo que desea para poder seguir sintiendo el latido de cosas que para ella tienen un significado, que pocas veces encuentra.

Una sonrisa mágica que terminó por convertir nuestra relación en algo diferente. No había capas que arrancar, cada día comprendíamos que estábamos en una nueva fase, difícil de definir de forma concreta. Por eso llegó un día en el que no supe, o no quise saber, qué era con exactitud lo que me unía a María.

Así fui construyendo los últimos años de mi vida. A través de ella. Por eso, cuando intento definir quién soy, no puedo hacerlo si no es a partir de mi relación con ella, con su rol en mi vida, o analizando cómo camina mi existencia en la senda que he decidido continuar más allá de María.

¿Por qué, sin tenerla presente, hablo tanto de ella cuando debería hablar de mí? Porque en la historia que se relata en las cartas que hilvanaron nuestra relación durante los dos últimos años, adquiero algún sentido si ella existe, si tengo algo que decir en su caminar y, sobre todo, si aprendía de ella. No he dejado de sentir en ningún momento la presencia de su juventud indolente, salvaje y apetecible en una vida que, como la mía, en desuso, optó por un caminar tranquilo, procurando no cometer más errores de los que mi edad había de permitirme.

Es su historia, en forma de cartas llenas de vida, la que me sirvió más allá del intento continuado de aportarle el apoyo que reclamaba. Y al mismo tiempo, estoy convencido que María, sin esperarlo, logró que yo fuese creciendo con más serenidad. Sin embargo, tener que atender a mi nuevo renacer impidió que estuviese más atento a los detalles. Quizás, las veces que ella me anunció nuevas papelinas de terror, nuevos tiros directos al alma, miré en otra dirección.

No es el momento de defenderme ante una acusación inexistente, ante una demanda que ella nunca me habría hecho. Aun así, necesito recordar aquel tiempo, cuando salía de una pérdida imposible, y buscaba en otros cuerpos la resignación del sinsentido, el encuentro con el placer liberador de tantos males. ¿Y yo era capaz de reprochar a María que no fuese más coherente? No he olvidado cuando me transformé en un simple manipulador de almas. ¿Cuántas lágrimas dejé por el camino en mujeres que quisieron amarme y yo me resistía, a pesar de haber tenido sus cuerpos retozando con el mío?

Me resulta tan fácil amar que el pánico a enamorarme ha estado presente desde aquel fatídico día. Por eso he reprimido tantas emociones encontradas, he seguido caminando por la vida, buscando la posibilidad de expandir un presente, sin la urgencia que me habían enseñado desde que era un niño. Comprendí que debía dejar que la vida me viviera, porque de lo contrario llegaría a abrumarla y, entonces, podría desesperarse conmigo. Algo así me estaba sucediendo cuando María me encontró.

De esta forma llegué al último instante con ella. Acudió a mi despacho para despedirse, porque en breve iniciaba una nueva aventura profesional y personal. Se marchaba a Uruguay a trabajar en una asociación de adolescentes inadaptados. Mientras hablábamos de las cartas que nos escribiríamos para seguir manteniendo el contacto, nos dimos el que sería nuestro último abrazo. De nuevo los breves, eternos segundos de dos cuerpos unidos, saciando el deseo de unas almas mudas, temerosas, demasiado perdidas.

Desde entonces, recordé cada día con obsesión cuando nuestros cuerpos se fundieron, abarcados por unos brazos que hubiesen deseado no desunirse nunca. Sentí algo más que el cariño entre amigos.

Lo único que puedo afirmar es que aquellas almas no se saciaron.

febrero de 2018

—Si prefieres que sea ese el contacto, sabes que estaré de igual forma y lo haré como planteas —afirmé.

—Utilizaré el correo electrónico, fotos que te enviaré por WhatsApp, Instagram o Facebook, o por el medio que sea. Pero serán cartas escritas a mano —sonrió.

—Y yo te contestaré a través de una carta, ¿correcto? —Pregunté aún sorprendido por no preferir algún otro medio más inmediato.

—Tú puedes hacerlo de otra forma —hizo una pausa—, aunque a mí me gustaría ver las palabras tal cual salen de tu mano.

—No cambiarás nunca —sonreí—. Más personal. ¿Se trata de eso?

—Eso también. Tengo la sensación de que podré interpretar mejor tus respuestas, y de la misma manera te sucederá a ti. Así veremos nuestras palabras como en realidad son, y no de una forma impersonal y vacía.

—¿Y Skype, en algún momento, para vernos las caras?

—Puede ser, si bien piensa que, entre los cambios horarios entre España y Uruguay, mis ocupaciones y las tuyas, poder coincidir será casi imposible —rió con la dulzura que recordaba desde que la conocí—. De todas formas, está esa posibilidad y el teléfono, claro.

—Vale, recrearemos una nueva forma de comunicarnos —reí, mientras la abrazaba—. Una relación epistolar como las que se mantenían en siglos pasados —ambos sonreímos y ajustamos más ese abrazo para que fuera de los que alimentaran nuestras almas.

Sabía que era el último, antes de que marchara, y quería retenerla junto a mí el máximo tiempo posible. No era igual que otras veces, desapareciendo para volver a aparecer meses después. Ahora, caso de reaparecer, quizás sería después de mucho tiempo, y lo que quedara de nosotros, a pesar de que fuera con cariño, ya no permitiría tales abrazos. Sí, merecía el esfuerzo tenerla a mi lado, sentir a través de su cuerpo su fortaleza y debilidad, su cercanía y distancia, su amor e indiferencia, en definitiva, lo que ocurría alrededor de su vida.

Así se marchó de mi despacho, habiéndome pedido antes que no dejara de estar en contacto con ella. No lo planteó de manera explícita, sé que deseaba tenerme cerca para poder contarme sus momentos de angustia, aquellos en los que pudiese caer. Saber que, como había ocurrido en los años anteriores, podría escribir en una carta lo que sintiera, y que ésta llegaría a mí para ayudarle. Nunca le fallaría, le propondría posibles soluciones, alternativas, consejos o lo que necesitara en cada momento.

Sabíamos que mis respuestas no serían demasiado relevantes, aunque le hiciesen pensar cuando las pusiera frente a ella, y no estuviese de acuerdo con lo que me planteara. Después de asumir mi enfado, volvería a actuar en libertad. Siempre había sido así. Tenía la certeza de que estar ahí, al otro lado, le procuraría la tranquilidad y serenidad que necesitaba. Por eso no dejé de responder ninguna de sus cartas, todas escritas a mano y, tras fotografiarlas, enviadas a su móvil, para que mi respuesta no se demorase, a pesar de que ella no mantenía la misma inmediatez. Sé que no podía.

Esa fue la razón de querer reunir todas las cartas que me envió desde Uruguay, prescindiendo de mis respuestas, ya que éstas en sí no eran relevantes. Lo importante era lo que ella quería expresar porque, como alguna vez habíamos discutido, no se trataba de que le corrigiera nada, sino la necesidad de sentirme a su lado mientras intentaba construir una vida. Eso es lo que delatan esas cartas, el enorme esfuerzo por hacer crecer su vida.

¡Aquel día!

—No soy nadie y no sé qué hago enfadándome contigo —argumentaba una noche en la que describía sus excesos en una fiesta reciente, consumiendo varias drogas y mucho alcohol.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Cartas desde el abismo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Cartas desde el abismo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Cartas desde el abismo»

Обсуждение, отзывы о книге «Cartas desde el abismo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x