En realidad, independientemente de quién haya introducido la acusación de racismo, y del mérito de ésta, la iniciativa fue bien recibida por muchas delegaciones, entre ellas, las que representaban a países donde la mujer era discriminada. Estos países aceptaron de buena gana la distracción que el ataque al sionismo les ofreció al desviar la atención de la situación de la mujer. 52
Aunado a más de treinta resoluciones, a la hora de la votación final la Conferencia produjo dos documentos principales. La llamada “Declaración de México sobre la igualdad de la mujer y su contribución al desarrollo y la paz” y el “Programa de acción”.
Se esperaba de inicio un Programa mundial de acción, cuyo objetivo fuera fortalecer y aumentar los planes adoptados por la Conferencia en todas las áreas relativas al estatus de la mujer, así como delinear medidas prácticas para obtener estos objetivos. La Secretaría de la Conferencia preparó un esbozo previo, evitando temas controvertidos, a fin de que el plan pudiese ser aprobado por todos sin reservas, como sucedió. 53 El problema principal surgió con lo que se llamaría la Declaración México. El documento final fue escrito en su totalidad por los países en desarrollo, 54de manera que ni las naciones occidentales ni Israel pudieron incidir en su contenido. A través de la Declaración México, la Conferencia fue claramente aprovechada por los países del tercer mundo para demostrar su poder al condenar a Occidente. La condena a Israel y al sionismo fue ligada al imperialismo y al colonialismo, y aumentada por un antisemitismo secreto en muchos de los votantes.
De hecho, como señaló el historiador Bernard Lewis, llama la atención que mientras que la declaración acerca de la igualdad de la mujer condena cuatro veces al sionismo, sólo una vez llama a la eliminación de la “violación, la prostitución, el asalto físico [...] el matrimonio infantil, el matrimonio forzado o el matrimonio como una transacción comercial”. Curiosamente, no hace ninguna referencia a la poligamia o al concubinato. 55
Más aun, cuando la delegada de Nueva Zelanda intentó agregar el sexismo a la lista de males que debían ser eliminados para el bienestar de las mujeres, los comunistas y los latinos se opusieron. Algunos hombres incluso afirmaron no saber qué significaba “sexismo”. 56
La delegación estadounidense, encabezada por Patricia Hutar, trabajó para proponer una resolución alternativa que no causara conflicto. Se logró un proyecto de declaración patrocinado por la República Federal de Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos. Sin embargo, ni siquiera se permitió que esta segunda opción se pusiese a votación en la Primera Comisión. 57
Estados Unidos, enfrentado con el hecho de que votar a favor de los documentos emanados de la Conferencia incluía necesariamente condenar al sionismo, giró instrucciones a su delegación para que votara en contra, instándole a que en conversaciones privadas con otras delegaciones explicase que la razón principal del voto negativo era que las resoluciones introducían el conflicto del Medio Oriente en un foro totalmente inapropiado. 58
La introducción del tema fue “profundamente resentida como una acción manipuladora que se entrometió en una conferencia organizada con el único fin de considerar la situación de la mujer”. 59La Declaración México, con su llamado a la eliminación del sionismo no fue una medida feminista, sino una medida adoptada por delegaciones que representaban a gobiernos, no a mujeres. Muchas otras delegaciones no estuvieron a gusto con la resolución antisionista, pero fueron cautivas de las instrucciones de sus respectivos gobiernos.
Con el pasar del tiempo, además de los americanos, también los franceses y los ingleses verían la acusación de “sionismo-racismo” en la onu como maliciosa y absurda, así como vergonzosa para esa organización. Sin embargo, un alto diplomático de Estados Unidos que formaba parte de la delegación estadounidense en la Conferencia del Año de la Mujer reportó que en su momento, en México, los europeos “no pensaban así”. 60
En efecto, una observadora del momento notó que los delegados europeos se encontraban muy molestos. Habían viajado para asistir a una conferencia sobre la mujer y el tema de sionismo les arruinó la reunión. Hubieran preferido que los israelíes se quedaran callados y dejaran pasar por alto la acusación, para no perder más tiempo en ello, sin embargo los israelíes no lo podían hacer. Con la excusa de darle carpetazo lo más pronto posible, los europeos guardaron silencio. Al disgusto porque Israel “hubiese permitido” que la condena al sionismo acaparara tanta atención, se agregó posiblemente una mezcla de paternalismo y antisemitismo latente. 61
Cuando el tema llegó a la onu, los países europeos tuvieron una postura diferente por dos motivos: por un lado, tanto las organizaciones judías como Israel habían hecho más labor de convencimiento; y, por el otro, en la onu había diplomáticos profesionales que se dieron cuenta del alcance de la acusación. 62
Aída González, coordinadora de la Conferencia, asumió que Israel dejó pasar la censura en la Conferencia en México, y supuso que lo hizo para que así la moción llegara hasta la onu: como la imputación carecía de base moral, su adopción desprestigiaría a Naciones Unidas, invalidando con ello todas sus demás resoluciones en contra de Israel. 63Sin embargo, esta teoría no se sostiene, pues los telegramas de la delegación israelí al Ministerio de Relaciones Exteriores muestran sus esfuerzos por lograr que la alusión al sionismo fuera eliminada. Describen sus encuentros con diferentes delegaciones en la Conferencia y cómo solicitaron al Ministerio que se dirigiera a las embajadas en Israel de los países que estaban apoyando la condena, para convencerlos de cambiar su postura. 64
Aun así, es cierto que en esos momentos Israel estaba siendo atacado desde muchas direcciones, y es posible que no haya apreciado suficientemente la importancia que tenían ni la inclusión de la repobración en este foro, ni el apoyo de los países africanos al asalto contra el sionismo en la Conferencia.
Hubo tres momentos en los que México se pudo haber opuesto o abstenido a condenar al sionismo: en las reuniones preliminares, ante la comisión que redactó el texto y en la votación plenaria. De hecho, México se opuso en la primera ocasión, se abstuvo en la segunda y lo aprobó en la tercera. En efecto, México intentó evitar la inclusión de ese tema cuando Venezuela lo propuso en las reuniones preliminares. Una vez que el texto fue votado a nivel comisión, México se abstuvo de emitir su voto por instrucciones de Rabasa, porque en los párrafos 24 y 26 se incluía una llamada a la eliminación del sionismo, al cual se equiparaba con el colonialismo, el apartheid y la discriminación racial. 65Sin embargo, cuando se aceptó la moción de condena al sionismo, y se presentó a votación plenaria, México no intentó distanciarse de ella.
Una vez incorporadas al texto, las resoluciones antisionistas figuraron en tres votaciones durante la Conferencia del Año de la Mujer en México. México votó a favor en todas ellas.
Primero hubo una votación acerca de si dos párrafos introductorios y dos párrafos operativos en la Declaración México llamarían a la eliminación del sionismo junto con el colonialismo, neocolonialismo, etc. El voto fue de 61 a favor de mantener dentro al sionismo, 23 en contra, y 26 abstenciones. México votó a favor.
La segunda votación fue respecto a la resolución que apelaba a que todas las mujeres proclamaran su solidaridad y apoyo a las mujeres palestinas y al pueblo palestino en su intento por poner fin a las supuestas flagrantes violaciones de derechos humanos fundamentales cometidas por Israel. El voto fue de 66 a favor, 3 en contra y 35 abstenciones. México votó a favor. 66La declaración final de la Conferencia incluía cuatro párrafos que condenaban al sionismo y exhortaban a su eliminación. Fue adoptada con 89 votos a favor, 3 en contra (Israel, Estados Unidos y Dinamarca) y 18 abstenciones. México votó a favor.
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