En el primer capítulo, Rangel presenta el marco de referencia político y normativo bajo el cual se rige la formación y el ejercicio de profesionales en Odontología. También, describe las dificultades que se han evidenciado desde la estructuración de la Ley 30 de 1992, en razón a que se ha dado un incremento desmezurado de programas en Odontología, se han limitado los espacios clinicos de formación y se han deteriorado las condiciones del ejercicio de los profesionales en salud. Asimismo, evidencia desde la literatura científica la fundamentación bioética en la formación en salud, presenta algunos modelos de formación propuestos y las tensiones que se suscitan en la relación docente-estudiante-paciente, especialmente durante la formación clínica, y para dar solución a estos, propone métodos de resolución de conflictos, en caso de requerirse.
En el segundo capítulo, la doctora Rangel despliega las fases en las que se desarrolló la investigación: la primera con la revisión de la apropiación del modelo biopsicosocial y de la Bioética en los programas académicos, en tanto que son dos áreas que se han estructurado de forma transcurricular. La segunda con la realización de cuestionarios autodireccionados a docentes, estudiantes y pacientes con el fin de estudiar la apropiación del enfoque de formación biopsicosocial cultural y bioético, y las posibles tensiones o conflictos que llevan a desvirtuar el modelo. En la tercera fase, analiza los hallazgos encontrados en la segunda fase y explora la posible existencia de conflictos que conlleven a la conformación de dilemas en las prácticas formativas docente-asistencial a través de la estructuración de seis grupos focales. Por último, presenta los resultados de las tres fases y presenta algunas narraciones producto de los grupos focales. En el tercer capítulo se desarrolla la discusión de los resultados con base en la revisión de la literatura previamente presentada, y en las conclusiones, propone entablar un debate bioético desde tres dimensiones que permitan estructurar nuevos lineamientos en la formación de odontólogos.
Así, la investigación de la doctora María Clara Rangel permite un acercamiento al enfoque biopsicosocial desde su aplicación en la formación, las prácticas docentes asistenciales y el papel armonizador de la Bioética no solo como lineamiento para el enfoque biopsicosocial, sino en la formación de ciudadanía.
Bogotá, noviembre de 2016
La presente tesis doctoral tiene como objeto identificar las tensiones, conflictos y dilemas bioéticos que se suscitan en la formación de los estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad El Bosque, ubicada en la ciudad de Bogotá, Colombia.
La Universidad El Bosque orienta su proyecto educativo desde el:
Enfoque biopsicosocial y cultural, y asume su compromiso con el país teniendo como imperativo supremo la promoción de la dignidad de la persona humana en su integralidad. Así lo promulga cuando manifiesta en la formulación de la misión que sus máximos esfuerzos se concentran en establecer las condiciones propias para facilitar el desarrollo de los valores ético-morales, estéticos, históricos y tecno-científicos enraizados en la cultura de vida, su calidad y su sentido. Lo anterior, se lee en la misión, en la perspectiva de la construcción de una sociedad más justa, pluralista, participativa, pacífica y la afirmación de un ser humano responsable, parte constitutiva de la naturaleza y de sus ecosistemas: receptor y constructor crítico de los procesos globales de la cultura. (Universidad El Bosque, 1996, p. 21)
En consecuencia, el programa de odontología de la Universidad El Bosque fundamenta la formación de los futuros odontólogos con el:
Enfoque biopsicosocial y cultural2 que tiene como imperativo supremo la promoción de la dignidad de la persona humana en su integralidad, con una sólida preparación científica y humanística que le permita integrarse en equipos transdisciplinarios y trabajar en diagnóstico, promoción, prevención, rehabilitación y mantenimiento de la salud oral e integral del individuo, su familia y la comunidad a la que pertenece, mediante la aplicación de los avances técnicos, científicos y bioéticos, para mejorar la calidad de vida de sus pacientes. (Universidad El Bosque, s.f.)
La formación de odontólogos de acuerdo con los estándares de calidad se lleva a cabo en tres etapas: una de fundamentación teórico-práctica en las áreas de ciencias básicas biomédicas, ciencias psicosociales y humanísticas; en una segunda etapa, una formación en fundamentos básicos de la disciplina con práctica de laboratorio en preclínicas, con simuladores para el aprendizaje de los procedimientos que luego realizarán en la práctica clínica con pacientes y prácticas de promoción y prevención en comunidades escolares; en una tercera etapa, durante los últimos cuatro semestres, se realizan las prácticas clínicas formativas en las que el modelo de formación imperante ha sido por tradición biomédico, centrado en el tratamiento de la enfermedad, derivado de la teoría que asume que esta es “causa de desviaciones de la norma de variables medibles” (Engel, 1977, p.128) , concepto que para Engel (1977) se considera como un paradigma reduccionista que contempla un dualismo mente-cuerpo y aísla los procesos mentales de los somáticos.
Existen diversos modelos de formación clínica que van de menor a mayor complejidad, desde unas clínicas del paciente sano en los primeros semestres, a clínicas para tratamiento de pacientes de mediana complejidad. En algunos programas están divididas por especialidades o disciplinas, mientras que otros las constituyen como clínicas de atención integral del paciente, en las que existe un tutor para un grupo de diez a quince estudiantes el cual se encarga de supervisar y guiar a dichos estudiantes durante la atención de los pacientes y es apoyado por especialistas, de acuerdo con el caso en particular a tratar.
Se evidencia en la literatura la presencia de dificultades en el modelo de enseñanza-aprendizaje en la formación clínica, en razón de que persiste un modelo asistencialista, paternalista y frecuentemente autoritario por parte del docente, que puede afectar la relación con estudiantes y pacientes, generando tensiones que suscitan conflictos en los que se configuran dilemas de diverso índole, o aspectos relacionados con la vulnerabilidad de pacientes. Según Gonçalves y Machado (2005), esto ocurre ante la necesidad imperiosa de recurrir a estas clínicas por las siguientes razones: falta de cobertura de los servicios de salud, carencia de recursos para asistir a una consulta privada, o la pérdida de la autonomía del paciente para la toma de decisiones en los tratamientos que va a recibir, y la violación al derecho de ser informado y de consentir el tratamiento (Veloso, Pyrrho, Machado, Gonçalves y Garrafa, 2010).
Estos conflictos reportados en la literatura se han presentado con frecuencia en durante la formación clínica en la Facultad de Odontología de la Universidad El Bosque, aspecto que ha sido motivo de discusión en los consejos de facultad, y los comités de clínica, currículo y de calidad, lo que genera fuertes cuestionamientos al modelo de formación actual.
En síntesis, se configura un problema que radica en las tensiones que se presentan en la Facultad de Odontología entre el enfoque de formación del modelo biopsicosocial, el cual promulga una formación integral y holística encaminada a ver al paciente como un ser humano que debe ser tratado en sus dimensiones biológicas, psicológicas y sociales, a cuyas necesidades de salud debe darse solución desde una visión integral multisistémica (Weiss y Bertalanffy, 2003) que vaya encaminada a la determinación y control de sus factores de riesgo, con el fin de asegurar la recuperación y el mantenimiento de la salud (Breslow, 1972). Situación esta que exige un diagnóstico más profundo de las circunstancias y motivos que ocasionan los conflictos que son evaluables desde la bioética.
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