Con el material digital como conjunto de tecnologías vivas, se están construyendo nuevos mundos que pasan por procesos de conocimiento mutuo y que ponen de relieve las distintas velocidades y formas cognitivas, especialmente el rezago en la velocidad humana por acoplarse y comprender. Esto solo denota un desfase, una situación frente a la cual este libro aporta de manera singular. Identifica ocultamientos, secretos y emborronamientos en el acceso al funcionamiento de la computación. Se trata de un detrás del telón que es desconocido por muchos. Una simbiosis podría emerger entre los productores culturales y las tecnologías computacionales para imbricarlos mutuamente, para conocer los procesos viscerales con los cuales se confecciona el software.
Este libro apunta a analizar el problema del control que ejerce la computación sobre los consumidores culturales cuando estos no conocen los procesos moleculares y originarios de la estructura formal de su lenguaje. ¡Qué situación nos trae el hecho de no poder acceder a su interior! Es como un ecosistema digital que nos acecha y nos sobrepasa, y del cual dependemos cada vez más, desde una posición de usuarios, y ahora desde esta nueva posnaturaleza; una que nos sorprende, una de la cual ya no somos sus productores y de la cual metabolizamos recursos de información y energía para todos los sistemas que producimos: economía, salud, transporte, alimentación, vivienda, comercio, arte y cultura. Esta posnaturaleza, que es el material digital nos produce a nosotros, dentro del régimen de lo artificial donde ya hemos devenido, parte del paisaje diverso y nutrido de dicha evolución tecnológica.
La convergencia de los sistemas digitales con los sistemas biológicos es uno de los temas advertidos por este libro. Lo que permite pensar en cómo las imágenes han cobrado vida, literalmente, incluso cómo las imágenes se han convertido en proceso: hardware, software y wetware . Cada uno de estos tres, expresado en robots situados, algoritmos lineales y no lineales con el advenimiento de la computación cuántica y por último el cultivo de tejidos alimentados por biorreactores en laboratorio o en galería, respectivamente. Esto implica, como lo señala Esteban, que el mundo de la cultura se cruza con el mundo de lo vivo a partir del material digital. Ya no es posible independizar tecnología y biología, y esto nos incluye a los humanos y al resto de la naturaleza, pues todos los sistemas vivos llevan tiempo siendo transformados a través de procesos transgénicos, de simbiogénesis, bioingeniería, biología sintética, y todo ello depende de procesos tecnológicos computacionales.
Es decir que el mundo ya no lo reconoceremos con las claves de la cultura, ya no podremos vivirlo y vivirnos, pues incluso las claves de la vida están siendo modificadas. Ya no será un problema de comprensión e interpretación de código solamente, sino de capacidad o no de existencia vital en el código mismo y sus derivas biotecnológicas artificiales.
En la era de los materiales inteligentes, como el silicio, los nanotubos de carbono, los fullerenos, este libro propone el material digital como aquel con el cual los artistas producen tecno-conceptos y pueden, si profundizan en sus obscuridades, transparencias y posibilidades, generar procesos de crítica y propuestas social y culturalmente significativos. Lo cual es, como hemos explicado, una forma de reflexión sobre los aspectos ambientales que rodean la crisis del cambio climático y de la afectación irreversible de la naturaleza como la conocíamos. El estudio del material digital es un aporte al proyecto poshumano más importante que podríamos tener hacia futuro, esto es, la redefinición de lo que sea la vida natural y artificial.
Iliana Hernández García
Este libro es resultado del proyecto de investigación Material digital y creación artística , y fue presentado como tesis doctoral meritoria para el Doctorado en Arte y Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia. La investigación fue realizada con el apoyo de la Beca Estudiante Sobresaliente de Posgrado (Vicerrectoría Académica UNAL) durante los años 2012 y 2016. Contó con la asesoría inicial de la profesora emérita Ivonne Pini y la doctora María Clara Bernal, dentro de la línea investigación en Historia del Arte de América Latina y Colombia del doctorado.
Posteriormente, fue desarrollada bajo la dirección de la doctora Iliana Hernández García, su guía y revisión crítica permitieron la evolución de los conceptos presentados en este texto. El proyecto fue posible gracias al apoyo de Mario Opazo, Andrés Burbano, Nelson Vergara y David Peña, quienes concedieron acceso constante a sus obras, conocimiento y reflexiones. Sus proyectos creativos son el núcleo de esta investigación y sus obras e ideas fueron el combustible para escribir este libro.
El texto fue desarrollado bajo la revisión y trabajo crítico de Juliana Galvis y se ha favorecido de la lectura y evaluación de Aurelio Horta, Vanina Hofman y Esteban García, quienes ayudaron a afinar la reflexión. El proyecto ha contado con la colaboración y trabajo de Daniela Córdoba, Greissy Roa, Laura Campo y Carolina Medina. Por último, Luisa Fernanda, Juan Manuel y Virginia abonaron el terreno en el cual surgió y se desarrolló este libro.
A todos ellos les agradezco por compartir su tiempo, cariño y conocimiento.
La alfabetización digital y la responsabilidad del arte
Una exploración ágil de los contenidos y posibilidades de un computador de bolsillo convencional, lo que en la actualidad se denomina teléfono inteligente, permite identificar que en él convergen una serie de tecnologías, métodos y lenguajes usados por el hombre para dar sentido al mundo. En este tipo de dispositivos coexisten objetos culturales como los mapas, usados desde la antigüedad, con objetos digitales surgidos en la última década (véase ilustración 1). Así mismo, estos sistemas se han convertido en el principal instrumento para gestionar la mayoría de las comunicaciones sociales, personales o laborales y son utilizados para el consumo de una variedad creciente de contenidos culturales que incluyen: periódicos, películas, música o videojuegos. Es decir, en la actualidad el hombre entiende el mundo a través de un filtro computacional: actúa, se comunica, se organiza y vive dentro de una cultura digital.
Dentro de este panorama, Caminos de la creación digital urde una red de ideas y conceptos alrededor de un nudo concreto de la digitalización al preguntarse: ¿cómo se articulan los procesos de creación con la cultura digital y el sistema tecnológico dónde se gesta? En respuesta, este libro explora la estructura conceptual que subyace a los sistemas digitales de información e identifica la manera en que este tejido tecno-conceptual se relaciona con los sistemas que lo precedieron. También revisa la forma en que esta estructura tecnológica redefine las prácticas creativas contemporáneas y su conexión con otras áreas del conocimiento. Esta investigación surge desde la convicción de que las artes deben abrirse un lugar de importancia en el diseño de los modelos culturales de la digitalidad y de que, para ello, es de gran importancia conocer los sistemas e integrar procesos de alfabetización digital en las comunidades creativas y el circuito artístico.
Ilustración 1.Cronología de los objetos, contenidos y lenguajes culturales disponibles en un computador
Nota: en verde, elementos digitales asociados al teléfono inteligente; en amarillo, elementos de la historia cultural disponibles en este dispositivo; y en rosa, elementos asociados al surgimiento del mundo digital.
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