He ahí pues, mis queridos hermanos y hermanas, la utilidad de las salidas de sol. Y si seguís yendo cada mañana con mucho amor, con mucha devoción, comprenderéis que el sol es verdaderamente... ¡una magnífica persona! Sí, sí, os lo aseguro, es alguien muy distinguido, muy bien vestido, muy rico, muy desinteresado. Verdaderamente, ¡hasta os diría que es alguien perfecto!... ¿Encontráis que ésta es una curiosa forma de hablar del sol? Quizás, pero emplearé todos los medios para que me comprendáis.
¿Y sabéis que el sol también hace yoga? sí, todos los yogas. Por ejemplo, el Karma-yoga, el yoga de la acción desinteresada, lo practica: da, da sin esperar recompensa, no quiere ni pago ni agradecimiento, da gratuitamente. Es más, los Iniciados descubrieron el Karma-yoga mirando el sol: vieron que lo da todo gratuitamente, haciendo que todo germine y crezca, alimentando al mundo entero, y que es justamente en su generosidad donde encuentra su felicidad. ¡Ahora nos toca a nosotros practicar, como él, este gran y excelente yoga, el Karma-yoga!
¡Y el sol también practica el Jnani-yoga, el yoga del conocimiento! Mira, observa, lo conoce todo; nada está oculto para él porque envía sus rayos como la luz de un proyector, de un proyector extraordinario que ilumina hasta 150 millones de kilómetros, y nos ve.
Y el Bhakti-yoga, el yoga del amor y de la devoción, también lo practica porque adorando a su Creador, hace bien su trabajo. Vive sin cesar en una tal efervescencia y en una tal adoración que su luz, su amor y toda su gratitud para con el Eterno se manifiestan con ardor a través del espacio llegando hasta nosotros.
Y el Kriya-yoga, ¿dónde lo encontraréis mejor que en el sol, puesto que es el yoga de la luz? Ser luminoso y radiante, proyectar luz a su alrededor, ¡el sol no hace más que eso! Y puesto que lo logra perfectamente, puesto que es un maestro de este yoga, tenemos que ir a instruirnos con él.
¿Y el Agni-yoga, el yoga del fuego? ¡Pero si el fuego es él! Es el que distribuye el fuego con el que todo el mundo puede encender su corazón, su hogar, su vela. El es la perfecta encarnación del Agni-yoga.
En cuanto al Chabda-yoga, todavía mejor, ¡puesto que el sol es el Verbo! Todavía no se ha comprendido que el sol canta; sí, canta, habla, explica, pero todavía no se ha conseguido oírle. Desde hace poco tiempo, apenas algunos sabios tratan de descifrar las ondas sonoras que salen del sol; con sus aparatos ya han captado ciertos sonidos pero todavía no han llegado a comprenderlos... Existe una música que sale del sol, la más bella de todas las músicas. El sol habla, canta, crea... Un día los astrónomos podrán grabar la música del sol y de los planetas...
Me diréis: “¿Y el Hatha-yoga? ¿No lo practica?” ¡Ah! Me parece que, en efecto, ha ignorado este yoga y ha dejado para los humanos el trabajo de doblarse, contorsionarse, replegarse... sin embargo, dicen que sale y se pone... No lo hace muy rápidamente, no tiene prisa, ¡pero son, de todas formas, pequeños ejercicios de Hatha-yoga!
Esto es lo que os quería decir hoy, mis queridos hermanos y hermanas; es algo muy breve, pero importante. Cuando miráis el sol, vuestra alma toma la forma del sol. Pronto os explicaré cómo mirarlo y os diré en detalle lo que es el sol. Porque el sol es todo un mundo, un mundo con seres, con viviendas, con palacios, con árboles, con ciudades, con océanos... ¡un mundo con una cultura que supera todo lo que os podáis imaginar! Es la tierra más bella, es la Tierra de los Vivos de la que hablan los Salmos cuando dicen: “Caminaré ante el Eterno en la Tierra de los Vivos...” 6 Los Vivos son los seres inmortales, eternos, los que ya viven en la luz... Viven en el sol, y son ellos los que nos envían la luz. El sol es un mundo extraordinario, poblado de ángeles, de arcángeles, de divinidades. Desde el sol van a visitar los otros planetas para trabajar, para ayudar a las criaturas, y después regresan... Es toda una organización increíble... E incluso, a menudo, seres muy inteligentes y muy bellos, muy poderosos, vienen hasta aquí para visitarnos.
¿Creéis que el universo es una máquina absurda, sin alma ni inteligencia...? No, ¡todo es inteligente en el universo, todo está vivo, todo es sensato, todo es bello! ¿Cómo lo sé?... Yo no tengo el don de los videntes o de los cartománticos para deciros lo que hay en vuestros bolsillos, cuántos hijos ilegítimos tenéis, o cuántas deudas: esto no me lo pidáis, no lo sé, ni me interesa. Pero lo que sí veo es esto: un universo poblado por criaturas muy inteligentes, muy bellas, muy poderosas; vienen, se van, transmiten mensajes, aportan ayuda... Por todas partes, por todas partes, en las piedras, en las plantas, en los animales, en las aguas, en las estrellas, hay seres que trabajan sin cesar...
Poco a poco vais a tener una idea de lo que es el Surya-yoga, el yoga del sol. Si verdaderamente lo practicáis con todo vuestro corazón, no puede dejar de ayudaros; porque el sol es el alimento más sustancial, el más necesario para nuestra época. En el futuro, el mundo entero extraerá del sol fuerzas, calor, amor, ánimo. Abandonarán también las otras fuentes de energía, porque ya empiezan a agotarse, y todos se dirigirán hacia la fuente inagotable. Gracias a la energía solar, se iluminarán las ciudades, nos calentaremos, viajaremos, y hasta nos alimentaremos con la luz del sol, haciendo alimentos con ella.
Buenas tardes, mis queridos hermanos y hermanas. Procurad pensar en el sol más que en todas las cosas que os arrastran hacia la periferia, en donde sois siempre mordidos, aplastados... Dirigíos hacia el sol, hacia la unidad, hacia la simplicidad, ¡hacia la claridad!
Bonfin, 31 de julio de 1967 (por la tarde)
3El amor más grande que la fe, Col. Izvor n° 239, cap. IV: “Tu fe te ha salvado”.
4El Libro de la Magia divina, Col. Izvor n° 226, cap. XIII: “La mirada”.
5“En espíritu y en verdad”, Col. Izvor n° 235, cap. III: “La conexión con el centro”.
6Los Frutos del Árbol de la Vida – La tradición cabalística, Obras completas, t. 32, cap. XX: “La Tierra de los Vivientes”.
III
Nuestro Yo superior habita en el sol
Debéis saber que hemos venido a la tierra para evolucionar y que, por consiguiente, no hay nada más importante que trabajar sobre nosotros mismos para mejorarnos; ésta es la base de nuestro éxito, de nuestro futuro, de nuestra felicidad. Fuera de este trabajo, no hay que esperar nada...
Y ahora, puesto que estamos ocupándonos del sol, hoy también añadiré algunas palabras... Os he dicho, a menudo, que teníais que prepararos ya desde el día anterior para la salida del sol: no comer demasiado, no acostaros demasiado tarde, no hacer nada que sea susceptible de preocuparon o de atormentaron al día siguiente, sino arreglar todas las cosas de forma que podáis estar libres, con el pensamiento límpido y el corazón en paz, sin tener nada que resolver, que lamentar o que reparar. Esto es muy importante.
Y así, en este reposo, en esta paz, lentamente, suavemente, empezáis a meditar, sin concentraros de manera inmediata e intensa en el sol. Echáis primero una mirada en vuestro fuero interno para ver en qué estado se encuentran sus habitantes, si hay ruidos, barullos, revoluciones, y procuráis serenarlo y equilibrarlo todo, porque sólo después de haberos liberado, después de haber instalado la armonía y la paz en vosotros, podéis proyectaron hacia el sol, imaginarlo como un mundo maravilloso, poblado por las criaturas más perfectas, por unos seres absolutamente luminosos, que viven en la inteligencia sublime, en el amor absoluto, en la pureza absoluta, y pensar que allí arriba reinan un orden, una cultura, una civilización que sobrepasan toda imaginación...
Anteayer os decía que allí arriba existen ciudades enteras, palacios, montañas... y estabais asombrados, horrorizados. “¡Cómo!, ¡esto es algo insensato!, ¿cómo pueden vivir seres en este calor, en este fuego?” Pero ¿qué conocéis vosotros de las posibilidades de la vida, de las condiciones en las que ésta puede aparecer, mantenerse y desarrollarse? La vida está difundida por todas partes en el universo, ¿por qué no en el sol? Evidentemente son unas condiciones inimaginables para los humanos y, de momento, nadie querrá creerme... Entonces, hay que verificarlo. Por eso, preparaos para ir a verificarlo: cada uno hará personalmente estas verificaciones, ya no hay que creer a los demás, ni escuchar historias, ¡ahora hay que equiparse para ir de excursión hasta el sol! “¿Pero cómo?, diréis. No hay aviones, ni cohetes para ir allí...” Es cierto, pero el señor nos ha dado todos los aparatos, todos los medios necesarios: ¿no tenemos, acaso, el pensamiento y la imaginación, que son unos poderes formidables? Con el pensamiento y la imaginación vamos directamente al sol.
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