El negocio del fútbol
© 2021, Óscar Donato y Christian Solano
© 2021, Intermedio Editores S.A.S.
Primera edición, junio de 2021
Edición
María Alejandra Mouthon
Equipo editorial Intermedio Editores
Concepto gráfico, diseño y diagramación
Alexánder Cuéllar Burgos
Equipo editorial Intermedio Editores
Ilustraciones
Laura Angélica Mendoza
Imagen de portada
iStock
Intermedio Editores S.A.S.
Avenida Calle 26 No. 68B-70
www.eltiempo.com/intermedio
Bogotá, Colombia
Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor.
ISBN:
978-958-757-991-8
Diseño epub: Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Agradecimientos AGRADECIMIENTOS Ningún libro se escribe bajo la tutela unipersonal, aunque así aparezca en la portada. En este libro aparecen dos nombres que reconocen y agradecen, en estas líneas, la participación de una serie de personas sin las cuales estas líneas no se habrían escrito, y quizás no tendrían sentido alguno. Agradecemos pues a Nicolás Samper y Juan Manuel Ruiz por sus consejos, paciencia, tiempo y argumentos puestos a discusión para construir cada una de las reflexiones de este libro. A Juan Pablo Meneses que además de inspirar el concepto que aquí exploramos, nos acompañó con sus apreciaciones y diálogos sobre tal ampliación que le dimos a su propuesta. A profesionales del fútbol como Flavio Robatto, Fernando Signorini, Jaime Arroyave, César Castro y Camilo Becerra por su disposición a resolver nuestras más profundas dudas ligadas al funcionar del deporte. También es menester agradecer a Christian Urrego, Wilder Luis, Jonathan Chávez, Kelly Cabana y Sergio Ruiz, amigos cercanos quienes recurrieron constantemente a la honestidad para dejar sus opiniones sobre los diferentes ejes temáticos que tratamos en estas líneas. De igual modo, quisiéramos reconocer a Manuel Prada por su valiosa revisión del manuscrito y a Laura Angélica Mendoza el interés y comprensión en el diseño de las ilustraciones; y si de arte se trata, nuestros más sinceros agradecimientos a Carolina Bejarano, por su apoyo infinito, cálido y mistral, y a Sandra Navarro por soportar estoicamente las rabietas, lecturas incesantes, frustraciones y debates que hicieron posible construir el mejor texto posible. Y por supuesto, a nuestras madres, nuestros padres y hermanos que han visto crecer esta insana obsesión por el deporte más popular del mundo.
Prólogo
Introducción Una nota para el lector
Fútbol moderno y posfútbol
Ronaldinho y otros Poètes maudits
La muerte del 10, la muerte del mito
Muñecos de vitrina
Son datos y hay que darlos
Reducir la incertidumbre
La era de la hiperespecialización
El VAR. Cielos y mazmorras de la justicia
El Chelsea tiene la culpa
Comprando belleza
Unos lentes para leer el posfútbol
Los E–Sports y el fútbol
Futblack-Mirror: el fútbol después del covid-19
¿Réquiem para el fútbol?
Bibliografía
Notas al pie
“Todo ha cambiado: el dinero, el patrocinio, los niveles de condición física de los jugadores, la presencia mediática de los entrenadores, el carácter internacional del juego. Y al mismo tiempo, nada ha cambiado: es el mismo juego, veintidós personas pateando una pelota en el césped, tratando de ganar con habilidad y defenderse con coraje”.
SIMON CRITCHLEY
“Lo que más me gusta del fútbol es la pelota. Todo lo demás, cansa”.
DIEGO ARMANDO MARADONA
Ningún libro se escribe bajo la tutela unipersonal, aunque así aparezca en la portada. En este libro aparecen dos nombres que reconocen y agradecen, en estas líneas, la participación de una serie de personas sin las cuales estas líneas no se habrían escrito, y quizás no tendrían sentido alguno.
Agradecemos pues a Nicolás Samper y Juan Manuel Ruiz por sus consejos, paciencia, tiempo y argumentos puestos a discusión para construir cada una de las reflexiones de este libro. A Juan Pablo Meneses que además de inspirar el concepto que aquí exploramos, nos acompañó con sus apreciaciones y diálogos sobre tal ampliación que le dimos a su propuesta. A profesionales del fútbol como Flavio Robatto, Fernando Signorini, Jaime Arroyave, César Castro y Camilo Becerra por su disposición a resolver nuestras más profundas dudas ligadas al funcionar del deporte. También es menester agradecer a Christian Urrego, Wilder Luis, Jonathan Chávez, Kelly Cabana y Sergio Ruiz, amigos cercanos quienes recurrieron constantemente a la honestidad para dejar sus opiniones sobre los diferentes ejes temáticos que tratamos en estas líneas.
De igual modo, quisiéramos reconocer a Manuel Prada por su valiosa revisión del manuscrito y a Laura Angélica Mendoza el interés y comprensión en el diseño de las ilustraciones; y si de arte se trata, nuestros más sinceros agradecimientos a Carolina Bejarano, por su apoyo infinito, cálido y mistral, y a Sandra Navarro por soportar estoicamente las rabietas, lecturas incesantes, frustraciones y debates que hicieron posible construir el mejor texto posible. Y por supuesto, a nuestras madres, nuestros padres y hermanos que han visto crecer esta insana obsesión por el deporte más popular del mundo.
POR NICOLÁS SAMPER
A la edad de Kauan Basile, la mayoría de los lectores de este libro estaban pensando en –de acuerdo con la época vivida–cambiar algunos envases de vidrio en la cafetería del colegio para obtener un dinero por ellos o imaginando aquel juguete que se quedó en la vitrina porque los padres no pudieron acceder a él. Kauan es un niño de ocho años y juega en las divisiones inferiores de uno de los clubes más grandes de Sudamérica: el mítico Santos que, en medio de su encajonado estadio de Vila Belmiro supo gestionar maravillosos futbolistas de la talla de Pelé y Neymar.
Y Kauan fue noticia hace poco porque Nike, viendo sus tremendas condiciones futbolísticas, decidió hacerle un contrato publicitario de valor desconocido por tres años. Esta postal informativa, que en tiempos de antaño era más recurrente que ocurriera en ámbitos como el cine o la televisión, ya es un asunto corriente en el fútbol. Se están empezando a crear identidades infantiles con aura de estrellas, como les ocurriera en el mundo del celuloide a Mickey Rooney, Drew Barrymore o Macaulay Culkin, con diferentes resultados. En el fútbol ha venido instalándose también desde hace un tiempo esta mecánica: así como hoy existe un Kauan Basile, antes hubo casos similares como los de Neymar, Rodrygo y Messi, que obtuvieron vínculos contractuales con sponsors antes de cumplir los 15. La apuesta, más que por el talento, es por multiplicar el dinero invertido en un niño y que, de paso, como es joven, cargue toda la mochila. La de dólares, pero además la de la presión.
Aunque para una multinacional no será asunto de quiebra poner unos billetes en el muchachito –las ganancias de Nike en el primer semestre fiscal del 2020 alcanzaron, a pesar de la pandemia, los 10 mil millones de dólares–será quiebra para el niño, si es que fracasa en su intento. Una ecuación macabra, malévola, pero ya normalizada y que tuvo como uno de sus máximos referentes a Freddy Adú, al que se le llamó el “nuevo Pelé”, porque descollaba en torneos sub 14 y que terminó siendo un exfutbolista a los 28 años porque simplemente fue mayor la expectativa que la realidad. Obvio, a los 14 años, tiempos en los que era supuestamente incuestionable, firmó un acuerdo de imagen por un millón de dólares. El vínculo se lo acercó Nike.
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