Terry Brooks - El último viaje

Здесь есть возможность читать онлайн «Terry Brooks - El último viaje» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El último viaje: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El último viaje»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Las fuerzas del bien y del mal se enfrentan en una épica batalla final. La lucha contra Ilse la Hechicera ha pasado factura a los héroes de las Cuatro Tierras. Ahora, su adversario más oscuro les pisa los talones: con una flota de aeronaves tripuladas por muertos vivientes, el poderoso hechicero Morgawr persigue a la Jerle Shannara para hacerse con los legendarios libros de magia y destruir a la discípula que lo traicionó, Ilse. La hechicera, prisionera de su propia mente, recurrirá al enorme poder de la espada de Shannara, pero las cosas no saldrán como había previsto, y el destino de las Cuatro Tierras se decidirá en una épica batalla entre las fuerzas del bien y del mal.

El último viaje — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El último viaje», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Rue Meridian echó un vistazo a su alrededor, el día se iluminaba, y observó las ruinas que había en tierra mientras sus esperanzas de proseguir con la búsqueda se evaporaban.

—¿A cuánta distancia los tenemos?

—No llega a media hora. Tenemos que salir de aquí. Si te atrapan en la Fluvia Negra sola, estás perdida.

La piloto lo miró unos segundos sin mediar palabra, bullía de rabia y frustración. Comprendía la necesidad de huir, pero nunca había llevado bien permitir que la obligaran a hacer nada. Su instinto le decía que se quedara y presentara batalla, no que huyera. Detestaba dejar en la estacada por enésima vez a quienes buscaban, abandonarlos a una suerte incierta a manos, no solo de los mwellrets e Ilse la Hechicera, pero ahora también a las de esta nueva amenaza. ¿Hasta cuándo aguantarían solos? ¿Cuánto tiempo pasaría antes de que ella regresara y les ofreciera ayuda?

—¿Cuántos son? —preguntó.

El jinete alado sacudió la cabeza.

—Más de una veintena. Demasiados, Rojita, para enfrentarnos a ellos.

Tenía razón, por supuesto. En todo. Debían abandonar la búsqueda y huir antes de que los intrusos los vieran. Con todo, no podía evitar presentir que Bek y los demás estaban ahí abajo. Una parte de ellos, al menos, aguardaba a que les llegara algo de ayuda. No podía evitar sentir que lo único que necesitaba era un poco más de tiempo. Unos cuantos minutos más serían suficientes.

—Dile a Po Kelles que monte guardia por nosotros —ordenó—. Busquemos un poco más antes de parar.

El otro se quedó estupefacto. La joven sabía que no tenía ningún derecho a darle órdenes y el jinete se debatía entre hacérselo notar o no. También sabía que comprendía cómo se sentía.

—El tiempo también está cambiando, Rojita —dijo con tacto mientras se lo señalaba.

Así era. Nubarrones oscuros se acercaban desde el este, empujados por los vientos de la costa, y tenían un aspecto amenazador incluso desde la distancia. Se sorprendió de no haber reparado en ellos antes. La temperatura también había bajado. Se acercaba un frente y venía acompañado de tormenta.

Rue Meridian le devolvió la mirada.

—Intentémoslo, jinete alado. Hasta que podamos. Les debemos eso, como mínimo.

Hunter Predd no necesitaba preguntar a quién se refería. Asintió.

—De acuerdo, nómada, pero ten cuidado.

Bajó de la cabina del piloto de un salto y corrió por cubierta hasta la borda de popa, donde saltó. Obsidiano ya se había colocado donde lo necesitaba y, en cuestión de segundos, ya volaban hacia Po Kelles para avisarlo. Rue Meridian viró la nave hacia las ruinas, se adentró en ellas y escudriñó entre los escombros.

Entonces se le ocurrió, de forma un tanto repentina y sorprendente, que pilotaba una aeronave enemiga y los que estaban en tierra no sabían que era ella. En lugar de salir y quedar al descubierto, se esconderían todavía más. ¿Por qué no se había dado cuenta antes? Si lo hubiera hecho, quizá habría ideado el modo de comunicarles sus intenciones. No obstante, ahora ya era demasiado tarde. Tal vez, la presencia del jinete alado indicaría a cualquiera que mirara al cielo que no se trataba de Ilse la Hechicera. Quizá, comprenderían lo que trataba de conseguir.

«Solo unos minutos más —no dejaba de decirse—. Dadme unos minutos más».

Y tuvo esos minutos, y unos cuantos más, pero no divisó ni un solo indicio de que hubiera alguien. Los nubarrones se aproximaron y taparon el sol. El ambiente se tornó tan gélido que, aunque se cubrió con la capa, no dejó de temblar. El paisaje se llenó de sombras y, allá donde miraba, todo tenía el mismo aspecto. Seguía buscando, determinada a no rendirse, cuando Hunter Predd se colocó justo enfrente de ella y le hizo señales.

Se volvió para mirar. Dos docenas de aeronaves habían aparecido entre la penumbra; eran motas negras en el horizonte. Una encabezaba a todas las demás: la perseguida que, por su silueta, supo que se trataba de la Jerle Shannara. Po Kelles ya volaba a lomos de Niciannon hacia la nave y Hunter Predd le indicaba a la piloto que virara hacia el este y se dirigiera a las montañas. Tras echar un último vistazo hacia abajo, eso hizo. La Fluvia Negra dio una sacudida cuando tiró con fuerza de las palancas de dirección y la oleada de energía pura de las pasaderas de radián llenó los tubos de disección y los cristales diapsón. La aeronave se estremeció, se enderezó y cobró velocidad. Rue Meridian oía los gritos de la tripulación encarcelada de la Federación, pero ahora no tenía tiempo para ellos. Habían elegido su bando y ahora tenían que aceptar las cosas tal y como eran, les gustaran o no.

—¡Silencio! —chilló, no tanto a los hombres, sino al viento que le azotaba los oídos, burlón y agresivo.

Voló hacia las montañas a toda velocidad; su rabia era un catalizador que la predisponía tanto a luchar como a huir.

8

Durante las horas oscuras y frías que precedían a la madrugada, Quentin Leah enterró a Ard Patrinell y a Tamis. No disponía de una herramienta para cavar con la que abrir una tumba, así que los metió en la trampa para abominasquiones y la llenó de rocas. Le llevó mucho tiempo encontrar las rocas en la negrura y luego trasladarlas hasta el hoyo, a veces desde muy lejos, para colocarlas donde debía. El agujero era profundo y no se cubría con facilidad, pero se empeñó en terminar el trabajo, incluso después de que su cuerpo estuviera tan exhausto que se quejaba con cualquier movimiento que hacía.

Cuando hubo terminado, se arrodilló junto al túmulo agreste y les habló para despedirse como si todavía vivieran. Les deseó que encontraran la paz, les dijo que esperaba que ahora estuvieran juntos y les comunicó lo mucho que se les echaría de menos. Una elfa rastreadora y un capitán de la Guardia Real, malhadados en todos los sentidos de la palabra, quizá se habrían reencontrado donde fuera que estuvieran. Trató de evocar a Patrinell como capitán antes de su transformación, como un guerrero con habilidades de lucha inigualables, como un hombre de honor y coraje. Quentin no sabía qué les esperaba después de la muerte, pero pensaba que debía de ser algo mejor que la vida y que, quizá, ese algo les permitiría aprovechar las oportunidades perdidas y los sueños rotos.

No lloró, pues ya había derramado lágrimas suficientes. Con todo, se sentía vacío y desamparado; sentía una desolación tan penetrante que amenazaba con aniquilarlo.

Despuntaba el día cuando se puso de pie: por fin había terminado. Fue a buscar la espada de Leah, allí donde la había lanzado al terminar la lucha, y la recogió. Su superficie brillante y oscura no tenía marcas excepto por las vetas de sangre y suciedad. Limpió la hoja con cuidado mientras reflexionaba. Le parecía que la espada le había fallado estrepitosamente. Por muchas propiedades mágicas que tuviera, por muchos logros que se dijera que había cosechado a lo largo de su larga historia de renombre, había demostrado ser de poca utilidad aquí, en esta tierra desconocida. No había sido suficiente para salvar a Tamis ni a Ard Patrinell. No había sido suficiente para permitirle proteger a Bek, a quien había prometido defender pasara lo que pasara. Poco consuelo le ofrecía el hecho de que Quentin hubiera sobrevivido por el simple hecho de poseerla. Le parecía que había comprado su propia vida a costa de la de otros. No creía merecerlo. Se sentía muerto por dentro y dudaba de si algún día volvería a sentir algo más.

Envainó la hoja y se colgó la espada a la espalda. El sol había coronado el horizonte y tenía que decidir qué haría ahora. Encontrar a Bek era la prioridad, pero para conseguirlo debía abandonar el amparo que le ofrecía el bosque y regresar a las ruinas de Bastión Caído. Eso significaba arriesgarse a volver a toparse con escaladores y abominasquiones, y no sabía si sería capaz. Lo que sí que sabía era que necesitaba alejarse de este pozo de muerte y decepción.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El último viaje»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El último viaje» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El último viaje»

Обсуждение, отзывы о книге «El último viaje» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x