Hermes Trismegisto dijo: “Abajo es como arriba, y arriba es como abajo...” En realidad, lo de abajo no es idéntico a lo de arriba, se trata sólo de una analogía, de una correspondencia. Si sabemos interpretar todas las relaciones que existen entre los seres y las cosas descubrimos toda una ciencia que podemos utilizar para comprender las cuestiones más importantes de la vida. En el Paraíso, Adán y Eva no debían comer del Árbol del Conocimiento del Bien y de Mal para no morir. Y lo mismo nos sucede a nosotros: nosotros también debemos rechazar ciertos alimentos para no morir.
Astrológicamente, la muerte corresponde a la constelación de Escorpio. El escorpión tiene un comportamiento extraordinario: cuando se siente en peligro se mata a sí mismo voluntariamente. El discípulo debe poseer las cualidades del escorpión y estar dispuesto a matarse a sí mismo, simbólicamente hablando. Todos los verdaderos alquimistas tienen a Escorpio en el ascendente. Escorpio es el signo que rige los cambios, la muerte, y también las pasiones sexuales; está relacionado con los órganos de la generación. Tauro, que es la constelación opuesta a Escorpio en el círculo del Zodíaco, influencia la garganta y la boca. Escorpio (
) y Tauro (
) están relacionados8: podéis observar, por ejemplo, que los que cometen excesos en el terreno sexual tienen, a menudo, una voz ronca y cascada.
Existen relaciones semejantes entre los signos astrológicos opuestos, y ¡cuántos descubrimientos interesantes podríamos hacer si nos parásemos a estudiar en detalle todos los signos en relación con los órganos que les corresponden! 9
Aries (
), que rige la cabeza, está relacionado con Libra (
), que rige los riñones.
Géminis (
), que rige la región de los pulmones y de los brazos, está relacionado con Sagitario (
), que rige los muslos.
Cáncer (
), que rige el estómago, está relacionado con Capricornio (
), que rige las rodillas.
Leo (
), que rige el corazón, está relacionado con Acuario (
), que rige la parte inferior de las piernas.
Virgo (
), que rige el plexo solar y los intestinos, está relacionado con Piscis (
), que rige los pies.
En otra ocasión estudiaremos algunas de estas relaciones.*
* Para las relaciones entre los pies y el plexo solar, ver cap. VI: “El misterio de los dos peces y de los cinco panes”, y cap. VII: “Los pies y el plexo solar”.
Según la Ciencia iniciática, como ya hemos visto, el hombre está constituido por varios cuerpos, que son: el cuerpo físico, el cuerpo astral, el cuerpo mental inferior, el cuerpo mental superior (o cuerpo causal), el cuerpo búdico y el cuerpo átmico.
Lo que hace, pues, un total de seis cuerpos que están relacionados entre sí de la manera siguiente: al cuerpo átmico (la omnipotencia divina) le corresponde el cuerpo físico (los actos humanos), al cuerpo búdico (el amor divino) le corresponde el cuerpo astral (los sentimientos humanos), y al cuerpo causal (la sabiduría divina) le corresponde el cuerpo mental (los pensamientos humanos). Quizá os extrañe que a veces os hable solamente de 3 principios : el corazón, el intelecto y la voluntad, otras veces de 4 : el corazón, el intelecto, el alma y el espíritu, y ahora de 6. Sí, podemos también utilizar las divisiones en 8, 10, 12… No os desorientéis por eso; son formas diferentes de explicar las cosas y, según las necesidades, podemos escoger un esquema explicativo u otro. Rápidamente, sin entrar en los detalles, podemos decir lo siguiente a propósito de todas estas divisiones:
el 1, es el principio único, el comienzo de todo, la Causa primera, el Ser supremo;
el 2, es la manifestación del 1 que se polariza en masculino y femenino, en activo y pasivo;
el 3, son el principio masculino y el principio femenino que se han asociado para crear un hijo. Son también el amor y la sabiduría que se unen para dar nacimiento a la verdad;
el 4, son los 4 estados de la materia, los 4 elementos (tierra, agua, aire, fuego), los 4 puntos cardinales;
el 5, es el hombre, la estrella de 5 puntas, el pentagrama con las 5 virtudes: amor, sabiduría, verdad, justicia y bondad;
el 6, es el reflejo del 3, la simetría del 3 en los 2 mundos, el reflejo del mundo superior en el mundo inferior;
el 7, es la conexión de los 6 con un centro que les une, les alimenta y les da la fuerza;
el 8, es la repetición del 4;
el 9, son los 3 principios repetidos en los 3 mundos, físico, espiritual y divino.
Pero volvamos al esquema de los seis cuerpos: os muestra cómo el que es capaz de morir a las acciones inferiores nacerá en el mundo de las acciones divinas; que el que muera a los sentimientos inferiores nacerá en el mundo de los sentimientos superiores; y que el que muera a los pensamientos inferiores nacerá en el mundo de los pensamientos superiores.
Este esquema es de una gran sencillez, pero contiene y resume una ciencia extraordinaria. Tendremos la ocasión de referirnos a menudo a él a lo largo de las próximas conferencias.
Habéis observado que en estos grandes círculos figuran para cada cuerpo dos pequeños círculos. Es un punto muy importante. En la literatura esotérica sólo encontraréis explicaciones sobre eso para el cuerpo etérico, que es el doble del cuerpo físico. El doble etérico penetra al cuerpo físico y le aporta la vida, la sensibilidad. Si la conexión que une al cuerpo físico con su doble etérico se corta, el cuerpo físico ya no es más que un cadáver. Conocéis el relato de la resurrección de Lázaro en el Evangelio de san Juan. Las hermanas de Lázaro, Marta y María, enviaron a decir a Jesús que su hermano estaba enfermo. Tres días después Jesús dijo a sus discípulos: “Lázaro, nuestro amigo, duerme; pero voy a despertarle...” Cuando Jesús llegó a Betania le anunciaron que Lázaro había muerto, y Jesús resucitó a Lázaro; pero sólo pudo resucitarle porque su cuerpo etérico no se había separado aún de su cuerpo físico; si no, no habría sido posible, y por eso había dicho: “Lázaro duerme, pero yo voy a despertarle...” 10
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