62El rey Carlos V ordenó en 1540 la reunión de una Junta de Consejeros Reales y juristas de prestigio, de la que salieron en 1542 las llamadas Leyes Nuevas de Indias, que determinaron la creación del Consejo de Indias, la fundación de dos nuevas audiencias, la prohibición de la esclavitud de los indios, la moderación en los repartimientos y la prohibición de nuevas encomiendas. También establecían las condiciones del asentamiento de colonos en nuevas tierras y los tributos y servicios que los indígenas debían pagar como súbditos del rey. Las Leyes Nuevas fueron contradichas, sin embargo, por Juan Ginés de Sepúlveda, lo que originó la célebre controversia con Fr. Bartolomé de las Casas, que tuvo su punto álgido en la Junta de Valladolid.
63HERTZ Ansel y NILS LOOSE Helmuth. Dominique et les dominicains. Paris: Éditions du Cerf, 1987, pág. 80.
64MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos... Op. cit., págs. 24-25.
65MEIER Johannes. “Las órdenes…”. Op. cit., pág. 585.
66ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande: hechura y reflejo de nuestra sociedad. Oaxaca: Patronato Prodefensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, 1996, pág. 227.
67Cifras de Paulino Castañeda y Juan Marchena, citadas en BORGES Pedro. Religiosos... Op. cit., pág. 266. En contravía de los dominicos, los jesuitas –estos especialmente– y los capuchinos carecieron prácticamente de obispos, a pesar de su respectiva implantación e influencia social, religiosa y hasta económica. Por otra parte, los franciscanos fueron más del doble de los dominicos y, aunque tuvieron muchos obispos (116), la cifra no iguala a la de los frailes predicadores.
68En total se registran siete órdenes religiosas establecidas en el Nuevo Reino de Granada. La primera, en orden de llegada, fue la de San Francisco (primer intento en 1510-24, establecimiento definitivo en 1549), seguida de los dominicos (1528), los mercedarios (1530), los agustinos (1575 y 1604 para el caso de la rama de los recoletos), los jesuitas (1604), los hermanos de san Juan de Dios (1635) y los capuchinos (1694). Vale aclarar que no todas hicieron una presencia continua durante el periodo colonial, ni alcanzaron a organizarse como provincias; tal fue el caso de los capuchinos y los mercedarios. MANTILLA Luis Carlos, O. F. M. Fuentes para la historia demográfica de la vida religiosa masculina en el Nuevo Reino de Granada. Santafé de Bogotá: Archivo General de la Nación de Colombia, 1997, pág. 9. ISBN: 9789589298695.
69ARIZA Alberto. Los dominicos en Colombia. Op. cit., t. 1, pág. 94.
70Archivo General de Indias (Sevilla). Patronato 27, 16. Citado en Ibid., pág. 120.
71ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 94.
72Ibid., págs. 108-118.
73Ibid., pág. 239.
74MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos... Op. cit., pág. 172.
75Las doctrinas eran centros en los que se reunía a la población indígena para ser evangelizada. Estaban a cargo de un religioso o cura ‘doctrinero’. En un principio, a los blancos y los mestizos les estaba prohibido asentarse en ellas. Sin embargo, a través del tiempo, dada la constante reducción de los indígenas y el mestizaje de la población, muchas de ellas se convirtieron en parroquias de “vecinos”. Estas corresponden a muchos de los actuales municipios colombianos. Otras doctrinas sencillamente desaparecieron.
76ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 226.
77DE LAS CASAS Bartolomé. Apologética histórica, pág. 39. Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos..., Op. cit., t. 1, pág. 105.
78La ciudad fue fundada con doce chozas y una iglesia pajiza, en honor a los doce apóstoles. Se cree que el sitio original de fundación fue en el actual parque Santander, llamada plaza del Humilladero durante la Colonia, porque existía allí una capilla dedicada a Cristo crucificado. Al parecer, el primer nombre que recibió el poblado fue Nuestra Señora de la Esperanza. Sin embargo, en 1539, durante la fundación jurídica de la ciudad, el nombre se cambió por el de Santafé o Santa Fe, pues ambos se utilizaron durante la época colonial. La palabra ‘Bogotá’ se articuló al nombre de «Santa Fe y se volvió común por la necesidad de distinguir esta Santafé de otras ciudades con el mismo nombre, por lo que era ‘Bogotá’ el nombre chibcha de la región». DE OVIEDO Basilio Vicente. Cualidades y riquezas del Nuevo Reino de Granada. Málaga: Imprenta del departamento de Santander, 1990, pág. 127. Colección Memoria Regional. ISBN: 9684513968.
79Ibid., pág. 575.
80Infomación del estado de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada en Indias. Santafé, 1615. En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma). XIV, libro A, 1 parte, t. 305a, fol. 331. En este año, por ejemplo, el provincial le decía al maestro de la orden que se necesitaban, por lo menos, cuarenta religiosos más para poder atender las obligaciones adquiridas, que la manutención no era problema, pues «y a todos ellos puede (la provincia) acudir y sustentarlos».
81GALÁN GARCÍA Agustín. “Dominicos a Indias...”. Op. cit., págs. 87, 89-118.
82MACÍAS DOMÍNGUEZ Isabelo. “Procedencia conventual...”. Op. cit., pág. 248.
83En 1615, el provincial Fr. Gabriel Jiménez calculaba en más de 146 los religiosos de la provincia, número no despreciable, aunque él mismo dijera que faltaban más de 40 indidivuos para poder atender todos las responsabilidades adquiridas. Infomación del estado de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada en Indias. Santafé, 1615. En Archivo General de la Orden de Predicadores (Roma). XIV, libro A, 1 parte, t. 305, fol. 331.
84Según María Milagros Ciudad Suárez, más de la mitad de los frailes que vivieron en esa región centroamericana durante los siglos XVI y XVII habrían sido españoles que llegaron en unas 32 expediciones: 18 en el siglo XVI y 14 en el siglo XVII. CIUDAD SUÁREZ María Milagros. Los dominicos... Op. cit., pág. 34.
85En un documento reseñado por Mesanza, el provincial de la Nueva Granada informa al arzobispo de Santafé la necesidad de tales migraciones, y menciona la necesidad urgente de, por lo menos, 25 o 30 sujetos. MESANZA Andrés, O. P. Apuntes y documentos sobre la orden dominicana en Colombia (de 1680 a 1930). Caracas: Editorial Sur América, 1936, pág. 21; BÁEZ Enrique, O. P. La orden dominicana en Colombia. Tomo II: Provincia (s. l.) ¿1950? En Archivo de la Provincia de Colombia de la Orden de Predicadores (Bogotá), San Antonino, personajes, Baeza II, pág. 260.
86MESANZA Andrés. Apuntes y documentos… Op. cit., pág. 21.
87ESPARZA Manuel. Santo Domingo... Op. cit., pág. 221.
88Aún itinerantes, los religiosos estaban sometidos a obligaciones precisas, tanto litúrgicas como espirituales, y estas no podían ser cumplidas en albergues inadaptados. Por ello, se construyeron hospicios destinados a frailes mendicantes en cada praedicatio, de preferencia en pequeñas poblaciones. VOLTI Panayota. Les couvents des ordres mendiants et leur environnement à la fin du Moyen Âge. Paris: CNRS Editions, 2003, pág. 46. ISBN: 9782271061638.
89CIUDAD SUÁREZ María Milagros. Los dominicos… Op. cit., pp. XVI-XVII.
90Ibid., pág. XVII.
91ESPONERA Alfonso y LASSEGUE Juan Bautista. El corte sobre la roca. Memorias de los dominicos en América (siglos XVI-XX). Cusco: Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas, 1990, pág. 38. Serie Cuadernos para la Historia de la Evangelización en América Latina, n.° 7.
92Véase el anexo 1 sobre los conventos dominicos fundados en la época colonial.
93Este fue el caso de los conventos de Muzo y de Pueblo Nuevo. El primero tuvo auge mientras se vivió una “fiebre” esmeraldífera. El segundo se estancó y entró en declive cuando el pueblo se vació luego de finalizar una bonanza aurífera en la zona: MEDINA Miguel Ángel. Los dominicos en América... Op. cit., pág. 184 y s.
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