1 ...8 9 10 12 13 14 ...43 Características del agarre correcto
La cabeza del bebé debe encontrarse a la altura del seno, alineada con su cuerpo, y este ha de estar bien pegado al de la madre. La boca debe estar abierta en su máxima amplitud, con los labios evertidos. El mentón del bebé estará en contacto con la porción inferior del seno, la nariz puede quedar despegada pero cerca de la porción superior de la areola. La lengua envuelve al pezón por debajo, para permitir que los movimientos peristálticos extraigan la leche depositada en los senos galactóforos. La succión inicia con un ritmo rápido (nibbling o chupeteo) que estimula el reflejo de eyección de la leche, y posteriormente se hace más pausado y profundo. No deben escucharse sonidos de chasquido. Las mejillas se observan redondeadas y sin hoyuelos. Se puede observar el movimiento amplio del maxilar inferior hacia arriba y hacia abajo, que indica que la boca del bebé se está llenando de la leche que después será deglutida. Algunas veces, se alcanza a escuchar la deglución, pero esto no es exclusivo de un agarre adecuado. El pabellón auricular se desliza ligeramente con cada movimiento mandibular. Lo más importante es que la madre no sienta dolor en el pezón ni sensación de pellizco en él. El pezón no debe salir aplanado o deformado cuando el bebé termina la toma. El bebé suelta el pezón espontáneamente cuando se siente satisfecho.
Señales precoces de hambre
Se debe enseñar a la madre a reconocer tempranamente cuando el bebé tiene hambre, para que ofrezca el seno en este momento y no espere a la aparición del llanto, que es un signo tardío de hambre, y que se acompaña de irritabilidad, lo cual va a hacer más difícil el agarre correcto del bebé. La madre debe, entonces, estar atenta al aumento de actividad de su hijo, como los movimientos rápidos de los ojos; la aparición de movimientos de búsqueda, girando la cabeza a ambos lados y abriendo la boca; o el tacto, en ocasiones, de la boca con las manos; también pueden chasquear la lengua e incluso pueden emitir quejidos suaves. Si se han perdido estas señales, y el bebé se torna ansioso, es necesario calmarlo primero antes de ofrecer el seno.
Frecuencia de la alimentación
Para tener éxito con la lactancia, la madre debe ofrecer el seno según la demanda del bebé, es decir, leyendo las señales de hambre que él emite y olvidándose del reloj y los horarios estrictos. En general, la mayoría de los recién nacidos se alimentan 12 o más veces en 24 horas durante los primeros días, teniendo en cuenta que debe ofrecerse el seno mínimo 8 veces en 24 horas. Siempre debe dejar que el bebé suelte espontáneamente, esperar unos minutos y ofrecer el otro seno.
Cantidad adecuada
Como no hay manera de medir con exactitud la cantidad de leche que el bebé extrae en cada toma, es necesario que los padres estén atentos a la diuresis del bebé, asegurándose de que debe estar utilizando entre 6 y 8 pañales en las 24 horas. Tras su uso, los pañalaes deben estar bien mojados; además la orina es clara, y el recién nacido no debe presentar signos de deshidratación. El bebé que está recibiendo suficiente leche recupera su peso del nacimiento alrededor del cuarto o quinto día de vida, y no tiene una pérdida de más del 10 % del peso al nacer, aunque es importante tener en cuenta que, con frecuencia, el peso del nacimiento está sobreestimado, debido a la utilización de líquidos endovenosos en la madre durante el trabajo de parto o la preparación de la cesárea. En general, el recién nacido bien alimentado tiene buen color y su estado general es adecuado, con aspecto sano. Siempre debe recalcársele a la madre que cuanta más leche extraiga el bebé, su cuerpo producirá una mayor cantidad de este alimento, por eso es necesario asegurarse de que el bebé tiene un buen agarre.
Administrar con vaso la leche extraída
Si por alguna razón la madre no puede amamantar, y siempre que no esté contraindicada la leche humana, según el caso, se le debe enseñar a la madre la técnica de extracción manual y almacenamiento de la leche. También se le ha de explicar la manera de administrar el alimento sin usar biberones o chupos, pues estos pueden interferir con la lactancia, debido a que la mecánica de succión con estos implementos es muy diferente al movimiento de protrusión y peristalsis de la lengua que se hace en el seno. En estos casos se recomienda administrar la leche por medio de un vaso, con el lactante semisentado, poniendo el vaso sobre su labio inferior, inclinándolo hasta que la leche toque sus labios, entonces el bebé protruye la lengua para obtener la leche.
Insuficiente cantidad de leche
Esta es una de las dificultades que pueden presentarse con la lactancia, aunque en la mayoría de las ocasiones se trata de la percepción de la madre o la familia y no de una insuficiencia real. Las razones frecuentes por las cuales se puede presentar una disminución en la cantidad de leche son el inicio tardío de la lactancia; la alimentación infrecuente o con horarios rígidos; el hecho de no amamantar durante la noche; el agarre inadecuado; el uso de teteros o chupo; la administración de otros líquidos; la madre con poca confianza en sí misma, deprimida o angustiada; la aversión a la lactancia o el rechazo del bebé. Otras razones, menos frecuentes, son el uso de hormonas contraceptivas, medicamentos diuréticos, un nuevo embarazo, la desnutrición grave en la madre, el uso de alcohol o tabaco, la retención de restos placentarios, la falla hipofisiaria o mamaria, la enfermedad del recién nacido y la presencia de anomalías congénitas que afecten el aparato oral del bebé.
Contraindicaciones de la lactancia
Son muy pocas las situaciones en las que realmente está contraindicada la lactancia (tabla 1).
Tabla 1. Contraindicaciones de la lactancia
No se lo amamanta ni se le administra leche humana |
• Infección por virus linfotrópico tipo I o II.• Brucelosis no tratada.• Infección por VIH.• Tuberculosis activa no tratada.• Uso de alcohol o sustancias sicoactivas.• Uso de antineoplásicos, fenindiona, amiodarona, derivados del ergot y yoduros.• Galactosemia.• Fenilcetonuriaa.• Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arcea. |
No se lo amamanta, pero es posible darle leche materna extraída |
• Lesiones por herpes en el pecho.• Infección por varicela.• Infección por influenza H1N1. |
No se contraindica |
• Infecció por SARS-CoV-2 (covid-19) [2], [3].• Infección por citomegalovirus.• Tabaquismo. |
a En estas patologías podría permitirse la leche humana en pequeñas cantidades si se hace una adecuada monitorización de los niveles en sangre. |
Problemas frecuentes en la lactancia
Pechos llenos
Sucede entre el tercer y el quinto día posparto. Es una situación normal y transitoria. La madre siente sus pechos pesados, calientes, duros; puede sentirse incómoda. En este caso es importante corregir el agarre y aumentar la frecuencia de las tomas. Mejora con el ajuste de la producción a las necesidades del bebé
Congestión mamaria
Es bilateral. Se presentan los senos hinchados, dolorosos y edematosos, con la piel brillante, puede verse enrojecimiento difuso y hay fiebre ocasional. Los pezones se observan estirados y aplanados, lo que dificulta el agarre. Está causada por agarre inadecuado y succión inefectiva. La solución es mejorar el agarre, incrementar frecuencia de las tomas y, si es necesario, realizar extracción manual para favorecer el vaciamiento de la glándula. La aplicación de compresas calientes antes de la toma y de frío local después de esta puede ayudar a mejorar los síntomas.
Obstrucción del conducto
En este caso se presenta tensión o sensación de nódulo en la mama, con una zona de piel enrojecida. Sucede por falla en remoción de la leche en alguno de los conductos o por obstrucción por leche espesa. Mejora al ofrecer el pecho comprometido con mayor frecuencia, realizando un masaje suave en el área comprometida durante la succión y variar la posición del bebé para desocupar todos los lóbulos.
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