También es importante aclarar que la naturaleza del daño que se causaría no es solo físico: puede darse la amenaza de causar daños sicológicos, y la amenaza de estos puede incluso resultar más efectiva que la de causar daños físicos. Finalmente, la manera en que se expresa una amenaza puede hacer una importante diferencia: si es expresada suavemente, puede resultar menos amenazante que si es expresada seria o agresivamente.
Compromisos irrevocables : involucran el establecimiento invariable de un determinado curso de acción, no importa qué, de manera que la culpa de cualquier consecuencia negativa se traslada a la otra parte. Un usuario frecuente de esta táctica contenciosa fue Gandhi: por ejemplo, informaba a las autoridades coloniales británicas que decenas de miles de opositores al régimen colonial en la India iban a llevar a cabo una marcha de protesta, y que continuarían con su marcha no importaba cuán dura fuese la represión en su contra. El compromiso irrevocable consistía en la decisión de seguir marchando, con la cual Gandhi transfería a las autoridades británicas toda la responsabilidad moral de decidir si intentar o no evitar las manifestaciones y por qué medios tratar de hacerlo. Si el intento llegase a resultar en violencia y derramamiento de sangre, la culpa sería de los ingleses.
Provocar daños serios : es, claramente, la máxima táctica contenciosa, cuyo objetivo es obligar (y ya no solo persuadir) a la otra parte a ceder. Consiste en destruir sus bienes, causar serios dolores físicos o sicológicos y, en el extremo, matar a la otra parte o a personas allegadas a ésta. Como sabemos demasiado bien, el uso de esta táctica contenciosa es muy común. En todos los contextos de las relaciones humanas —parejas, familias, comunidades de varios tipos, naciones, el plano internacional— ,individuos y grupos se causan daños y dolores físicos y sicológicos de manera continua y reiterada. Este es el motivo fundamental por el cual el escalamiento alto de los conflictos llega a ser un problema de extrema gravedad.
Tabla 4.1Resumen de las tácticas contenciosas
Ligeras |
Intermedias |
Pesadas |
Argumentos persuasivos |
Generar sentido de culpa |
Amenazas pesadas |
Halagos no sinceros |
Irritar al otro |
Compromisos irrevocables |
Congraciamiento |
Amenazas serias |
Daños físicos y sicológicos |
Amenazas ligeras |
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¿Qué pasa con quien es objeto de las tácticas contenciosas?
Como ya se ha señalado, el objetivo de la aplicación de tácticas contenciosas es tratar de persuadir y, por último, de obligar a la otra parte a que ceda. Con frecuencia se logra ese resultado y, con él, un desenlace GP: una u otra de las partes que es objeto de tácticas contenciosas simplemente se rinde. Mostramos este proceso en el diagrama del conflicto como sigue:
Donde la parte más alta de la línea del escalamiento, P es el punto en el que la parte que decide hacerlo se rinde. Como puede verse, el punto P es relativamente más bajo que los niveles de escalamiento que pudieran alcanzarse de otra manera, que se indican con la línea punteada.
La rendición no es, sin embargo, siempre la consecuencia de ser el objeto de tácticas contenciosas. En otras ocasiones, la parte que es objeto de ellas simplemente se niega a darse por vencida, no importa cuán pesadas y dañinas se hayan vuelto las tácticas contenciosas que la otra parte aplica. Esa decisión de no darse por vencida responde, en un alto grado, al fenómeno que en el capítulo 2describimos como rigidez de las aspiraciones . Cuanto más rígidas las aspiraciones de una Parte A, menos probable es que, a medida que el conflicto escala, las tácticas contenciosas que aplique la Parte B logren que A se dé por vencida.
Una vez más, estamos frente a los efectos combinados de lo que ocurre de lado y lado. Si la rigidez de aspiraciones de quien es objeto de las tácticas contenciosas es baja, la aplicación de las más ligeras pudiera ser suficiente para que ésta decida ceder y el conflicto, desde su punto de vista, tenga un desenlace PG. Del otro lado, como acabamos de ver, si se aplican tácticas contenciosas ligeras y éstas se enfrentan a un alto grado de rigidez de aspiraciones, lo probable es que suba la intensidad del escalamiento a cada vez mayores niveles, y se incremente también la rigidez de las aspiraciones de las partes. Esta combinación potencialmente letal ocurre, incluso, en imágenes en espejo, con la aplicación de tácticas contenciosas cada vez más pesadas de lado y lado y, al mismo tiempo, la creciente determinación de ambas partes de no ceder, bajo ninguna circunstancia, a raíz de las rigidez de sus aspiraciones.
La rigidez más extrema es alcanzada cuando está amenazada la satisfacción de las necesidades humanas más básicas, como lo señaló John Burton. Cuando las necesidades de un individuo o de un grupo de alimentos, agua, seguridad, etc., están bajo la amenaza de no ser satisfechas, la rigidez de esas aspiraciones puede hacer que sigan peleando hasta la muerte, no importa cuán pesadas sean las tácticas contenciosas que la otra parte llegue a aplicar en su contra.
Otra dimensión interesante del proceso de escalamiento es la serie de transformaciones que ocurren al interior de las partes, y en la relación entre ellas, a medida que avanza el proceso.
Se reconocen cinco tipos de transformaciones, aunque, como se planteará más adelante, es mejor entender que son seis: ligero a pesado, pequeño a grande — que es la transformación que acá se propone debe ser vista como dos distintas— específico a general, pocos a muchos y una creciente voluntad de hacer daño.
Esta transformación está directamente conectada con la progresión de tácticas contenciosas de más ligeras hacia más pesadas. Aunque es posible que una u otra de las partes aplique las tácticas contenciosas más pesadas desde el inicio de un conflicto (en cuyo caso se podría decir que el escalamiento “nace” pesado), lo más frecuente es que la contenciosidad mutua entre las partes se exprese inicialmente a través de tácticas contenciosas ligeras, y se mueva solo gradualmente hacia arriba en la escala de “pesadez”.
La parte A podría, por ejemplo, comenzar por aplicar argumentos persuasivos o una amenaza ligera; luego tratar de hacer que la Parte B se sienta culpable o decir algo hiriente, y posteriormente escalar hacia alguna de las tácticas realmente pesadas. Todos hemos experimentado este tipo de progresión, la cual ocurre, típicamente, si el objetivo primordial de una estrategia contenciosa —conseguir que la otra parte ceda para lograr un desenlace GP— no se está logrando con solo las tácticas ligeras.
La transformación que es generalmente descrita en teoría de conflicto como “pequeño a grande” en realidad involucra dos distintas transformaciones, que es preferible identificar y analizar de manera separada.
Inclusión de otros conflictos (o proliferación de temas)
El término ‘proliferación de temas’ describe el proceso mediante el cual las partes agregan progresivamente más temas en conflicto al proceso de escalamiento. Regresemos al ejemplo de Juan e Isabel. Asumamos que ambos han asumido estrategias contenciosas, y que en consecuencia el conflicto entre ellos ha escalado. Asumamos, además, que la pelea va creciendo en intensidad y se vuelve cada vez más iracunda y agresiva. En ese proceso, Isabel saca a relucir otro antiguo (y no resuelto) conflicto respecto del lugar al que salen a comer con frecuencia, que es el favorito de él, pero no de ella. Juan luego se queja de que ella no deja que las viejas peleas se queden en el olvido. Ella se queja de su mal genio. Y así, sucesivamente. ¿Resulta familiar? Esa es la proliferación de temas.
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